Capítulo 25 Parte I

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MIA


- ¡Eres mi idola! - gritó Samantha - Yo feliz estaría entre los dos Thompson - se abanicó con la mano y se echó hacia atrás fingiendo un desmayo.
- ¿Se te subió el martini? - pregunté riendo - No estuve con los dos.
- Ya lo sé, pero es que esta historia está de madres, digna de comentarios de trabajo.
- Sami tú dices algo y me encargo de que te despidan - la apunte con el dedo amenazante.
- Era solo una broma, pero es que yo solo venía a pedir ayuda con unos asuntos y me encuentro con esto, idiota de Harry, no lo ayude para 1: te llevara de KEOS, aunque ahora soy la jefa, ya si lo ayude bien ahí, pero 2: para que duraran dos días de novios y le creyera esa idiotez a su hermano, después de tres años por fin estaban juntos, esto es el colmo - bufo indignada cruzándose de brazos.
- Lo sé, pero igual lo entiendo, yo no sé, lo hubiese pillado con otra envuelta en toalla desnuda en su piso diciendo que están juntos, es que lo asesino ahí mismo, también hubiese perdido la cabeza y hubiese creído todo, Richard lo supo hacer, lo que no entiendo es por qué - admití confundida.
- Es una posibilidad que Richard se haya enamorado de ti y lo haya hecho por celos - levantó sus hombros mientras bebía de su copa.
- No sé, algo así me dijo Harry, pero no creo que sea tan así, pero eso igual lo debe estar limitando a querer hablar conmigo, al fin y al cabo es su hermano.
- Si, tienes razón, pero por qué no se lo preguntas.
- Si lo iba a hacer hoy, pero entró Harry a interrumpir como un celoso.
- Debes estar tranquila, ese hombre está vuelto loco por ti, o sea, llego a Portland por ti - me apunto con su mano.
- Si, estoy tranquila, porque créeme que eso lo utilizaré a mi favor, estoy decidida y enfocada, a mí nadie me quitará a Harry y haré hasta lo imposible para que vuelva a mí.
- Así se habla carajo - levantó su copa y yo levanté la mía para chocarlas en al aire.
- Que se prepare ese Thompson, porque yo iré con todo esta vez, yo no soy la misma que tres años atrás - Sami me miró confusa.
- ¿Puedo preguntar qué sucedió tres años atrás? - preguntó nerviosa.
- ¿Estás dispuesta a mañana llegar con reseca? La historia es larga - Sami sonrió.
- Hay que fortalecer la amistad - llamó al mesero para pedir más martinis.

Al otro día llegue con gafas de sol a la oficina, noté que aquí las personas son más relajadas al vestir, aquí hay más creación, más arte, más desorden, más relajo, en KEOS todo era más cuadrado y más monótono, así que me vestí más relajada esta vez. Entré a mi oficina y me quedé de pie en la puerta, me cruce de brazos.
- ¿Qué haces aquí? - Harry estaba sentado en mi silla con los pies sobre el escritorio.
- Soy el dueño, puedo estar donde quiero - respondió burlesco.
- Baja los pies - le pegué con mi bolso en sus zapatos - Respeta mi espacio.
- Si me dices con quién saliste anoche - se puso de pie y comenzó a rodear el escritorio hacia mí.
- No, eso no te incumbe, no eres mi novio, no tengo porqué responder esas preguntas - le saque la lengua y arrugue la nariz.
- No saliste ni con José, ni Step, ni Richard, dime ¿Con quién saliste? - hizo un puchero de lo más tierno.
- Con alguien que te odia demasiado por haberme arrastrado a tu revista - Harry frunció el ceño enojado.
- ¿Aún te ves con Taylor? - explote en risas.
- ¿Qué? Estás loco, no, claro que no - se relajo al escuchar mi respuesta, se comenzó a acercar de forma peligrosa, pero sonó su teléfono, se molestó enseguida y lo sacó para contestar.
- Ana - bufó molesto - Dile que estoy aquí abajo, lo veo en su oficina, gracias - colgó - Solo por esta vez te salvaste - me apunto con el dedo amenazante.
- ¿De qué? ¿De ti? - comenzó a caminar a la salida, pero al escucharme se giró antes de abrir la puerta - Váyase con cuidado señor Thompson, no olvide que aquí mando yo - me senté con seguridad en mi puesto, sonrió y salió de mi oficina.
Me concentre en mi trabajo durante el día, intente acumular la mayor cantidad de papeles que necesitan la firma de Harry, así no verlo tantas veces durante el día.
- Pase - grité al sonido de la puerta.
- Señorita Gregson, le traigo café - Stacy se asomó por la puerta.
- Gracias, no tenías porque molestarte - le sonreí alegre.
- No es ninguna molestia, además no se ha sacado las gafas de sol, debe necesitar el café urgente - me puse a reír, me recuerda levemente a Sami, ay Sami como habrá amanecido hoy.
- Si, muchas gracias, me beberé el café y trataré de mejorar mi aspecto para quitarme estas gafas antes del almuerzo - Stacy comenzó a salir de la oficina - Espera, te puedes encargar con Jonathan sobre el asunto del departamento de periodismo político.
- Claro - asintió con la cabeza y salió de mi oficina.
Me bebí el café y me quité las gafas, saque mi estuche de cosmética del bolso, dios que fatal estás ojeras que tengo. Busqué mi corrector de ojeras y comencé a maquillarme con delicadeza para arreglar el fatal rostro de reseca que poseo.
Luego de estar lista, tomé los papeles y subí a la oficina de Harry.
- El señor Thompson no se encuentra, está en una reunión en otro edificio cerca de aquí.
- Ah perfecto, necesito la firma de estos papeles, ¿Se los puedes entregar tú cuando él llegue por favor Ana?
- Si claro Mia, yo lo hago.
- Gracias - sonreí y bajé de vuelta a mi oficina.
Aún faltaban treinta minutos para la hora de almuerzo cuando sonó la puerta de mi oficina.
- Pase - dije relajada, pero me puse nerviosa cuando la puerta se abrió - Señora Thompson - me puse de pie enseguida y caminé hasta ella par saludarla.
- Hola cariño - nos saludamos de beso en la mejilla - Te venía a hacer una invitación a almorzar, te prometo que solo seremos tú y yo - se apresuró a decir lo último.
- Si claro, apago mi computador y vamos - me sonrió y asintió con su cabeza, me acerqué a mi escritorio, guardé los archivos, los cerré y dejé el computador en suspensión, tomé mi bolso y le hice señas para que saliéramos de la oficina.

El Jefe Es Mi Prometido (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora