》Capitulo nueve《

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Hasta con las ilusiones rotas ella sigue siendo esa mujer que mas le ha gustado ser, guapa por fuera y hermosa por dentro, Dios no le dió solo belleza física tambien le puso coraje en el corazón y fuerza de voluntad en el alma.

~Andrés Alfonso

Vuelvo a aprender a ser consciente del tiempo, aquél que me juega en contra.

De a poco me acostumbro a mi nueva realidad y cuento los dias.

Pasó un largo mes y mi cuerpo de a poco continua sanando. Los moretones en mi rostro y brazos desaparecen por completo. Mi cabelli al costado de mi cabeza vuelve a crecer, excepto alrededor de la horrenda cicatriz que atraviesa mi cuero cabelludo. Tambien crece mi vientre y ahora es notable debajo de las sábanas blancas que cubren mi cuerpo.

Según los médicos, mi embarazo pasó el período de riesgo y está mas afianzado que nunca. Siento a mi niño presente en mí mucho mas que antes y eso me pone feliz.

Pero nadie habla de mi recuperación. Ningún médico pone atención en mi lenta pero decidida evolución y eso me frustra. Es como si se hubiesen dado por vencidos. Mis hermanos. Felipe. Todos.

Excepto mi madre.

Ella es la única que aún se aferra a la esperanza.

De a poco tengo memoria. Recupero ciertas imágenes, que pasan por mi cabeza fugazmente, pero son suficientes para detenerme en ciertos rostros y reconocerlos. Mi hermano Rodrigo, tan sobreprotector conmigo, incluso ahora, que no se despega de mi lado cada vez que viene a visitarme. Mi hermana Melina, que por cuestiones de trabajo no viene muy seguido, pero cada vez que lo hace, percibo el dolor que le produce verme así. Y la comprendo. Si fuese al revés, creo que preferiría quedarme con sus mejores recuerdos.

Felipe, mi hermano de la vida, ya casi no pasa a verme. Y si lo hace, solo se limita a contener a mi madre, sin apenas dedicarme unas cuantas miradas de soslayo. Es como si ya hubiera perdido la ilusión y su optimismo. Para él, aquel cuerpo imperturbable no soy yo. Mi esencia no está ahí.

Pero se equivoca.

Y Benjamín. Mi Benjamín. Que cada vez que me sobreviene algún recuerdo suyo no puedo evitar sentir un inmenso calor en mi pecho y dolor tambien, porque necesito verlo. Pero desde aquella vez que me dejó su anillo y su promesa, no regresó para cumplirla.

Solo una vez, hace algunas semanas, escuché su voz desde el pasillo y me apresuré a ir a verlo. Pero fue un error. Porque nunca lo había visto así. Su aspecto daba pena y sus ojos causaban la misma desesperación que reflejaban. Quise contenerlo, decirle que todo estaría bien pero el no pudo oírme, solo pedía una y otra vez verme.

Rodrigo llamó a los hombres de seguridad y éstos lo llevaron lejos de mí.

Según me enteré esa misma tarde, Benjamín perdió la cabeza:

Bandera Blanca Al Corazón [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora