Soledad - Parte 2

40 6 0
                                    

Los cuadernos y libros están por todas partes: En la mesa, en los sillones, en el piso.... las sillas están tiradas como si alguien las hubiese arrojado con rabia. La casa está totalmente oscura, excepto por una habitación donde una chica de pelo rubio y gafas se encuentra en medio de un montón de papeles con un lápiz en la mano escribe, se mira enfadada, toma el papel y lo arroja a un bote de basura en el que se desbordan todos los lienzos echados a perder.
Camina de un lado a otro... Mira por su ventana por un momento. Tiene la misma playera del alíen que usó el día de aquella fiesta, los mismos pantalones cortos y el cabello más alborotado que de costumbre.
Está empezando a oscurecer, no para de escribir, de usar la calculadora, de romper hojas... Azota su mano en el escritorio de su habitación como si no hubiese respuesta... Entonces escucha que alguien toca el timbre de su casa.

Peridot baja por la escalera, no puede ver bien debido a que las luces están apagadas... Choca con una de las sillas que yace en el piso... Y escucha nuevamente el timbre.

-¿Hola? ¿Hay alguien? -Decía una voz suave desde el otro lado de la puerta.- Buenas noches... Estoy buscando a Peridot... Traigo algunas notas para ella.

-¡Lázuli! -Susurró la chica de lentes asombrada...

Peridot no sabía si abrir la puerta, intentó alejarse lentamente de la puerta, pero tropezó con la silla que estaba justo detrás de ella... Se escuchó un fuerte ruido.

-¿Peridot? -Preguntó la voz tras la puerta- Peridot... Abre la puerta por favor...

-Lázuli... Este no es un buen momento ¿Sabes? -Decía Peridot con voz muy seria- ¡Lo mejor es que te vayas ahora!

-Peridot si te hice algo, yo...

-No Lázuli... Esto no tiene que ver contigo -Decía Peridot mientras se acercaba a la puerta cuidando de no caer nuevamente - Pero, por favor ya vete...

-Peridot, no se que te ocurre... Pero no puedes simplemente decirme que me vaya y que olvide que algo sucede -Decía Lapis gritando mientras se asomaba por la puerta buscando la silueta de Peridot.- Dejame Pasar... Y hablemos ¿De acuerdo?

-¡No entiendes Lázuli! No entiendes nada... -Replicó Peridot desplomándose en la puerta con los ojos cristalizados.

-Tienes razón, la mayor parte del tiempo no logro entenderte... Pero, eso es, lo que más me gusta de ti... -Continuó Lapis- ...eres tan complicada y tan odiosa pero al mismo tiempo tan divertida y original... Me gustaría que supieras que yo.... Es decir, hasta hace poco tú... -Lapis balbuceó nerviosa

-Lázuli... Te lo repito, este no es tu problema...

-¡Tú! ¡Tú eres mi problema! -Interrumpió Lapis directa- ¡No tienes que pasar por lo que sea que estés pasando sola! Yo quiero estar para ti sin importar los problemas...

-Eres una tonta... -Respondió Peridot entre sollozos, mientras se quitaba las gafas para secarse las lágrimas.

-Y tú... Eres una necia e insoportable nerd... -Respondió Lapis con voz quebrada.

Peridot se levanto del suelo, se puso las gafas de nuevo, cerró los ojos por un segundo y abrió la puerta.

Tan pronto se abrió la puerta Lapis corrió y abrazó con tanta fuerza a Peridot, que ella apenas pudo sostenerse en pie.

Peridot se desplomó ante Lapis, lloró desconsoladamente, pero el cuerpo de Lapis la llenó de calidez, sintió como sus manos pasaban por su cabello, eso la tranquilizó de a poco.

***
-...Entonces esa mañana recibí una llamada de los médicos, por eso me fui sin despedirme, lo siento. Tuve que irme tan rápido como podía... -Decia Peridot mas tranquila ya en el sofá.

Lapis le alcanzó una taza de té caliente que le había preparado.

-No creo que a tu mamá le agradara ver como su hija se esté descuidando cómo tú lo haces... -Decia Lapis mientras levantaba las sillas esparcidas por la casa.

-¡No entiendes Lapis! En lo único que he pensado estos últimos tres años es en ser la mejor estudiante, para ayudar a mi madre y aún no logro conseguir algo que valga la pena, de nada me sirve ser "lista"... -Decía Peridot exaltada mientras se le hacía un nudo en la garganta- Nada me ha servido.... Todos mis inventos, mis investigaciones... ¡Nada funciona! Y ahora ella volvió al hospital, mientras yo debo quedarme aquí, siendo fuerte, tratando de no desmoronarme, ni siquiera eso puedo hacer bien ¡Soy un fracaso! ¡Soy una tonta!

-¡Peridot! -Interrumpió Lapis levantando la voz mientras buscaba la mano de Peridot para tomarla- Es cierto que todo se ve difícil justo ahora, no puedo siquiera imaginar lo que sientes en este momento -Prosiguió Lapis- Pero no tienes por qué pasar por todo esto tú sola... Yo quisiera...
¡No! Yo quiero, cuidar de ti... quiero estar contigo...
-Lapis titubeó y nerviosa acercó su mano a la mejilla de Peridot con ternura- Sé que estás acostumbrada a manejar todo por tu cuenta, a ser independiente, quizá te pido mucho pero, déjame ser parte de tu universo, Peridot.

Lapis se acercó lentamente y besó la frente de Peridot. La chica de gafas no sabía cómo reaccionar, quedó atónita, asombrada. Ese miedo desapareció; Todo a su alrededor logró apaciguarse y esa tranquilidad que solo Lapis pudo darle, irónicamente le hizo caer en picada a un sentimiento inexplicable dónde su corazón no hacía más que acelerarse cada vez más...

Lapidot [¿...?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora