Vecino

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Lee no había logrado dormir esa noche, al igual que las otras debido a que cada vez que cerraba sus ojos recordaba las palabras de su padre y las de su amigo.

Cerró sus ojos con pesadez y sintió su teléfono sonar, cuando levantó su vista vio que era su alarma, con algo de molestia se preparó para ir a su perdición, salió de su departamento y dirigió al elevador, su sorpresa fue grande cuando vio al menor ahí.

"¿Cómo será que me la chupe? ¿Se sentirá igual que todas las demás mamadas que me han dado?" se preguntó Lee mientras ignoraba el saludo del otro, dirigió su vista a las manos del menor cuando vio que apretaba su sudadera.

"Ya quiero ver como se aferre a algo mientras se la meto" pensó el mayor mientras salía del elevador y se dirigía a su universidad.

Minho recordó la cara de molestia de su padre cuando se enteró que iba a estudiar algo relacionado con el baile.

«-Eso es para niñas.- comentó el hombre mientras lo miraba con asco y rechazo.»

Lee había intentado de todo para volver a recuperar esa confianza que tenía antes con sus padres, pero sólo le resultó con su madre. Cuando terminaron sus clases, cruzó miradas con un tipo.

-Hey Minho~ ¿tienes algo que hacer? - preguntó el sujeto mientras se apegaba al brazo del nombrado.

-No, ¿quieres ir a tomar algo? - propuso mientras veía como el otro asentía con algo de ilusión en sus ojos,

"Pobre iluso" dijo Minho en su mente mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa y se dirigían a un bar cualquiera.

No sabía en qué momento se había pasado de copas, solo tenía claro que las cosas con su acompañante comenzaban a subir de tono y Minho comenzaba a dejar de pensar con la cabeza, antes de que hicieran algo más él abrió la puerta y siguieron con esa batalla de lenguas.

-Hey, alguien nos acaba de ver.- dijo el chico al cual ni se acordaba de su nombre mientras tiraba su cabeza hacia atrás, producto de que Lee estaba besando su cuello.

-No importa, luego hablo con él.- terminó la conversación mientras le sacaba la camisa al otro y lo volteaba en una pared, frotando su bulto en el trasero del contrario y sintiendo la desesperación apoderándose de él desabrochó el pantalón de su acompañante y luego de bajar estos metió su miembro en el culo del contrario.

-¡Mierda Minho! ¡Me lastimas! - se quejó el otro mientras apoyaba su frente en la pared e intentaba recuperar el aire, el nombrado dejó de moverse y esperó a que el otro se acostumbrara, en la espera comenzó a desesperarse y rodó los ojos, cuando sintió que ya había pasado suficiente tiempo, comenzó a embestirlo nuevamente, el chico se deciso en gemidos.

Cuando ambos se corrieron Minho intentó recuperar el aliento, una vez que lo hizo se salió del otro girándose para caer en su sillón.- ¿no quieres una segunda ronda? - preguntó su acompañante mientras se arrodillaba a un lado de él y comenzaba a dejar besos en su cuello, Minho al sentir eso lo apartó.

-No, creo que con una es suficiente ¿ya te vas? - preguntó irritado mientras veía al otro que solo lo miraba con disgusto, Minho vio como su compañero se vestía de mala gana y salía del lugar dando un portazo.

A Lee Minho no le gustaba que le besaran el cuello.

Ni le dejasen chupetones...

Ni mucho menos le gustaba que lo rasguñaran a la hora del sexo.

Al castaño no le gustaba tirar dos veces con la misma persona, y si en algún momento pasaba eso era por que de verdad le había gustado como lo hacía en la cama.

A Lee Minho no le gustaba entablar una conversación en la hora del sexo, ni mucho menos cuando este se acababa.

Al castaño no le gustaba volverse cercano y entablar una amistad o algo más con las personas a las que llevaba a su cama.

A Lee Minho no le gustaba pensar mucho en las personas que no conocía, pero ahí estaba, recordando el rostro de su vecino, recordando como lo miró con sus mejillas rojas y como apretó los puños de su sudadera.

Lee Minho odiaba el amor, pero ahí estaba, pensando en una persona que ni conocía.

A la mañana siguiente, el castaño se duchó y luego vistió, se preparó un café, y ordenó su departamento, al igual que todas las noches anteriores, no había dormido, cuando se estaba bebiendo del líquido en su taza, recibió un mensaje de Hyunjin, el cual decía "es importante" sin más, Lee terminó su café, y se dirigió al elevador, pero al pasar por la puerta 202 se detuvo, y sin darse cuenta ya estaba tocando la puerta del menor.

"¿Por qué siempre pone esa cara? Se ve... Tan sexy" pensó mientras lo miraba y se recargaba en el marco de la puerta.

Lee no prestó atención a las palabras que decía el otro y solo respondió cualquier cosa, la atención de Lee Minho se encontraba en los labios de Han Jisung, de pronto sintió un olor agradable, se inclino un poco para saber de dónde venía, y sin darse cuenta vio como el menor cerraba la puerta en su cara.

"Sí que se siente feo que te hagan eso" se dijo a si mismo mientras se dirigía al elevador.

"Con que Han Jisung, ¿no?"

Liar./Minsung Remasterizado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora