Parte 18

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Estaba en un lugar oscuro. Era como un mar. No veía nada más que oscuridad. Sentía un aroma dulce y agradable a lo lejos y podía escuchar la voz de Atsushi. Minutos después pude escuchar la voz de unas cuantas personas, pedían cosas y gritaban que se alejaran. Veía una luz por poco tiempo hasta que logré abrir los ojos. Me levante de brinco y vi a muchos doctores frente a mi soltar un suspiro. Me vi el cuerpo y tenía todo el pecho cubierto con una venda y el cuello también. Bajé de la cama y fui a abrazar a Atsushi. - perdón.. - me dijo mientras que me abrazaba. Los doctores intentaron llevarme de regreso a la camilla pero no podían separarme de él. - te quiero.. - le dije mientras que lo tomaba de las mejillas y lo besaba sin darle tiempo de decir algo. Sentí el sabor de sus labios, creí que nunca volvería a sentirlo. Me separé de él y estaba sonrojado. Se fue del hospital y los doctores me. Volvieron a subir a la camilla. Accidentalmente me tomaron de donde tenía las vengas y empezó a caerse. No vieron sangre caer y les dio curiosidad. Me recostar on y me quitaron las vendas, no había nada. Ni una cicatriz. Al ver que no tenía nada me dieron de alta. Salí del hospital y fui a casa. Me di cuenta que.. Hace meses no me sentía tan solo. No como me sentía ahora. La oscuridad de la casa, el silencio. Antes de Atsushi nunca tuve ningún amigo. Todos corrían de mi cuando me miraban. El fue el primer amigo que tuve. Estaba viendo la tele mientras que me puse a pensar, conociendo lo terco que soy, dejaré ir a un amigo como si nada? No. Intenté hacer algo lindo para Atsushi. Y fui a comprar unas cosas para cocinar. Recordé cuánto le gustan las crepas y qué mi padre.. Me había enseñado a hacerlas. Hice las crepas y arreglé la casa. Puse velas al rededor de la mesa y limpie toda la casa. Me fui a buscar a Atsushi y estaba algo nervioso. Toque la puerta y esperé a que abriera. Cuando abrió sostuve la puerta antes de que la cerrará y lo mire a los ojos - puedes... Puedes cenar conmigo hoy..? Por favor... - le dije viendolo con inocencia - yo... Hice crepas... Te gustan mucho cierto..? - le dije alejándome un poco de la puerta - por favor.. - le dije mientras que soltaba la puerta. Salió y cerró la puerta. - está bien... - me dijo viendo al suelo. Fuimos a mi casa y nos sentamos los dos en la mesa. - y tu padre..? - me preguntó mientras que miraba la casa tan vacía como mi vida. - el... - le dije dejando mi comida y viendo al suelo. - escucha la verdad yo te traje aquí porque... Yo.... Te quiero.. Y... No quiero perderte... Me hicieron perder a mi padre y... No quiero perder a la única persona con la que no me siento solo.. - le dije mientras que dejaba caer una lágrima. - se que puedo darte miedo pero... Siento que eres el primer amigo que tengo.. - le dije limpiando mi cara. - como sea yo.. Quise demostrarte que... Aunque sea un demonio.. También soy un humano. Y.. Tengo corazón y sentimientos.. Eso es lo que no me deja lastimarte o me hace querer protegerte.. - le dije mientras que ponía su mano bajo la mesa y dejaba caer algo al suelo. - luego de que mataran a mi padre.. Y tu quisieras matarme... Incluso así no pude hacerte daño.. Qe no lo ves? - le dije mientras que dejaba caer una lágrima y me veía. El estaba a punto de decir algo cuando algo debajo de la mesa explotó haciendo que los dos nos alejaramos de golpe. Atsushi cayó al suelo y yo me golpee contra la pared. Uno de los vasos se quebró y me atravesé el vidrio sin querer en la mano. Fe allí cuando otro padre volvió a entrar a la casa. Aproveché la sangre de mi mano y dibujé un círculo con una estrella en medio. Dije algunas palabras y toda la casa empezó a temblar. El padre tenía a Atsushi como objetivo fijo y estaba cerca de matarlo. Las luces se apagaban y encendían y no podía ver mucho. Hasta que recordé lo que me dijo ese chico. - si en verdad lo amas, debes protegerlo. Y si el te quiere, deberá aceptarte como eres. Humano, demonio, con o sin defectos deberás gustarle.. Dile lo que sientes y explicarle todo. Y.. Cumple con tu promesa- me dijo en mi mente mientras que sacaba mis alas y volaba hacia el. Lo abracé y el cuchillo del padre cayó al suelo. Mis ojos eran rojos y mis alas negras. Mi cola negra y desprendía un pequeño fuego. Mis colmillo hacían que cortara mi propia boca y sangrara. Y sobre todo tenía las garras enterradas en la mano para no lastimar a nadie. Cuando bajé a Atsushi el padre atravesó mi cuello con una espada. Luego mi pecho, mi abdomen, los brazos, todo mi cuerpo. Como si fuera una brocheta humana. En el momento en el que chasqueo los dedos las cortadas empezaron a arder y cada vez lo soportaba menos. Estaba cada vez mas débil y con menos fuerza. Atsushi me tomó de las mejillas y empezó a llorar. - tranquilo.. Te dije... Que siempre te protegería.. - le dije escupiendo sangre y cayendo al suelo. - ah mierda... Creo... Que esta vez no podré regresar... - le dije riendome un poco mientras que el lloraba - escuchame.. - le dije dándole un dardo - haz que atraviese su cuello. Tu puedes.. - le dije apretando su mano con fuerza - si no lo haces... Te matará.. - le dije mientras que tocaba sus mejillas. - gracias... Por ser mi amigo - le dije dejando caer una lágrima. - si vas a morir.. Al menos haz el intento de defenderte... - le dije vomitando sangre. - ah... Carajo... Creo... Que no queda mucho tiempo.. Vete... - le dije mientras que veía como sacaba las espadas y me cargaba - que haces..? - le dije viendo como se negaba a dejarme allí. - no pienso dejarte morir... - me dijo tratando de caminar - Atsushi.. Pero... - le dije mientras que perdía cada vez más sangre y energía. Me pare y lo empujé con la poca fuerza que me quedaba y luego mi cuerpo desapareció. La casa se hizo pedazos y la policía llegó a ver que pasó. Cuando desperté, estaba en el bosque. En otro cuerpo que no era el mío

La vida de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora