-Yo nunca lastimaría a mis amigos...- le dije devolviéndola su camisa -perdón si... no soy el tipo de persona que quieres en tu vida como tu amigo..- le dije sentándome frente a el -Se lo que se siente estar solo... quisiera tener un amigo pero... un humano y un demonio no podemos ser amigos...- le dije sintiéndome solo como casi siempre -así que entiendo si decides irte y jamás volver a hablarme...- le dije sintiendo como se tiraba sobre mi envolviéndole entre sus brazos. -crees que quiero perderte? no somos mejores amigos ni nada pero.. contigo es la única vez que no me siento solo- me dijo llorando -y además no podría dejar de ser amigo de alguien que me ayudó a que no me violaran- me dijo llorando sobre mi hombro -tranquilo...- le dije moviendo la cola y acariciando su cabello. -Oye ya es tarde..- le dije viendo el sol caer y escuchar a mi padre entrar -mierda..- dije parándome y corriendo a la sala -Hola...- le dije algo nervioso viéndolo a los ojos -que pasa?- me preguntó viéndome. -Y-yo...- le dije tragando saliva mientras que Atsushi se asomaba para ver y mi padre lo vio -Qué hace ese humano aquí...?- me preguntó algo confundido -es....- le dije algo nervioso -es mi amigo..- le dije dejando que se acercara a mi -señor... su hijo me ayudó a que.. bueno.. pasara algo terrible y ... no me importa que sea un demonio...- le dijo viéndolo. Mi padre medio lo entendió y fue a hacer la cena. -y-ya me voy..- dijo tratando de salir. -Quédate..- le dije viéndolo algo inocente. Me cubrí la boca cuando dije eso, no lo pensé. Lo dije por impulso. -Ya es tarde y correrías peligro si vas solo a tu casa... quédate esta tarde, llamale a tu madre, dile que te quedarás con un amigo.- le dijo mi padre mientras que intentaba cocinar algo -no te preocupes por la academia, mañana es sábado y no tengo problema en que te quedes- le dijo mientras que le sonreía inocentemente. Accedió a quedarse y se quedó a la cena. Mi padre había cocinado algo para el, y a nosotros dos nos dio carne humana. Pero a Atsushi le dio nausea el olor de la carne y intenté comer sushii. Bueno, los dos intentamos. -mierda... cómo es eso...? AAh!- dije tratando de agarrar un rollo de Sushii
mano. Atsushi y mi padre se rieron de mi y Atsushi me enseñó a comer con palillos. Tomó mi mano y me empezó a enseñar, su mano era muy suave... Luego de la cena le presté una pijama de una sola prenda, era de un gato negro y honestamente se veía lindo en ella. Creyó que dormiría en el cuarto que tiene la casa pues, extra y abrió la puerta. Vio todos los cuerpos y la sangre en el suelo y cerro la puerta asustado. -tranquilo... vas a dormir conmigo..- le dije tomando una almohada y una cobija. -Anda, métete a la cama- le dije recostándome en el suelo. -N-no...- me dijo sentándose -Digo... está bien...- me dijo recostándose. -Atsushi....- le dije volteando a verlo -que te pasa? Apestas a miedo..- le dije viéndolo -y-yo....- me dijo algo nervioso temiendo de algo -tranquilo. Los cuerpos que viste son de asesinos, no te voy a comer o matar. Dije que te protegería no?- le dije haciendo que se calmara un poco -Si bueno verás.. la cosa es que.. yo siempre duermo abrazando algo y... creí que dormirías conmigo a mi lado...- me dijo algo nervioso -quieres que duerma contigo?- le pregunté sin problemas -puedo hacerlo si quieres- le dije sentándome y esperando que me dijera que quería. -N-no te molesta..?- me preguntó viéndome sonrojado -para nada..- le dije sonriéndole. Se hizo a un lado y me recosté con el. Empezó a llover y empezaron a caer algunos truenos. Atsushi se quedó dormido abrazándome y yo no dejaba de recordar algo. Cada vez que cerré los ojos y veía un bebé en un rancho, con una tormenta y lluvia muy fuerte como está. Cerré los ojos y intenté dormir. Hasta que cayó otro trueno más fuerte y me hizo abrazar a Atsushi del miedo. -Mierda...- dije escondiéndome entre la cobija y su pecho. Se despertó y me abrazó dulcemente. -tranquilo...- me dijo acariciando mi espalda -solo es una tormenta.. pasará luego- me dijo con un tono de voz dulce y amigable. Levanté la mirada y estaba muy cerca de su boca. _a qué sabrán sus labios....?_ me pregunté mientras que intentaba besar lo. me acerqué un poco cuando cayó otro trueno aún más fuerte y se me erizó la piel. Agaché las orejas y me volví a esconder en su pecho y la cobija. se rió un poco de que un demonio como yo tuviera miedo de una tormenta y me abrazó. Junté mis piernas con mi abdomen y lo abracé fuerte. Se sentía bien, olía bien. Me hizo olvidarme de la tormenta el estar escondido entre la cobija y su pecho abrazándolo. Era algo cómodo y me acurruqué en su pecho mientras que me quedaba dormido inocentemente sobre su pecho abrazándolo. Al día siguiente cuando desperté la cobija estaba tirada en el suelo y Atsushi completamente estirado, yo, hecho una pequeña bola con la cabeza sobre su pecho. Bostecé y me levanté. Unas pocas lágrimas me llenaron los ojos y fui por algo de comida. Al poco rato Atsushi se levantó y fue a desayunar conmigo. -te ves lindo con esa pijama...- le dije comiendo cereal de chocolate inocentemente. Se sonrojó y me sonrió después -gracias- me dijo tomando un plato y sirviéndose cereal para comer a mi lado. -oye.... eres muy cómodo y suave..- le dije mientras que seguía comiendo inocentemente. -gracias... tu también eres suave- me dijo riéndose un poco. Luego de que desayunáramos se lavó la cara y se puso su ropa. -muchas gracias por dejar que me quedará. su casa es muy linda- le dijo a mi padre haciendo una reverencia frente a el -no es nada, vuelve cuando quieras.- le dijo sonriéndose. -Kyran.. ve a dejarlo a su casa...- me dijo viéndome como si nada. Salimos de la casa y fui a dejarlo. en el camino vi a un hombre que mantuvo contacto visual conmigo por varios minutos, viéndome como si me conociera y hubieran pasado años desde que no me ve. -Oye... sabes como se llama ese hombre de allá..? me esta viendo desde hace rato y me incomoda un poco...- le dije algo nervioso hasta que me dijo su nombre. -Si.. se llama Haise Hamada.-
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La vida de un demonio
DiversosLuego de que su familia estuviera en el borde de la desesperación, por la falta de recursos y de dinero. Desesperados empiezan a buscar una solución, y su padre encuentra una pero no es del todo agradable. Puede salvarlos de la quiebra y de esta cri...