18.

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He llegado a la conclusión que todo lo que paso el otro día con Rodrigo, fue para reírse de mi.

Hablando con Sofía del tema, ella pensó que lo había hecho para jugar conmigo, para ponerme nervioso pero que en sí, la broma había sido rara y que incluso si a ella se la hubieran ello habría pensado que era para seducirla de algún modo.

Pero, naaaaaa. Tonterías.

Hoy el profesor de educación física nos había obligado a hacer todos algún deporte. Rod no estaba con los chicos, sino con las chicas. Tenía una amistad muy buena con ellas, quizás incluso le gustaba alguna.

Odiaba el fútbol, lo veo un deporte estúpido y odio que tenga que ser siempre los chicos quienes lo juegan. ¿No podríamos jugar a otras cosas? No, porque a todos los chicos nos tiene que gustar jugar al fútbol.

Las chicas tenían más variedad, por ejemplo estaban jugando esta vez al baloncesto y me habría gustado unirme pero ahí estaba Rod y no quería estar cerca de el.

La pelota rodo hacia mi, mi equipo esperaba que hiciera algo pero había reaccionado tarde. Sofia me empujó levemente y me quito la pelota pateandola a otro de mi equipo.

'¡Maure, vete a jugar!' grito el profesor de educación física. '¡No estamos para hablar con los amigos!'

'¡Ya voy!' grito Sofía girándose, luego rodo los ojos. 'No le aguanto más' dijo

'¿Por qué no te vienes a jugar al baloncesto?' preguntó metiendo las manos en sus pantalones cortos de deporte. '¡Oh espera! Es porque está Rod'

'Si' contesté con sinceridad. 'No me gusta estar cerca de el'

'¡Vamos Mati, aquí no estás haciendo nada! No te gusta siquiera el fútbol.' insistió agarrándome de la mano. '¡Por favor!'

'¡Maure y Candia, último aviso!' grito el profesor desde lejos. Sofía le ignoro arrastrándome del brazo, finalmente accedí. Tenia que hacer algo si no quería recibir mala nota.

Lo bueno del grupo de chicas de la clase de deporte, era que nunca eran vigiladas por el profesor. El siempre estaba pendiente de el partido que jugarán los chicos. Quizá suena a pervertido, pero simplemente le gustaba demasiado el fútbol.

Me moví perezosamente hacia las canchas de baloncesto.

'Vas en mi equipo' advirtió Sofi. Ahí fue cuando me di cuenta de que Rod estaba en el equipo contrario. No me dirigió la mirada cuando fui a jugar con ellos.

No quería jugar siquiera al baloncesto y la principal razón era él. Quería olvidarlo todo de una vez.

Agarre la pelota cuando llegó mi turno. Corrí hacia la canasta contraria para pasárselo a alguien de mi equipo pero Rod fue más rápido y se acercó a mí.

Una de las reglas del baloncesto es que si alguien tiene la pelota botando, el jugador contrario puede intentar quitársela pero solo si puede llegar a hacerlo. No podía acercarse demasiado a mí, ni cogerla de mis manos.

Él miraba fijamente a la pelota y yo le miraba a el. Esperando a que tratará de meter la mano y cuando lo hiciera, yo estaba preparado para darme la vuelta y seguir botandola dándole la espalda.

'¿Que querés de mi?' pregunté sin gritar demasiado, sólo para que me pudiera oír el. Estaba bromeando.

'¿Que voy a querer?' preguntó mientras miraba fijamente como la pelota iba de un lado a otro entre mis manos.

'¿Querés esto?' pregunté agarrando la pelota y dejándola de botar. Cayo en la trampa y me giré de inmediato para seguir botandola. Reí.

'Nunca' dije y me volví a girar para tirarle la pelota a otra chica de mi equipo. Levante los brazos. 'Lo siento' dije irónicamente con una sonrisa.

Estaba dispuesto a irme cuando me agarró de la camiseta y me tiró hacia el suelo.

Para ese entonces, todas las chicas habían parado de jugar y gritaban a nuestro alrededor para que no comenzáramos a pelearnos.

No me lo esperaba y no sabía qué hacer. Tenía rabia pero tampoco sabía cómo actuar con el, no desde la última vez.

Intente levantarme para pegarle de vuelta pero se sentó encima mío sin apoyarse del todo. Estaba arrodillado y mi cuerpo estaba entre sus piernas.

Le miraba como si estuviera loco, no entendía nada. Había dejado de oír los gritos de las chicas porque estaba centrado en defenderme.

Pero se sento encima de mi abdomen y agachó su cabeza hasta llegar a la altura de mi oído y susurró tan despacio y tan cerca que sus labios me hacían cosquillas.

'No hay nada de lo que sentirse incómodo' susurró. Su voz hizo que me estremeciera, noté un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo. Se levantó y apoyo sus manos en el suelo, a cada lado de mi cabeza y sonrió.

¿Que le pasa? Parece que está loco, no deja de mirarme y me está poniendo incómodo. Me mira fijamente y noto que sus ojos se clavan en lo más profundo de los míos. Comenzaba a ser extraño. Sólo quería irme, olvidar todo esto.

Pero una erección se asomó debajo de mis pantalones y desee que nadie estuviera prestando atención y rogaba porque el tampoco la notará pero eso es lo que menos me preocupaba.

Llevaba segundos mirándome y no dejaba de hacerlo. Su sonrisa se había vuelto en una expresión seria, no enfadada simplemente parecía haberse quedado mirando a un punto fijo de mi cara.

'Lo siento'

Levantó su puño y cayó en mi cara, exactamente sobre mi ojo. Haciendo que mi cabeza sufriera un golpe fuerte contra el suelo. Escondí mi rostro entre mis manos y lo apreté con fuerza por el dolor que sentía en mi ojo.

'¡Mierda!' grite mientras pegaba mis rodillas al pecho y me encogía. El dolor era tan fuerte que me notaba mis pulsaciones en los ojos y un calor intenso en toda la cabeza.

'Ahora todo está como antes' le oí decir mientras se levantaba.

Oí al profesor venir y vi entre mis dedos como le gritaban. También vi a Sofía y a otras chicas acercarse a mi a preguntarme si estaba bien.

No sabía si lo estaba, sentía tanta impotencia.

Gire mi cabeza y le vi entre mis dedos.

Me volvió a mirar y yo hice lo mismo con el único ojo que podía abrir del todo.


boy crush | matsquareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora