los que serían mis compañeros de salón, no dejaban de tirar bolas de papel y gritar. sólo estaba apoyando contra el umbral y ya tenía ganas de pedir un cambio de salón, o como decía mi madre: un cambio de humor te haría bien.
suspirando, pise un pie dentro de aquellas cuatro paredes con asientos escolares y ratas apestosas. el profesor descansaba en su silla, tirado y con la boca entreabierta metido en el quinto sueño. vaya educación, pensé. tire una de las comisuras de mis labios para un costado, dejando el certificado de alumno nuevo en la mesa, girando y levantando la cabeza para encontrar un lugar libre dónde sentarme y gritar internamente.
habían dos libres, uno al lado del otro, levanté los codos en signo de poca importancia, caminando de puntillas para no pisar alguno de los chicles húmedos del suelo. me senté en el lugar pegado a la ventana, con la gran vista de las afueras y el sol pegando en mi rostro. Estiré mi cuello y saqué mi celular junto a los audífonos, conectando estos con la cajita electrónica y deslizando el dedo para poner la primer canción que aparezca en mi playlist, in the name of love sonó, rodando los ojos apoyé los brazos en la mesa colocando mi cabeza sobre estos, cerrando mis orbes y hundiéndome en la música.
pasado algunos segundos, o tal vez algunos minutos, empecé a sentir cómo me daban golpecitos en el brazo, para que pasen a ser un gran golpe en la mesa. asustado, di un saltito y levanté la cabeza, para ver aquel rostro de la entrada. su piel de porcelana, los ojos oscuros y con mirada suave, aquellos labios que sonreían en la foto, estaban juntos, como sus gruesas cejas. su expresión era de confusión y un poco de enojo.
— perdona, raro. — habló un amigo fortachon a su lado, la última palabra la dijo mirando toda mi anatomía y agrandando los ojos. — este es el lugar de mark lee, vete... — finalizó, mandando una mano al otro asiento a su lado, vacío y lleno de papeles.
— patético. — susurré apenas audible — este asiento... ¿tiene su nombre? —- bajé los dedos a la madera, con una adorable sonrisa mostrando mis dientes. — perdona, no veo nada. no te molesta que este aquí, ¿verdad? —hice un puchero.
— primero, mira la pared, tiene sus iniciales. — giré mi rostro a la pared baja, estaban una enorme ML escritas, deben estar de broma. — segundo, es su lugar, márchate rarito.
— jeno, no es necesario, puedo sentarme allí. — el de piel de porcelana golpeo el brazo de su amigo, quien al parecer, se llamaba jeno — además, si sigues con todo esto, te pondrán una sanción y te meterán en adopción. — dijo, rodando los ojos y pidiendo paso para sentarse en el otro lugar.
— pero mark, este es tu lugar, lo fue y será siempre. — protestó, echándome una furiosa mirada, yo sólo sonreí y hundí mi cabeza entre mis hombros.
— deja. además, el niño ese no se irá nunca de mi lugar. — se giró, apunto de sentarse, dirigiéndome una mirada un tanto peculiar. no era suave, agradable o linda, era oscura, cómo si me transmitiera odio.
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𝖋𝖗𝖔𝖟𝖊𝖓 𝖐𝖎𝖓𝖌 ❱ ᵐᵃʳᵏʰʸᵘᶜᵏ
Fanfikce❚ los dos chicos más populares de la secundaria se odian, aunque llevar una vida doble donde tienes un trato sexual con el mismísimo lobo que detestas no se escucha nada mal. ❛ no me agrada que seas cálido con los demás, pero me excita ver que ere...