El Jefe Es Mi Prometido (2)

Capítulo 33 Parte II: Todos Merecemos Un Sinnerman En Nuestra Vida.

MIA

- ¿Quién es el señor Lincoln?
- Él es el editor en jefe de la revista, el jefe de todos los jefes editores de todos los departamentos, él impone sobre los demás y el único que puede imponer sobre él, es el dueño, entonces si el señor Thompson pasó con ese rostro por aquí - Stacy se puso a negar con la cabeza - Nada bueno está sucediendo dentro de esa oficina - por la forma en que habla Stacy se me pusieron los pelos de puntas, le pedí mis papeles a Jonathan - Debería usted ser una excelente jefa de recursos humanos, aprovechar que es la novia, ir hasta la oficina del señor y hacerle cariños, así asegura el bienestar y la salud de todos los humanos aquí presentes - Jonathan no pudo evitar reír despacio mientras me tendía los papeles.
- ¿Qué? ¿Estás loca? Es cometer suicidio, ni muerta entró sola a la cueva del lobo o la jaula del león - Sonrieron ambos, solo ellos alcanzaron a escucharme - ¿Les puedo confesar algo? - Asintieron en silencio - A mi también me da miedo el señor Thompson así que sálvense solos - tomé los papeles y entré rápido a mi oficina.

- Pase - levanté mis ojos hacia la puerta y entró la señora Thompson sonriendo, sonreí de igual manera al verla - Hola Louise - me puse de pie enseguida para acercarme a saludarla.
- Hola cariño ¿Cómo estás? - me encanta el amor que irradia la señora Thompson, me gusta demasiado tenerla cerca y sus ojos brillan de una forma especial y dulce.
- Bien y usted.
- Bien, me gusta haberme enterado que con Harry volvieron, aunque haya sido de una forma muy bochornosa - me puse roja y Louise se puso a reír, sonreí nerviosa - ¿Vamos a almorzar? - ¿A almorzar? ¿Qué hora es? Miré hacia el computador rápido, ya son las 13:50, por qué pasa tan rápido el día.
- Por supuesto, pero yo invito - tomé mi bolso, mi chaqueta y comenzamos a salir de mi oficina.

- ¿Está segura?
- Ay Mia no me mires así, si a mí me gustan estas cosas - la miré boquiabierta - ¿Acaso pensaste que era como algunas de esas estiradas? - sonreí y me puse a negar con la cabeza.
- No, claro que no.
- Y eso, tengo que admitir que es gracias a Karl, nuestras primeras citas eran en locales así y de vez en cuando nos escapamos a comer estas cosas - dijo segura abriendo la puerta del local de comida rápida en pleno centro de Manhattan, no pude evitar mirarla sorprendida, es que vestida así entrando a un local así, ¿Cuando tome refresco en vaso de cartón levantara el meñique como cuando bebe champaña en copa de cristal? Esto será entretenido, la seguí entusiasmada hasta alguna mesa desocupada. Pedimos hamburguesas, papas y Coca Cola Zero, la hipocresía.
- Quería hablar contigo para poder contactarme con tus padres.
- Si, verdad lo había olvidado, mi madre igual me ha preguntado en la semana, está muy entusiasmada de conocerla - junte mis manos nerviosa intentando contener un poco mi emoción, Louise sonrió.
- Entonces dame su WhatsApp - saqué mi teléfono y le envié el número de mi madre por WhatsApp para que lo agregara. La comida llegó hasta nuestra mesa y por fin tendré la fortuna de ver a la Señora Thompson comiendo hamburguesas con las manos. No pude evitar reír al verla comer y saborearse por la comida chatarra.
- No entiendo que te sorprende tanto, porque no te creería que con Harry nunca has salido a comer a estos lugares, si ama estas cosas.
- Si, la verdad es que comemos más en estos lugares que en hoteles cinco estrellas o que el menú esté en otro idioma.
- Karl desde pequeños que los acostumbró a estas cosas, cosas en las cuales mi familia jamás hubiesen permitido que yo me relacionara - entorno los ojos - Pero él no, el siempre los sacó a pasear a los parques en vez de llevarlos a clubes privados, cuando ya cumplieron mayoría de edad iban a ver fútbol inglés a bares a beber cerveza y siento que siempre estaré agradecida de mi esposo por eso, enseñarles que existen mas realidades que el rascacielos de los edificios - percibí ojos llorosos, pero de felicidad en Louise, sonreí por inercia, debe tener muy lindos recuerdos, su familia es muy linda - Ay ya me puse latera y sentimental - movió su mano abanicándose sus ojos - Vamos que llegarás tarde al trabajo - me puse de pie y fui a pagar a la caja, caminamos de forma lenta de regreso al edificio, pero esta vez ella no entró, si no que se subió a su auto.