Nos.

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Perdiéndome entre blancas hojas,
la mina de mi lápiz allí aterriza,
contándote cómo pierdo mi cordura
en noches enteras,
o eternas quizás desearía que sean.

Sonido de hojas secas,
mis pelos se erizan,
pasos que se acercan,
y sí,
eres tú.

Saltas para tomarme por mi espalda,
te aferras a mí de una forma tan encantadora
que desearía que sean así el resto de nuestras décadas,
siempre pendientes, el uno del otro, a toda hora,
pues hasta el tiempo sin nosotros se siente vacío.

Deshoras que paso lejos de tu calor,
tú me desordenas.
Contigo hasta mis lunares se creen lunas,
pues tu amor me da valor,
no sabes el lío que armas dentro de mí.

Me ayudaste a encontrarme, 
pues siempre estuve buscándome,
solo, caminando por allí,
hoy miro a mi costado y te veo a ti,
dibujo un beso en tu mejilla.

Arte es tu cuerpo,
parte por parte desatarte
para no desearte, sino tenerte,
y que no pase el tiempo,
quitarle la agujas al reloj.

Perdiéndonos,
desatándonos,
desprendiéndonos,
olvidándonos del todo,
olvidándonos de nada,
desapareciéndonos,
fugarnos en nuestra locura.

Para ti sólo estoy yo,
y para mí,
sólo estás tú.

Nosotros en la mismísima nada,
o quizás la nada que compartimos
es un completo todo.

Besos entre líneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora