Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida.
No es el fin del mundo.
Es el inicio de uno nuevo.
Me miro al espejo por primera vez en semanas.
Aquella mujer que solía ser antes del accidente desapareció por completo. Mi rostro, con leves cicatrices de color blanco que inundan mi mejilla y mi frente del lado izquierdo y que poco a poco se están desvaneciendo, ya no es el mismo.
Recorro con la punta de mis dedos aquellas marcas que significan un antes y un después en mi vida; presiono la enorme cicatriz sobre mi cuero cabelludo, que ahora algunos cuantos centímetros de mi cabello la cubren, y me asombra ya no sentir dolor al hacerlo sino solo una leve molestia. Observo tambien mis pechos, que ahora son más grandes producto de la revolución hormonal de la que soy el blanco. Y por último miro mi vientre, que crece un poquito más todos los días, y que ahora ya es definitivamente notable.
No puedo evitar fruncir el seño mientras continúo observando mi cuerpo en plena metamorfosis.
No me reconozco del todo aún en esta nueva piel, ese trabajo tomará su tiempo supongo.Recuerdo lo duro que fue despertar y verme ocupando un cuerpo que no es el mismo de aquel que solía tener. No solo fue difícil saber de mi embarazo, sino ver todo mi cuerpo con aquellas marcas que perpetuarán por siempre aquel día en mi piel.
La recuperación física fue lenta y dolorosa, volver a utilizar mis piernas luego de dos meses de haber estado inactivas me costó mucho más de lo que hubiese deseado.
Todos los días los médicos me ayudaban a levantarme de la cama y caminar unos cuantos pasos en la habitación, y día tras día el reto iba aumentando su nivel de dificultad, siendo preciso luego salir de la habitación y caminar por los prolongados pasillos de la clínica.
Lo mismo sucedía con los músculos de mis brazos, adormecidos por la falta de uso. Pero de todos modos no me rendí, quería irme lo mas rápido posible de ese asfixiante lugar, así que seguía cada instrucción de los médicos y soportaba cada estudio por el cual debía pasar.
Arrugo la nariz al recordar esos días y todas las intervenciones que tuvieron que hacerle a mi cuerpo para comprender un poco aunque sea el fenómeno en el que me había convertido para la ciencia. ¿Estar dos meses en coma sin dar alguna señal de conciencia y luego, después de una inesperada arritmia cardíaca, despertar? Nadie entendía nada.
Nora no se cansaba de decirme que ella sabía que yo estaba muy cerca de reaccionar y que todo fue producto de mi fuerza y mis ganas de vivir.
Pero yo no estoy muy segura qué fue exactamente lo que me hizo reaccionar. Para mi, simplemente entre el día del accidente y el día en que me desperté en la clínica, solo pasaron minutos.
Por otro lado, mi recuperación psíquica fue mucho más ardua que la física e incluso no estoy segura de haber mejorado en ese aspecto.
Mi mente sencillamente no lo pudo procesar y estuve varios días bajo tratamiento psicológico, con el objetivo de que poco a poco me adapte a mi nueva realidad.
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Bandera Blanca Al Corazón [Completa]
RomanceDerribadas las murallas, ¿Podrán plantar bandera blanca al corazón? Secuela de Muralla al Corazón. ?????????: 21/03/2020 ??????????: 1/05/2020 Prohibida la copia total o parcial de esta obra.