5.

874 83 64
                                    

En la última casa a la izquierda vivía Ana, tenía dos años menos que yo y era amiga de mi hermana.

Iban al mismo instituto privado, por eso la conocía. Ana siempre me miraba jugar al baloncesto con sus amigas al salir del instituto.

Recuerdo que sus amigas siempre la repetian: 'Ana ¿por qué te gustan los chicos más mayores que tú?'

Y ella siempre las repetía que no se consideraba una chica de 16 años.

(!: Matias tiene 18 años.)

Es verdad que Ana era mucho más madura que el resto de chicas de su edad. Tiene el pelo de color negro, liso y muy largo, sus ojos son de color marrón claro y su piel es morena.
Cualquiera juraría que tiene 18 por su apariencia.

Un día venía del instituto. Sofía no me había acompañado porque tenía una junta feminista con el grupo de chicas del instituto. Esa tarde no me apetecía ir a jugar al baloncesto y volví directo a casa. Ana estaba sentada en mi cama, llevaba un top de color negro que permitía ver sus hombros y abdomen, unos jeans del mismo color con roturas en la rodilla y unas zapatillas con plataforma. Llevaba las uñas largas y pintadas.

Mi hermana estaba buscando algo en mi habitación, esa fue la razón por la que entraron.

Mire a Ana, ella me devolvió la mirada. La reconocí porque siempre iba a verme jugar, pero aún no sabía quién era.

'¿Que haces aquí?' pregunté devolviendo la mirada a mi hermana, estaba agachada buscando algo en los cajones del escritorio.

Ana no me quito la mirada de encima en todo esto, intentaba seducirme. Gabri, mi hermana, saco del cajón unos cascos antiguos de color azul. '¿Me los prestas?' preguntó mientras se levantaba con ellos en la mano.

'Claro' respondí un poco cortado por la situación. Salieron de mi habitación.

Pero poco después mi madre llamo a mi hermana para que la llevara al trabajo unos documentos que se había dejado sobre la mesa del comedor. Mi hermana decidió que iría corriendo, ella y Ana tenían que terminar un proyecto. Bajo las escaleras, cogió los documentos y salió dando un portazo.

No tardaría más de 20 minutos si se daba prisa, el trabajo de mi madre estaba cerca de casa.

Ana se asomó a la puerta de mi habitación y se sentó a mi lado.

'Te he visto' me dijo, estaba un poco incómodo por la situación.

'Yo tambien' conteste sin saber muy bien que decir.

'Me gustas' soltó como si nada. '¿Cuantos años tenés?'

'18' respondí.

'16' contestó de vuelta.

'¿Querés coger?' preguntó después de unos segundos en silencio.

No sabía que responder. Era demasiado directa pero a la vez quería hacerlo. No es que me atrajera, no sabia siquiera que me gustaba, simplemente acepté por probar.

No es que fuera la primera vez que mantenía sexo con alguien, había tenido novias en cursos anteriores. '''Novias''' porque a ninguna la había alcanzado a querer del todo, por alguna razón.

'No lo sé' respondí sinceramente, por más tímido que fuera pocas veces mentía.

'¿Una paja?' preguntó haciendo el gesto con sus manos. Acepté porque ¿quién no quiere que le hagan una paja?

Se agachó y comenzó a masajear mi pene con cuidado. Lo hacía bastante bien, tanto que acabamos teniendo sexo.

Desde ahí, Ana y yo habíamos cogido algunas veces sin sentir nada el uno por el otro. Teníamos una cierta confianza por la cantidad de veces en las que habíamos compartido momentos íntimos. Solía contarla mis problemas después de hacerlo.

Sobretodo cuando eran sexuales.

'¿Te puso que te pegará?' preguntó extrañada acostada en la cama. Completamente desnuda. Ana tenía un cuerpo precioso.

'No lo sé' respondí confuso. 'Solo sé que tuve una erección.'

'Es raro' soltó. Se levantó y comenzó a vestirse. 'Matias'

'¿Si?'

Se giró hacia mi. '¿Has pensado en ser bisexual?' preguntó. No me gustaba cuando la gente pensaba que era cosas que realmente sabía que no era.

'No me gustan los chicos' defendí en un tono cortante.

'¡Tranquilo, que no es nada malo!' rodó los ojos.

'¿Te gustaría que te pegará la próxima vez que lo hagamos?' preguntó después de un rato, cuando ya estaba completamente vestida.

'¡No!' respondí y solté una carcajada.

'Olvidalo, es una tonteria' dije finalmente.

boy crush | matsquareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora