The Oscars | t.c.

10. noche dos

—¿Qué quieres saber?—Ella y Timmy se sentaron en un restaurante, en el atardecer. Timmy estaba más que feliz al pensamiento de que ambos estaban teniendo su primera cita. 
—Quiero saber todo.— Timothée le sirvió un poco de vino y después a él mientras Ella estaba en la cima del mundo. 
—No estoy segura que lo sepa todo.— Ella rió, Timmy le mostró so preciosa sonrisa y se inclinó por un afecto dramático. 
—¿Cómo así?— torció su cabeza de lado, no estando completamente seguro que ella había entendido.
—Creo que hay gente allá afuera que sabe más de mi que yo misma, parece que así lo piensa de cualquier manera.— Timmy captó de lo que estaba hablando y lentamente se inclinó hacia atrás en su silla. Ella mordió su labio mientras el pasaba una mano por su cabello. 
—Ellos saben una mierda sobre ti. Quiero saber todo lo que tu sabes acerca de ti misma y de tu vida.— Tomó su copa de vino y tomó un sorbo, casi nunca tomaba eso pero quería parecer con clase para Ella. 
—Mi nombre verdadero es Eleanor Laurence, mi cumpleaños es el primero de Julio. Mi papá es francés y mi mamá es una perra, tengo un hermano mayor llamado Leo— ella empezó, él estaba prodigando en su vida, empapándose totalmente. 
—Un hermano, ¿qué tan mayor?—Se preguntó si tendría que probarle a alguien que era lo suficientemente digno como para seguir viendo a Ella. 
—Tiene 25.— La camarera les llevó la comida, Ella estaba en una dieta estricta así que sólo pidió pollo a la plancha y ensalada, mientras tanto Timothée pidió bistec y papas. Notó como la chica estaba viendo a su plato con disgusto y rió silenciosamente.
—¿quieres papas?— Observó el conflicto que ella tenía ante sus ojos ofreciéndole algo que no estaba permitido —Sólo un poco, Ella, ya has hecho algunas cosas que no tenías permitido este fin de semana.— Se estaba refiriendo a lo que bebió y fumó. 
—De acuerdo, te tomaré una o dos.— Su voz era tímida e inquieta. Tomó una papa y la comió lentamente, reía mientras terminaba de masticar lo que tenía entre los dedos. —Es tan injusto que tu puedas comer lo que quieras y la gente te seguirá aplaudiendo pero yo tengo que tener una dieta y si gano unos kilos mi trabajo se va para abajo y la gente empieza a criticar.— apuñaló con enojo su ensalada. 
—Este trabajo es muy injusto pero siempre estarás hermosa para mi.— Se desmayó ante ella, sinceramente creía eso. Ella se tomó un segundo para comer la ensalada. Trataba de que no se notara cuánto le gustaba él pero era bastante obvio. Cuando miró hacia arriba, Timothée estaba perdido en sus pensamientos, mirando la ventana. 
—¿qué estás pensando?— Le preguntó, a pesar de lo cliché que sonaba eso. Timmy la miró y le dio una triste sonrisa. 
—Ayer se sintió como si hubiéramos estado semana juntos, pero hoy parece que son solo minutos.— Ella se desmoronó ante sus palabras, sintiendo la misma pérdida de tiempo que él sintió. 
—Pero tenemos todo el día de mañana aún.— Trató de ser lo más positiva que podía, lo cual admiraba él. Se sacudió ese momento de tristeza y sostuvo su vaso de vino, Ella chocó el suyo con el de él, así como ellos reían para el otro. 

—¿Qué haremos cuando vaya a Londres?— Estaba tan emocionado de pasar un fin de semana en -nothing Hill. Ella se mordió el labio, para demostrar que estaba pensando pero tuvo el efecto equivocado en Timothée, el cual tuvo que acomodarse en su asiento. 
—Bueno, estaba pensando que podríamos hacer el tour de la película de Nothing Hill, porque sé cuando adoras esa película— lo molestó, él dejó salir una risa tan bella que podía detener el tráfico en respuesta a su broma.
—Ja, ja. Muy graciosa. En serio, quiero saber a donde iremos.— Él estaba como un niño impaciente con sus exigencias pero a ella le parecía lindo, lo cual era afortunado. 
—¿a dónde quieres ir? ¿Quieres una visita turística o quieres ir a los lugares que me gustan a mi?— Ella había terminado ya su ensalada y él también, eras simplemente dos personas en la mesa a ese punto. 
—Después de llevarte de un lado a otro en Bertie's y a un lado raro de Central Park, me gustaría esperar que tengas lugares iguales de especiales para verlos— sus ojos irradiaban felicidad.
—Por supuesto, no soy una ermitaña— Fingió sonar ofendida pero solo hizo reír a Timothée. 
—Ay, no, estás muy lejos de serlo.— Ahora sí estaba ofendida. 
—¿Qué significa eso?— Ella alzó las cejas para demostrar que iba en serio y un escalofrío bajó por la espina dorsal de Timothée. 
—¡Nada! Sólo que no puedo ver un día en que te quedes en casa todo el día para hacer nada.— Timmy levantó las manos en defensa pero lo encontró medianamente divertido. 
—No quiero sonar muy presumida, pero soy una actriz de películas, encuentro difícil dejar la casa la mayoría de los días. — Timothée se dio cuenta que Ella hablaba de su trabajo de una manera bastante trágica, él estaba teniendo el mejor momento de su vida, la estaba pasando muy bien, mientras Ella parecía que estaba sufriendo debajo de los reflectores del espectáculo.