》Capitulo quince《

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Puedes huir de las personas y vivir en medio de la nada, pero ¿Cómo vas a escapar de lo que sientes?

- Andrés Alvarado

Después de todo, logré lo que quería.

¿Pero por qué aún no me pude deshacer del nudo en el estómago que siento ahora?

Me había prometido irse una vez que me haya alejado del foco del problema, pero no cumplió con su palabra.

O quizá ese sea yo.

Fue más fácil de lo que pensé convencer a Benjamín de que lo mejor era que transcurra el embarazo en la ciudad que elegí hace años como mi hogar, y que luego volvería a Buenos Aires, para que él estuviese presente en los primeros años de vida de nuestro hijo.

Si, bastante complicado el plan. Pero por ahora otra cosa mejor no se me ocurre y de verdad necesito tener un poco de paz, aquella que solo el paisaje montañoso y su atmósfera casi siempre húmeda pero refrescante puede ofrecerme.

Luego pensaría alguna solución mas viable. Ahora solo quiero dejar de pensar en el asunto y no adelantarme al futuro.

Respiro profundo para calmar mi  ansiedad, que tampoco le hace bien al bebé, y decido ponerme los auriculares y escuchar la radio mientras observo como la gente sube al micro y acomoda sus bolsos en los estantes, con sus rostros sonrientes. Me distraigo pensando cuál será la razón por la que están aquí. Vacaciones improvisadas quizá, visitas a parientes o amigos. O tal vez, como yo, decidieron volver a su hogar buscando calma.

Mi viejo celular suena y veo en la pantalla el número de Felipe.

Luego de tener varias semanas para repensar todo lo que había sucedido, descubrí que mi enojo con mi amigo había desaparecido. Fue bastante infantil de mi parte haberme enfadado con él, ya que la única motivación posible para que Felipe me esconda un secreto de ese calibre era la lealtad que lo caracterizaba. Así que lo llamé para solucionar todo y pedirle disculpas. Él, que es una persona extraordinaria, no tuvo reparo en tomarlas y fingir que nada hubiese pasado, manteniendo intacta nuestra amistad.

- Hola – Contesto.

- Hola, Cami. ¿Cómo va todo por ahí? ¿Ya tomaste el micro?

- Si. Ya estoy arriba. Estoy esperando que arranque, ya están subiendo los últimos pasajeros.

- Avisame por favor cuando llegues, ¿Si?

- Lo voy a hacer, siempre y cuando tenga señal.

- Buscas algún teléfono de línea o señales de humo pero me avisás ¿Ok? Acordate que me prometiste mantenerme siempre al tanto con la condición de que no te acompañemos a la terminal hoy.

Sonrío.

- Y mantengo esa promesa. Gracias.

- Te quiero petisa.

Bandera Blanca Al Corazón [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora