Sabores, melodías y letras

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¡Qué tontería!
Todavía no entiendo ni por qué lo intento.
Es en vano.
Es inasequible.

Mañanas perpetuas,
preparando cafés y cafés,
tratando de encontrar el sabor
que me comparten tus labios
luego de mojarlos en tu taza.

Y no.
No se puede engañar a mi paladar.
Nada se asemeja a ese sabor.

Tardes que no perecen, 
donde mis dedos se posan en el piano
buscando melodías que se asemejen
a alguna de las canciones
que repiten mis latidos al verte.

¡Qué frustrante!
Creo que no hay suficientes teclas.
Ni siquiera sé si esos acordes existen realmente.

Noches eternas,
volcándome en papeles.
Escribiendo y escribiendo,
hurgando diccionarios de todos los idiomas,
pero nada. 
Ninguna palabra describe lo que siento
al abrazar tu espalda desarropada.

¿Cómo puede ser que nadie
haya experimentado este sentimiento
a tal punto de querer ponerle "nombre"?

Lo intenté.
Sí que lo intenté.
Intenté plasmarte en muchas ramas del arte;
pero creo que tú eres un árbol aparte.
Has echado raíces y todo.

A mi favor, puedo decir
que aún me queda bastante tiempo
para seguir saboreando tus labios empapados de café,
para ponerme a bailar con las canciones que causas en mí,
para continuar leyéndote,
pero, sobre todo,

para seguir amándote



Besos entre líneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora