Capítulo I

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Yoshiko estaba llegando a la escuela, justo cuando vio la entrada le vinieron muchos recuerdos de su primer día hace un año, cuando no conocía a casi nadie...

Se sentó en una de las bancas del gran patio rodeado de los salones de secundaria y se quedó pensando y recordando un breve rato, sus pensamientos fueron interrumpidos por You, quien se consideraba a sí misma su mejor amiga, aunque Yoshiko la apreciaba por todo lo que habían pasado juntas, nunca le importo eso del título mejores amigas, aunque le seguía la cuerda a You para que esta no hiciera uno de sus dramas.

— ¡Ohayohane! ¿Me extrañaste? — You sonrió y abrazo a Yoshiko tan fuerte que esta hizo gestos algo exagerados de que se estaba afixiando.

— Te dije que no me llamaras así, mi nombre es YO-SHI-KO ¡Tsushima Yoshiko! — la peliazul detestaba que la llamaran por su antiguo sobrenombre, y You adoraba usar eso para molestarla.

— Como sea Yohane, ¿ya viste la lista? — Yoshiko negó, sabía que la lista a la que You se refería era la más importante y decisiva en todo el año escolar, la lista de los alumnos de cada clase.

— No, creo que esta por allá — Ambas chicas se dirigieron donde la peliazul señaló, allí se encontraban varios estudiantes que iban con el mismo objetivo que ellas, no sólo era cosa de ver en que salón estabas, para nada, era cosa de ver con quienes estabas.

— ¡Estamos juntas! — celebró la más baja, Yoshiko solo le devolvió una sonrisa.

— Eso veo, vamos a buscar el salón, ya deben haber alguna personas allí — lo que en realidad quería decir Yoshiko era que debían ir rápido para elegir lugares convenientes y quedar juntas claro.

Apenas llegaron al salón fueron a los puestos de atrás para elegir dos mesas que fuesen de su agrado, decidieron sentarse una al lado de la otra en la antepenúltima hilera y dos puestos alejadas de la esquina, lugar que ya habían planificado con anticipación ya que no están muy en el centro, ni en la esquina, ni atrás, por lo que están cubiertas de todos los lados para poder vagar un poco en clase o también poder poner atención a la clase según les apeteciera.

Luego de tomar "el lugar perfecto" como solía pasar, los chicos se acercaban a You, aunque claro, ella no demostraba una pizca de interés por ninguno, solo habla con ellos porque eran graciosos, en caso de no ser divertidos sólo trataba con ellos por cordialidad, Yoshiko ya sabía cómo funcionaban las cosas siendo amiga de una de las chicas más populares del lugar, aunque realmente no le molestaba, de hecho, estaba acostumbrada a algo de soledad o más bien disfrutaba de su soledad al máximo cuando tenía oportunidad.

Decidió salir del salón para tomar aire un rato ya que la presencia de tantos chicos y algunas chicas cerca de su asiento empezaba a incomodarla, volvió a una de las bancas donde estaba cuando llegó más temprano en la mañana, el clima era agradable y la brisa estaba soplando aire fresco, justo lo que necesitaba para relajarse un rato, se puso sus audífonos y solo se dedico a escuchar atentamente su amada música, una rara pero relajante mezcla de música clásica, pop inglés, algo de jazz y también electrónica, sin mencionar a sus queridos artistas asiáticos que eran su gusto culposo.

Pero claro, su suerte de "ángel caído" tenía que atacarla como siempre, ya había sonado el timbre interrumpiendo una de sus canciones favoritas en la mejor parte, maldijo en su interior y no le quedó más que ir a su aula.

Al entrar casi se le cae la mandíbula por la sorpresa, para su desgracia una mala sorpresa por no decir terrible y no estaba exagerando, al frente de su antes "lugar perfecto" se encontraba sentada nada más y nada menos que su antigua amiga, si es que así le podía llamar. Prefería llamarla Sakurauchi Riko. Yoshiko maldijo de nuevo. ¿Porqué ella estaba allí? Parecía un hecho imposible el año pasado que Riko llegase a estar en su mismo salón habiendo cuatro clases diferentes, pero allí estaba sentada tan inalcanzable y preciosa como siempre.

Cuando llegó a su silla cruzó mirada con Riko quien le dio una sonrisa en forma de saludo, Yoshiko no supo cómo reaccionar, por suerte logró devolver el saludo antes de salir de su rango de visión, se sentía sudorosa aunque no hiciera calor realmente, cosa que solía suceder cuando estaba nerviosa o incómoda, maldijo por tercera vez en el día y solo recostó su cabeza en la mesa para esperar la presencia del profesor o bien de su amiga You, que por suerte no estuvo para ver el cruce de miradas con Sakurauchi ya que seguro hubiese provocado un escándalo o bien solo un regaño en forma de advertencia, sabia que no debía estar con Riko, ni siquiera mirarla, pero aún así terminó pasando.

— ¡Zuramaru! — Yoshiko salió al recreo y al ver que You se había ido a la fila de la tienda escolar solo fue directamente a la mesa del comedor donde normalmente se sentaban desde el año pasado y allí ya se encontraba Hanamaru, su otra mejor amiga como se hacía llamar al igual que You

— Hola, Yohane — a Hanamaru no le importaba realmente que la llamaran Zuramaru, ya que se había acostumbrado pero sabía que Yoshiko odiaba que la llamaran Yohane.

La peliazul mostró su descontento con una mueca. — Bien, Hanamaru-san ¿cómo estas? ¿Has hecho algo? — Se sentó al lado de la mencionada y espero a que esta terminará de masticar un pedazo del pan que sostenía en las manos.

— No mucho ¿y tú? — Hanamaru mostró una sonrisa pícara en señal de su victoria, Yoshiko parecía querer empezar a hablar pero fue interrumpida

— ¡Maru! Te extrañé, ¿me extrañaste? — You había aparecido con un paquete de galletas y un jugo en caja, se sentó junto a Yoshiko y luego le extendió su mano.

— Vean a quien tenemos acá, la chica con complejo de marinera, claro que te extrañé. — Hanamaru también extendió la mano hacia You y estrecharon sus manos en forma de un amistoso saludo.

Yoshiko sonrió al ver como ambas chicas interactuaban, tenían una especie de conexión bastante linda, como si fueran almas gemelas, las conocía lo suficiente para notar que tenían gustos y personalidades bastantes parecidas y eran bastante afines, aveces le cuesta asimilar que fue gracias a ella que se conocieron y que al principio no se querían dar la oportunidad de saber más sobre la otra, le gustaba recordar cosas del año anterior, las guardaba en su memoria como preciados tesoros, bueno, la mayoría de recuerdos.

𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙪𝙣 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙘𝙝𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora