𝖈𝖆𝖗𝖎𝖈𝖎𝖆𝖘

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el dolor era extraño, pero tampoco desagradable. se sentía como una punzada, como si me pincharán hasta lo más profundo, con la diferencia que los movimientos no eran secos.

el cuerpo de mark estaba acostado a mi lado, con una de sus manos apoyada en su cabeza mientras su izquierda hacía movimientos de tijeras en mi interior. las mías sujetaban con fuerza las frazadas, cerradas en puños y dejando mis nudillos blancos de la presión. pasaba saliva con fuerza y extraños sonidos eran liberados de mis labios, gemidos de dolor y placer mezclados con un poco de jadeos y algunos gruñidos que sonaban más como chillidos. la sonrisa de mark estaba en mi plano de vista, él sólo se encontraba con su bóxer puesto, mientras mi anatomía estaba completamente desnuda.

— mierda, estás muy apretado. — dijo sin vergüenza alguna, pegó más mi cuerpo al suyo y optó por introducir un tercer dedo. — tengo miedo de romperte, joder. — su tono de voz estaba cargado de deseo, aunque se notaba como el placer y miedo estaban en una batalla.

— ngh...

— vaya, tus gemidos son de verdad sensuales. seguro que las chicas se vienen con sólo escucharlos. — dijo, mientras acercaba su boca a mi oreja, respirando sobre él y dejando una serie de sensaciones diferentes en mí.

la verdad, es que nunca gemía con las chicas. está bien, me venía y eso pero nunca llegaba a sentirme como en este instante, temblaba a miedo, temía que mis piernas se separasen de mi cuerpo y mi miembro no se parase nunca más, este ya vibraba pidiendo a gritos que le echen una mano en busca de ayuda.

— creo que ya está. — volvió a hablar, dejando mi cuerpo a un lado mientras buscaba en el suelo el envase de lubricante, resultará cómico, pero este tenía sabor a sandia, o a eso olía. — tengo un miedo de pez en tierra, nunca lo hice con un tipo y no sé si saldrás vivo. — se notaba el tono burlón que estaba cargado en él. — ya dejemos los juegos, y dime... ¿tú arriba o yo?

— b-bueno, yo estoy preparado así que... no veo el sentido que tu abajo. — sonreí de labios mientras miraba la puerta, esta no tenía echado el cerrojo y me aterraba que taeyong o cualquier persona entrase.

— oh vaya, ¿nunca has intentado con alguien arriba tuyo? — mi ceja izquierda bajó mientras buscaba con la mirada un punto fijo dónde echarme a llorar, acababa de volver a la vida para volver a cavar mi propia tumba. — no hablo que te la metan, joder, que la persona pasiva — dijo sílaba por sílaba la última palabra y prosiguió — esté arriba tuyo, sientes un no sé qué.

— me siento virgen otra vez. — pensé, notando que lo dije en voz alta y ahora marksonreía con gracia. — creo que hoy me maté suficientes veces. — intenté levantarme de la cama, pero los brazos del otro se enredaron en mi cadera tirando de ella para que quede entre sus piernas.

𝖋𝖗𝖔𝖟𝖊𝖓 𝖐𝖎𝖓𝖌  ❱ ᵐᵃʳᵏʰʸᵘᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora