Luego de ese día no vio más al menor, comenzó a sentirse perdido, sin una razón para seguir adelante, y debido a eso, había comenzado a fumar más seguido.
Su mamá en más de una ocasión le había comentado que era mejor que se mudara de edificio, pero él la descartó, no tenía los ánimos para buscar un nuevo lugar, pero su madre insistía, al final terminó ella buscando un nuevo departamento y hasta se propuso a pagarlo.
Los chicos cuando supieron que el castaño se iba a mudar lo ayudaron en lo que más pudieron, le ayudaron a guardar sus cosas en las cajas y a limpiar el lugar, también lo ayudaron a desempacar y a ordenar todo cuando se mudó, la parte en la que se encontraba el edificio tenía una vista hermosa, quedaba cerca del departamento de Hwang y de donde vivían sus progenitores.
Chan y Changbin lo iban a ver día por medio, y a veces los acompañaba Félix, los tres chicos junto con la mamá de Lee intentaron sacarlo adelante, pero todo parecía inútil, el castaño solo parecía vacío.
Chan, un día intentó dárselas de psicólogo, le preguntó qué era lo que sentía, intentó animarlo, darle ánimos pero solo logró estresarse.
La mamá de Minho al final les terminó diciendo a los chicos que había que dejarlo, pero estar con él para que no hiciera una idiotez, ella conocía a la perfección a su hijo y sabía que en un momento se le iba a pasar.
Un día cuando se levantó, fue a su cocina y vio a su mamá, aunque Lee no quería comer, lo hacía por miedo a quedarse solo, porque sí, su madre ya le había dicho que si no comía esa iba a hacer la última vez que la iba a ver, a veces la odiaba.
La única tarea que tenía Minho era lavar los platos sucios, su mamá le había dicho que tenía que ir a sus clases, pero el mayor no obedeció, en cambio, congeló los semestres que le faltaban, el mayor ya no podía fumar como antes, su mamá le dejaba fumar un cigarrillo al día, a Lee no le gustaba, pero no podía oponerse, necesitaba a su progenitora.
Un día se levantó del suelo y fue a su cocina para buscar comida, pero no había nada, asomó su cabeza por la puerta de la cocina y vio a su mamá que se encontraba viendo un kdrama.
-Ma.- habló mientras se ganaba la mirada de la mujer.- no queda comida.- soltó mientras se apoyaba en la puerta.- ¿Quieres que vaya a comprar? - preguntó mientras veía la cara de sorpresa de la mujer.
-Creí que nunca lo dirías.- respondió mientras le tomaba la cabeza a su hijo y le dejaba un beso, se aproximó a la puerta y esperó a Lee, este antes de ir, se dirigió al baño y se miró en el espejo, su cabello ahora plateado estaba todo desaliñado, se lo peinó y lavó su cara, se cambió la ropa y luego se dirigió a donde la mujer.
El peli-plateado se encontraba empujando el carrito mientras que su mamá le iba echando comida y las cosas que faltaban en su departamento, Minho estaba aburrido, sintió la mirada de un chico que llevaba puesto el uniforme de colegio, se quedaron mirando y Lee arrugó su frente, pasó de largo y recordó a Sung.
Una vez que terminaron, se dirigieron al auto de la mujer y guardaron las cosas.
-¿Me acompañas al centro comercial? - preguntó la mujer con una sonrisa en su rostro para luego encender el auto, Minho sentía que se lo debía, la mujer había dejado de lado su vida solo para cuidarlo y verificar que él estuviera bien, el mayor solo se limitó a asentir para luego ponerse su cinturón de seguridad.
Una vez que llegaron al lugar, la mamá de Lee estacionó el auto y ambos se bajaron.
-¿Qué quieres ver? - preguntó mientras caminaban por el lugar.
Minho solo veía a su mamá ver ropa y cosas para la casa, le decía que debía decorar su departamento para que se viera más habitado, por la cabeza del mayor solo pasaba la pregunta de qué debería creer, el qué hacer con su vida y también el seguir adelante, sentía que aunque tuviera todas las respuestas enfrente de él, todavía no podía resolver algo, se sentía incapaz, sintió que le acariciaban el brazo y miró a un lado.
-Vamos, suelta todo lo que tengas, yo voy a espera a que hables, sin presiones aunque me muera de ganas de saber qué es lo que piensas.- habló suave la mujer.
Lee no aguantó, después de todo era su madre, le contó todo, todos esos pensamientos que había tenido en ese tiempo y lo mal que se sentía al no saber qué quería exactamente, la mujer solo escuchaba mientras caminaban por entremedio de todas las personas que se encontraban en el lugar.
Lee le contó que se sentía afligido, que sentía amargura al ver a todas las personas riendo a su alrededor.
Hubo cosas que no fue capaz de decirle, no le contó que se sentía como un mentiroso, que sentía toda la culpa de lo que había pasado aquel día, de no haber podido contarle antes a su progenitora que a él en realidad le gustaban los hombres, quería pedir disculpas por todo el dolor que les había causado, admitir que se le hacía difícil vivir sin ellos y fingir que no le importaba, se sentía un completo mentiroso, ya no sabía qué era una mentira o cuál era la verdad de todo lo que estaba pasando.
Cuando no hubo nada que decir su mamá habló, le dijo que un café lo iba a preparar para el sermón que le iba a dar cuando llegarán a su departamento, se dirigieron a un lugar para pedir café, en ese momento sintió algo dentro de él, sintió que su corazón se aceleraba y como todos sus sentido se ponían en alerta, comenzó a sentir que todo a su alrededor iba en cámara lenta, el peli-plateado buscó algo con su mirada, no sabía exactamente qué era, pero sentía que era importante, en ese momento cruzó miradas con alguien y fue ahí, cuando sintió que su corazón volvía a latir con más fuerza.
Sus miradas se conectaron, y sintió que su corazón no podía aguantar más.
Oyó la voz lejana de su mamá, pero todo su ser estaba centrado en aquella persona.
Vio como las lágrimas caían de aquellos ojos que le transmitían tranquilidad, quiso ir, volver a sentir su olor, oír sus anécdotas, reír hasta que le doliese el estómago.
Vio al peli-azul más hermoso y daba a demostrar que él sí lo había podido superar.
Fue ahí cuando el mayor se preguntó si estaba bien el quedarse en ese lugar o salir de ahí, volvió a sentir la voz de su mamá, el mayor comenzó a sentirse mareado, sintió un pitido en su oído, sus piernas pesadas, su respiración entrecortada.
Supo que nada bueno le esperaba.
Cuando supo que ese era su fin, habló, sin quitar la vista del menor.
-Mamá... - llamó.
Lo último que vio fue que todo a su alrededor se hacía más grande, sintió la preocupación en la voz de su mamá mientras esta lo tomaba del brazo.
Vio la preocupación en el rostro del menor y luego como este se acercaba a ellos.
Lee no pudo más, cerró sus ojos y se dejó llevar.
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Liar./Minsung Remasterizado
Fiksi PenggemarSin lugar a dudas, soy demasiado orgulloso para el amor, pero a pesar de estar con los ojos cerrados, es en ti en quien estoy pensando. Pero entonces, ¿cómo fue que pasamos de A a B? Sabes que esto no puede depender de mí, porque creo que estoy un p...