Capítulo 27

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MIA


Trague saliva nerviosa y Harry metió sus manos dentro de mi pijama, me tiró hacia él para besarme e intentó quitarme el traje de unicornio, pero retrocedí quitando sus manos de mi cuerpo, sonrió frustrado y coqueto.
- No - le apunté amenazante con mi dedo mientras reía, se lo que quiere lograr.
- Si - se repaso su lengua por sus labios, ay no hasta aquí llegó mi plan, se acercó aplastándome con su cuerpo, me besó en el cuello y me dejé besar, no, no, no, Mia recuerda su castigo por ser un orgulloso arrogante, sonrió triunfal porque ya está seguro que me tiene a su merced. No señor, él estará a mi merced, aquí mando yo.
Busqué su boca y comencé a besarlo con euforia, haciéndolo retroceder hasta llegar a la cama, lo empujé dejando que cayera hacia atrás.
- Usted no quiere escucharme ni ser mi novio, entonces usted a mi no me toca - me subí el cierre rápido de mi pijama, Harry me miró con esa sonrisa de sarcasmo que siento que va a explotar,  y salí de su habitación en menos de un segundo.
Sentí su respiración agitada y golpeando la almohada, sonreí con maldad camino a la escalera, quiero volver ahí dentro, lo extraño demasiado, pero se lo merece, por no querer escucharme, y por haber dicho que fue hasta mi hogar en Portland solo a acostarse conmigo.
- ¡Clifford!- me puse a buscar al perro - ¡Clifford! - No está en el salón, me agaché para ver bajo de los sofás, en la cocina, en el pasillo tras la escalera, no está, mi perrito no está.
- ¡Harry! - grité desesperada subiendo las escaleras rápido, Harry salió molesto de la habitación.
- ¿Qué? - Ay dios santo es que nunca puede hablarme sin estar enojado este hombre, me detuve y lo miré seria, ¡ay no el perro!.
- Clifford, no está Clifford - le dije rápido entrando en pánico, Harry botó aire y caminó a su estudio, lo seguí, cuando entró fue hasta su escritorio y se agachó, se enderezó con Clifford en las manos, sentí que me devolvió el alma al cuerpo, corrí hasta él y lo tomé.
- Casi se detiene mi corazón - Clifford me miró algo perezoso.
- Cuando se queda conmigo y yo tengo que trabajar, se pone a dormir aquí en mis pies - caminó hasta la salida.
- Harry - se giró al salir de su estudio - Gracias - me asintió con su cabeza y siguió su camino. Estar aquí no me trae buenos recuerdos, recuerdo esa noche que le confesé que lo amaba y él se vino a este lugar, ese sofá sigue ahí, el sofá en el cual desperté sola, no hay que vivir del pasado Mia, o jamás serás feliz.

- Ana vengo a que Harry me firme estos papeles - Ana se puso de pie rápido.
- Lo siento Mia, el señor Thompson exigió que no se le molestara en todo el día, dijo que cualquier papel o situación se me comunicara a mí - me frené y me devolví los pasos que había dado, le entregué los papeles a Ana.
- Gracias Ana - le sonreí amable, y ella asintió con su cabeza.

Al volver de la hora de almuerzo subí hasta el piso de su oficina, Ana estaba como siempre impecable sentada de forma correcta, peinada de forma correcta y vestida de forma correcta.
- ¿No salió a almorzar? - Ana me negó triste con su cabeza.
- Pero firmó sus papeles - se los recibí y bajé a mi oficina. Sonó mi teléfono y lo saqué como desesperada pensando que sería él, pero era Step.

Stephanie: No olvides la prueba de vestuario hoy.

Casi lo olvidé, por suerte me lo recordó.
Dejé pasar una hora, no aguanté más y subí a ver a Harry, nadie me negara la entrada.

- Mia por favor detente, me meterás en problemas - Ana se puso de pie enseguida cuando no me frene en recepción.
- Tranquila, tu jefe me conoce, sabe que no podrías hacer nada para detenerme, toda la culpa es mía - Abrí la puerta de Harry rápido, pero rebotó, sentí que cayó una taza haciéndose añicos, ay no, ya me estoy imaginando que sucedió, quiero que me trague la tierra.
- Claro, por supuesto, tenías que ser tú - me dijo Harry molesto lleno de café, sentí el grito ahogado de Ana tras de mí y yo me llevé las manos a la boca.
- Lo siento, lo siento - estiré las mangas de mi suéter en mis manos y me acerqué a secarle la parte final de la camisa y el pantalón rápido - Lo siento Harry - me siento demasiado culpable, levanté la vista hacia él y está intentando contener la rabia.
- Mia por favor detente - dijo respirando fuerte - Ana te puedes retirar - sentí los tacones de Ana alejándose - Mia ya basta - me tomó de mis manos y me las alejó.
- Lo siento, yo no quería - intente pronunciar culpable.
- Lo sé, pero por favor sólo empeoras la situación - lo miré confusa - Mira donde estabas pasando tus manos - siento que me estoy poniendo roja, y no lo puedo disimular, Harry sonrió por mi rostro.
- Lo siento - volví a repetir como por décima vez.
- Eso no lo sientas, es lo más cerca que has llegado a tocarme  estos días - me cerró un ojo y se puso a reír, le di un golpecito en el hombro - ¿A qué venías? - intente volver a mi autocontrol.
- A saber por qué no has salido de tu oficina.
- La respuesta está frente a ti, evitar inconvenientes como este - caminó hasta su baño privado y lo seguí.
- Y saber si tenías hambre.
- Esa respuesta también está frente a ti - arrugue el entre cejo - Por supuesto que tengo hambre, pero lo que me quiero comer no quiere ser comido - sonreí como una boba por su comentario y se me salió una risilla nerviosa, intente volver a ponerme seria, pero fue muy tarde, Harry estaba sonriendo triunfal a través del espejo. Se giró para secarse las manos, luego caminó hasta mí - ¿Y entonces? - me tomó de la cintura y me mordió mi oreja.
- ¿Entonces qué? - me hice la ilusa.
- ¿Quieres ser mi almuerzo? - me puse a reír.
- Creo que es lo más romántico que me has dicho en los últimos días - Harry sonrió y se acercó a besarme, lo recibí encantada - Gracias por encontrar a Clifford hoy, había entrado en pánico - casi no me dejó hablar para seguir besándome, lo dejé avanzar solo unos movimientos, hasta que lo tuve que detener - Si quieres puedo bajar a comprarte algo de comer - le dije nerviosa, Harry terminó de alejarse por completo, cerró los ojos, junto sus labios y asintió con su cabeza como si estuviera a punto de perder la cabeza.
- Bueno - dijo poco convencido, tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso en la frente.
- Bueno - repetí su frase y salí del baño para salir de su oficina.


El Jefe Es Mi Prometido (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora