Todo parecía haberse quedado quieto, pausado. Gerard con la boca abierta, Ednar con una sonrisa en sus labios y yo... a punto de convertirme en un tomate viviente. ¿Debería decir algo más? No me desagradaba que una persona atractiva dijera que era mi pareja sin que yo lo sepa, pero, ¿enfrente de mi mejor amigo? Aceptaba que lo dijera delante de mi mamá, de mi abuela o de mi vecino... ¿¡Pero de Gerard!?
—S-sólo está bromeando... —dije, tratando de calmar el aire y que todo vuelva a la normalidad.
—Yo ya sabía que estabas de ambos lados... —Gerard seguía con ambas cejas arqueadas y la boca abierta, como hace minutos— pero saber que salías con una persona mayor rubia de ojos... —negó con la cabeza— con lentes de contactos...
—¡No salgo con él! —negué muchas veces con la cabeza. Si Gerard se lo creía, estaba acabado. Cuando una cosa se le metía en la cabeza a él... era difícil sacarlo.
—¿Por qué no me contaste? —me observó, un poco enojado— Te hubiera dado consejos. Bueno, sólo salí con chicas, pero es casi lo mismo, ¿cierto?
Miré a Ednar, frunciendo el ceño. Cuando le pedí ayuda con los ojos, no me refería a que inventara algo sin decirme de qué se trataba.
—¿Qué? Es casi cierto. Recuerda... —contraatacó Ednar, señalando mi cuello. ¿A qué se refería? Que él tomara mi sangre con mi permiso, no significaba que seamos pareja. Tampoco significaba que yo era suyo y que él era mio. Solo éramos amigos. Aún no me atraía para nada.
—¿Podrías irte, por favor? —le pregunté al mentiroso entre dientes—. Luego nos vemos, ¿si?
—Está bien. —Ednar sonrió y me besó la frente, como si en verdad fuéramos parejas. Mis mejillas se entornaron un poco rojas. A pesar de que él era atractivo, amable y un poquitín confiable, no me atraía mucho. Quiero aclarar, que mis sonrojos de por medio son solo por timidez. No me sonrojo porque él me guste. Yo no lo quiero.
—V-vaya... —Gerard seguía en su mundo de sorpresa—. Incluso es más atractivo que Dennis... —susurró lo último. Esta vez, mi sonrojo sí tuvo significado alguno.
—C-calla... —murmuré. Me acomodé la mochila en mi hombro y observé como Ednar se iba. Al perderlo de vista, suspiré y entré a la escuela. Caminé hacia mi casillero, para dejar algunas cosas.
—¿De qué color son sus ojos reales? —Gerard caminaba a mi lado, anotando cosas en su pequeño anotador— ¿Desde cuándo son novios?
—No lo somos. Y creo que son verdes. —Respondí sin ganas. Abrí mi casillero y saqué los libros que debía usar. Gerard seguía anotando—. ¿Estás escribiendo sobre Ednar?
—Eso está más que claro —su lápiz de movía de izquierda a derecha. No había levantado la mirada de las hojas desde que entramos—. Estoy anotando todo sobre tu nueva pareja. ¿Cuál es su nombre completo?
—Ednar... ¿Wallen? —negué con la cabeza—. Sabes que no soy de recordar detalles.
—¿Incluso si se trata de tu novio?
—Ya te he dicho que Ednar no es nada mío. —Sólo es un vampiro que toma mi sangre, me besa y luego me carga como si fuera un princeso sin piernas.
—¿Cuál es el nombre completo de Dennis? —preguntó de la nada.
—Dennis Whittest. —Mis labios se movieron solos, al igual que mis cuerdas vocales. Le respondí sin demoras y dudas. Aunque... ¿por qué me había preguntado eso? No es como si mi ex pareja tuviera algo que ver, ¿cierto?
—Comprendo. Aún recuerdas todo sobre tu ex, pero no sobre tu nueva pareja.
—Gerard... —suspiré y cerré mi casillero, al igual que mi mochila—. Conozco a Dennis desde que tengo memoria. Si sé todo sobre él, es porque estuve mucho tiempo con él.
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Sed de amor (Yaoi-Gay)
RomanceMolee Brawson es un adolescente de dieciséis años simple. Va a una academia, no vive solo, tiene algunos pocos amigos como cualquiera... pero algo lo destaca del resto. Todos lo definen como una persona gótica y emo, por el simple hecho de que a Mol...