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La única persona con la que podía hablar era Ashley. Desde aquel paseo arreglamos nuestras diferencias y actualmente, éramos inseparables.

Nos quedaban tan solo tres días en esa desagradable excursión y luego podría volver a casa y olvidarlo todo.

Extrañaba a mis amigos, sobretodo a Sofía. Ella significa mucho para mí aunque a veces no lo aparente, siempre fuimos mejores amigos y ahora la necesitaba más que nunca.

Ashley se pintaba las uñas de los pies encima de mi cama, mientras yo miraba al techo de la litera pensando en todo esto.

La puerta se abrió, entró uno de los monitores.

'Teneis que salir afuera, hay actividades' nos advirtió. No me inmute en levantarme y deje que Ashley hablara por mi.

'Esta enfermo y yo tengo la menstruación' inventó, poniendo una pequeña mueca falsa de tristeza.

'Esto os bajara la nota...' intento convencernos.

'No pasa nada' contestó Ashley con una gran sonrisa. 'Otro día será'

El monitor abandonó la habitación y oía la conversación con el grupo de afuera.

'Gracias' dije.

'No hay de qué' respondío. '¿Me puedes ayudar a pintarme este pie?'

Esta noche Ashley me había convencido para ir a la fiesta de su cabaña. No tenía ganas de ir desde lo último que pasó pero ella me prometió que todo sería distinto está vez y estaría conmigo en todo momento.

Me senté encima de la cama y agarre su pie con delicadeza, había hecho esto otras veces a Ana, Sofía o mi hermana, así que estaba acostumbrado. El olor que desprendía el tinte de uñas me parecía agradable, sus pies eran suaves y pequeños.

'Me haces cosquillas' dijo mientras reía. Sonreí. '¿Todo bien?'

'Si, tranquila'

'¿Has visto que Rod hoy te miraba a la hora de comer?' dijo. Casi me salgo de la uña de lo nervioso que me puse. 'No era un buen momento para contartelo' sonrió de ternura al verme nervioso.

'¿Como fue?' pregunté intentando disimular.

'No sé, simplemente te miraba' dijo mientras seguía pintando sus uñas. '¿Cuando le vas a pedir perdón?'

Ashley intentaba convencerme que pidiera perdón a Rod aunque este no lo aceptará. No estaba seguro de que funcionara, por decir que probablemente fuera imposible y me estaba emocionando bastante.

Había problemas más grandes en mi cabeza. Uno de ellos como recuperar a mis amigos, afrontar la discusión con mi madre que me esperaba en casa cuando se enterará de que me habían expulsado, dejar de beber alcohol...

Ojalá fuera tan fácil. No es que me encantará su sabor, era como me hacía sentir. Como me hacía olvidarme de todo lo que estaba pasando.

Sólo me gustaban las fiestas para poder tener una excusa para beber y así pasármelo bien.

Pero cuando tuve enfrente mío a Kat de la clase A, ofreciéndome una botella de plástico con una mezcla desconocida de color anaranjado, no supe que responder.

'¿Vas a beber o...?' preguntó mientras estaba apoyada a las afueras de la cabaña de Ashley. Llevaba el pelo de color rubio muy claro, casi blanco. Daba esa típica sensación de Billie Eilish que últimamente intentaba todo el mundo.

No lo pensé dos veces, agarre la botella y volví a caer en la tentación. Me prometí que solo serían cinco tragos, pero fue Kat quien me tuvo que quitar la botella de las manos.

boy crush | matsquareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora