Capítulo 40: Porque No Eras Tú.

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MIA


- Que raro, se habrán equivocado de número - me puse a reír - No tengo ni esposo, ni guardaespaldas, y menos un amante que me diga preciosa - guarde mi teléfono.
- No, espera, dame su número, igual le diré a Chase que investigue, no quiero que te confundan con otra persona y te empiecen a llegar este tipo de mensajes - Harry habló nervioso, lo miré algo desconfiada, pero sonrió, le entregué mi teléfono y le tomó una fotografía al mensaje - Se la enviaré mañana a Chase, hoy es domingo, no lo molestaré - Sonó esta vez su teléfono - Thompson - se quedó escuchando unos segundos y me miró serio - ¿Charles pregunta si tú compraste algo en BlueBella.
- Si, si, dile que suba - Harry respondió que si y yo me quedé impaciente cerca del ascensor esperando mi bolsa negra de lujo.
- ¿Qué compraste? BlueBella, lo he escuchado en alguna parte - no le respondí, las puertas del ascensor se abrieron y apareció un chico con la bolsa.
- Mia Thompson.
- Yo, yo, es Gregson, pero no importa, el piso es del señor Thompson - recibí mi bolsa feliz y el chico se despidió para irse.
- ¿Qué es? - se cruzó de brazos mirando con detención la bolsa.
- Esto mi amor, es un regalo para ti si es que escuchas atentamente mi versión de la historia y por fin iniciamos una relación como corresponde - me escucho atentamente, miró la bolsa y no le gustó mi idea.
- No sé, paso - se giró para caminar al sofá - Tiene pinta de bolsa de comida de algún local carísimo, no me convence.
- ¿Estás seguro? - se detuvo antes de dejarse caer en el sofá y me miró asintiendo con su cabeza - Bueno - me giré para caminar a las escaleras - Se lo enviaré de regalo a Step, ella le sacará más provecho que yo en la luna de miel - apuré mis pasos en los últimos escalones y al llegar arriba me giré a mirarlo - Nate de seguro que lo agradecerá, no como tú - sentí que Harry se puso a correr rápido hacia mí y yo caminé rápido a la habitación.
- ¡Mia qué tienes en esa bolsa! - me agarró con un brazo de la cintura y choqué contra su cuerpo antes de caminar en dirección a su baño.
- Ya tomaste una decisión Thompson - dije riéndome mientras me empujaba con su cuerpo en dirección a la cama. Me quitó la bolsa y me soltó - Ya no te tortures mirando lo que perdiste - me asesinó con sus ojos y yo sonreí, abrió la bolsa y miró hacia el techo dejando caer sus brazos a los costados sin soltar la bolsa. Se sentó rápido en un segundo, se cruzó de brazos, y se llevó una mano a su mentón.
- Soy todo oídos, hazlo rápido - me puse a reír por su reacción.
- No, así no - intente decir entre risas que igual se contagiaron en él, se puso de pie acercándose a mí.
- Mira, tu te pondrás esto y hablaremos, así si hay alguna parte que no será de mi agrado, como por ejemplo desde el momento en que Richard aparece y te dice hola, básicamente toda la historia, yo podré mirarte y no estaré tan triste ni tan gruñón - seguí riéndome esta vez con más ganas y asentí con la cabeza.
- Bueno - estiré mi mano para tomar la bolsa y me la entregó agarrando mi rostro con sus manos dándome un beso brusco y largo.
- Por eso te amo tanto - me dió un agarrón fuerte y me puse a caminar al baño a cambiarme.

- ¿Listo? - me arrodillé sobre la cama y el se acomodó apoyando su espalda en el cabecero, se llevó una mano a su nuca y me miró devorándome con los ojos, pero finalmente asintió sin ganas - Bueno, entonces aquí vamos.

Sonaron las campanitas en la puerta de entrada de la cafetería, levanté la vista a mirar y casi se me cayó una taza de las manos de lo nerviosa que me puse. Es igual a Harry, sus facciones, su porte, como viste, la única diferencia es la actitud, se nota que es más centrado y mayor que Harry, sonrió al verme y me hizo un leve movimiento de cabeza ¿Me recuerda? si solo me vió una vez en la vida.
- Iré a la mesa 10 - dije rápido antes de que alguien se me adelantara, me puse a caminar hacia el hermano de Harry.
- Hola - dije tímida poniéndome de pie a su lado.
- Mia - se puso de pie rápido y me estiró su mano, estiré la mía, pero en vez de darle un apretón la acercó a sus labios a darle un suave beso, recordé cuando Taylor me presento a Harry, y cuando esté me presento al que tengo frente a mí - ¿Cómo has estado? - me soltó y se sentó, quedé un poco aturdida en mis recuerdos, pero volví rápido a la realidad.
- Bien, ¿Y usted señor Thompson?
- Ay por favor sólo dime Richard - sonreí, por suerte dijo su nombre, lo había olvidado, Harry nunca lo nombró, solo el día en que me lo presentó.
- Está bien, Richard, ¿qué desea servirse? - me miró raro y abrió la boca para hablar, pero se demoró unos segundos.
- ¿Qué haces acá? - preguntó intrigado.
- Vivo acá - respondí orgullosa.
- Mia la mesa quince - paso una de las chicas que atiende mesas como yo por mi lado, miré la mesa quince y el chico me estaba llamando, le hice señas que iba enseguida.
- Lo siento por eso, dame un café cortado doble por favor.
- Claro - me acerqué a la barra a pedir el café de Richard y luego fui rápido al chico de la mesa quince.
Cuando note que Richard terminó me acerqué a preguntarle si necesitaba algo más.
- No muchas gracias, pagaré la cuenta y un placer haberte visto encanto - me cerró un ojo y me entregó un billete, se acercó me dio un beso en la mejilla y salió de la cafetería. Me quedé congelada observándolo.
- Vaya, de dónde lo conoces - se paró a mi lado Nathalie a observarlo marchar.
- Él es el hermano de un - me quedé callada, no diré la palabra novio, no fuimos nada, o por lo menos para él yo no fui nada - un antiguo chico con el cual solo salí un par de veces cuando estudié en Nueva York.
- ¿Y él hermano era así de guapo?
- Más, más guapo - respondí recordando su sonrisa en la única fotografía que guardo entre mis tesoros.
- ¿Y por qué lo dejaste? Habría que estar loca para soltar a un hombre así - ojalá yo lo hubiese dejado a él, pero todos sabemos que no fue así, y nunca lo quise soltar, me aferré con uñas y dientes lo que más pude para retenerlo, pero no lo logré. No sé que rostro habré puesto, pero Nathalie me está mirando triste - Lo siento - dijo sobando mi brazo.
- No tranquila, fue hace dos años - respondí relajada volviendo a mi lugar.

El Jefe Es Mi Prometido (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora