₀₃

303 37 0
                                    

Febrero 4.

TaeHyung y yo nos hicimos amigos un par de días luego de conocernos. Él era muy lindo y amable que me causaba sensaciones extrañas en mi estómago que no me molestaban en lo más mínimo. Por lo que siempre le ponía una excusa a mi padre cuando me preguntaba que hacía o porque llegaba últimamente un poco más tarde a casa de lo usual.

Últimamente, solo avisaba que estaría en mi habitación, cerraba con seguro la puerta y ponía mi música clásica, para que pensara que ensayaba mis habilidades en el piano y no perdía el tiempo en cosas inútiles.

Luego, tomaba una soga de diez metros y la ataba al picaporte de la puerta de mi armario, con ayuda de la soga y mis piernas bajaba por la ventana hasta llegar al suelo.

Siempre hacia eso para poder ver a TaeTae.

Corría hasta la otra casa y me dirigía directamente hasta el patio trasero, allí vi a mi amigo sentado de espaldas y abrazando sus rodillas, los moretones de sus brazos y piernas eran menos visibles ahora.

— ¡TaeTae! —

Mi grito lo asusto y se levantó inmediatamente, volteo para verme, su rostro asustado desapareció y en su lugar una radiante e inusual sonrisa cuadrada apareció en sus labios.

—Kookie-hyung. —

Fui hasta él y lo abracé fuertemente, enterré mi nariz en su cuello de dónde provenía su aroma a manzana y canela que me enloquecía y disfrutaba. Surgían en mí muchas ganas de morder su tierna piel, lamerla y besarla. Marcarla, como un lobo que marcaba su territorio y no entendía ese sentimiento.

—Kookie-hyung, me hace cosquillas. —rió tiernamente.

Su risa era tan hermosa, que me hacía querer oírla siempre. Me llenaba de vida y me producía increíbles y placenteras sensaciones en...

—Me encantas, TaeTae. De verdad. —

Mi pequeño se sonrojo y bajo un poco su mirada. Era tan puro e inocente, y eso me gustaba mucho, me encantaba. Era mi droga, mi fascinación, tan rápido se había convertido en alguien valioso para mí.

A diferencia de JiMin y HoSeok, TaeTae me hacía sentir como si fuera la persona más feliz del mundo. Y quería que ese sentimiento fuera eterno...

 Y quería que ese sentimiento fuera eterno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi amigo...

Él fue...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora