》Epílogo《

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Planta tu bandera
donde sientas
que el corazón
se te sale
del pecho.

- Acappella.

Sus cálidos besos sobre la piel desnuda de mi espalda me despiertan por la mañana

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Sus cálidos besos sobre la piel desnuda de mi espalda me despiertan por la mañana. Algunos rayos de sol se cuelan por las rendijas de la persiana de nuestra habitación y, gracias a ellos, puedo admirar su sonrisa al observarme.

- Feliz cumpleaños – Susurra en mi oído.

Tomo su rostro entre mis manos y beso sus labios con una necesidad infinita, que nunca parece perecer dentro de mi. Todo lo contrario: al pasar los años, se intensifica cada vez más.

Benjamín suelta una risa ahogada entre nuestros besos, sorprendido por mi reacción. Sin embargo, enseguida sigue mi ritmo y se posiciona encima de mi. Comienza a besar con suavidad mi labios, para luego bajar por mi cuello, mis clavículas y mis pechos.
Me dejo llevar por la sensación del roce de sus labios como si fuera la primera vez que mi piel entra en contacto con ellos. Me estremezco al sentir su respiración agitada cerca de mi oído y aquel sonido me enciende aún mas. Beso cada parte de su cuerpo, sin encontrar mas territorios qué explorar.

Nuestra unión se completa al sentirlo dentro de mi y ambos ahogamos nuestros gemidos en un largo beso. Siento su lengua recorrer cada rincón de mi boca y la sensación en su conjunto es inexplicable. Porque luego de tantos años, aún no encuentro alguna palabra adecuada que exprese lo que él me provoca.

Al ir hacia el tocador, él admira mi cuerpo desnudo con una sonrisa desde la cama y yo no puedo contenerme y regreso hacia él para volver a besar sus labios y morderlos suavemente al final.

- No tardes mucho – Me dice él con una sonrisa.

Mientras se encarga de despertar a los chicos, yo me doy una ducha rápida. Me detengo a observar el reflejo de mi rostro en el espejo y recorro con la punta de mis dedos cada ligera línea que sobresale de la comisura exterior de mis ojos. Sonrío mientras pienso en que no puedo negar que a pesar de todo, hoy celebro cuarenta años de una vida plena y feliz.

Al bajar hacia el comedor, mis hijos me reciben con una sorpresa conmovedora: Rita y Esperanza sostienen un cartel con palabras y dibujos dedicatorios para mi, mientras que Mateo, de casi dos años, está en los brazos de su padre y choca sus manitos entre sí al ritmo de la canción de Feliz Cumpleaños que los cuatro cantan para mí.

Abrazo a mis dos niñas y ambas depositan un beso en mi mejilla.

- Es hermoso, gracias hermosas – Exclamo mientras tomo el cartel que me hicieron.

Luego me acerco a Benjamín para darle un largo beso de agradecimiento y Mateo extiende sus brazos hasta donde estoy, y yo lo abrigo entre los míos con fuerza.

- Cami – Exclama Rita – Mirá el pastel que preparé para vos. Mi mamá me ayudó.

La pequeña de casi seis años señala la mesa y en ella puedo ver una torta perfectamente decorada, con mi nombre cuidadosamente escrito en el extremo superior.

Bandera Blanca Al Corazón [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora