Capitulo 7

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Del ventanal de la gran biblioteca entraba una brisa agradable, el tiempo habia cambiado en New York, y de la gran nevisca que inundó la ciudad hacia dias, solo quedaba un clima templado pero agradable.

Los dos jóvenes seguían conversando, con sendos whiskeys en mano.

Albert escuchó con suma atención cuando Terry le contó el infortunado accidente que sufrió Susana, al caer un centro de iluminación que iba directo contra la humanidad del actor, y -en un acto de amor- Susana lo empuja siendo ella la que sufre el aparatoso accidente, perdiendo irremediablemente parte de su pierna izquierda. Este hecho sucedía en el teatro, cuando se encontraban ensayando la obra "Romeo y Julieta" y ambos protagonizaban los papeles estelares. Ese día, el ensayo era con vestuario. Narró con sumo detalle el caos, los gritos, la desesperación, la llegada de la ambulancia, el hospital, y la noticia.....

Albert lo miraba, los ojos de Terry irradiaban tristeza.

Candy llegó al día siguiente del incidente, la llevé de la estación de trenes a su hotel, y una vez registrada, y habiéndose cambiado a una ropa mas cómoda, nos fuimos al restaurante del hotel y allí le conté todo lo sucedido.

Candy lloró con amargura, y luego de muchas discusiones me hizo prometer que debia quedarme al lado de Susana, me dijo "se lo debes".

- Quería gritar, quería morir Albert!!! Cómo Candy podia pedirme eso????. íbamos a ser felices, sabes???? lo sabes???

- Si que lo sé Terry, la ultima semana no hizo mas que hablar de ti - dijo Albert.

Candy me pidió verla, le dije que pasaría por ella al final de la tarde para acompañarla, Que luego decidiríamos que hacer con nuestras vidas! No habíamos luchado tanto para terminar así!

Albert pensó  .... quien luchó mas por ese amor?????.

A la hora indicada llegue al Hotel, pero Candy ya se había marchado. No dejó recado, ni una nota, nada.

Estuve dando vueltas con el carro por las calles de New York, el estreno de la obra seria al día siguiente .... Donde podía haber ido?

Luego de varias horas de deambular sin sentido, entendí que debía ir a ver a Susana al hospital, ese día no la había visitado.

Cuando llegué al hospital y  subí a la habitación vi que la misma estaba vacía, y las enfermeras gritaban "arriba, arriba en la azotea", "como llego allí??" decía otra.... tuve un grave presentimiento, y subí como impulsado por el viento. Encontré la puerta abierta, médicos y enfermeras al lado de Susana quien estaba en el suelo, había intentado suicidarse al querer lanzarse al vació.... pero Candy, -quien estaba a un lado llorando a mares- la salvó.

La recogí del suelo, la tomé en brazos y ella suspirando me dijo: "no me dejes Terry, no podría vivir sin ti", y asi como en una gran escena de una obra de teatro, y sin mirar atrás, pasé al lado de Candy, quien suspiró largamente. No pude verla....

Albert lo miro con furia, -grandisimo cabrón!!! -quiso decirle.... pero solo con mi mirada bastó para que Terry lo entendiera.

Terry siguió narrando: Luego de dos horas, bajé a fumar un cigarrillo en el descanso de las escaleras que daban a las habitaciones, cuando vi a Candy, sentada una gran banca.

- Terry como está Susana, puedo verla?

-Candy, debemos hablar.

- Ahora solo debes pensar en la salud de Susana. Terry.

-Candy...

- Puedo subir?

Y sin esperar respuesta, subió las escaleras y entró a la habitación. Media hora después, salió. Temblaba de pies a cabeza, al verme me regaló una de sus mas bellas sonrisas.

Adiós Terry.

Y sin esperar respuesta, corrió escaleras abajo, sin mas fui detrás de ella alcanzándola y rodeándola con mis brazos en su cintura....le dije:

- Candy no te vayas, te lo suplico.

-Prométeme que seras feliz, -me dijo Candy.

Apoye mi cabeza en sus hombros y comencé a llorar.

- Sabes Albert, desde que tenia ocho años no lloraba con tanto sentimiento, sabia que era el fin.

- Prométeme que tu seras feliz Candy... y sin mas palabras, la solté.... siguió corriendo, no supe mas de ella.

Albert se puso de pié, reaccionando Terry de la misma forma.

- Terry, NO LA BUSQUES MAS, te queda claro. -poniendo énfasis estricto en esas cuatro palabras.

- Albert, necesito hablar con ella, por favor....

- Terry, no la busques, no le escribas, no intentes nada, ya déjala en paz. Sabes que tiene una semana en el hospital y aun no reacciona??? .... Te has dado cuenta cuantas veces ella luchó por ti? CARAJOOO, hasta se fue de polizón en un barco para buscarte aquí en América, se enfrentó con tu padre, hizo que te reconciliaras con tu madre, que has hecho tu Terrence??? salvarla de unos chicos que se burlaban de ella en el Real Colegio San Pablo?, Cuantas veces no estuviste a punto de meterla en mas problemas de las que tuvo con la hermana Grey, todo por tu calentura en medio de tus pantalones??? Dime Terrence, dimeloooo.

Terry tenia la mirada fija en el suelo.

Definitivamente, Candy es demasiado mujer para ti Terry!!!, entendiste lo que te dije no???

Terry seguía sin reaccionar. Albert lo tomó por las solapas y le volvió a repetir: NO LA BUSQUES, DÉJALA EN PAZ.

Y sin esperar respuesta, Albert salio de la biblioteca, el mayordomo le abrió el portón, George aguardaba. Se montó en el vehículo y le pidió que lo llevara nuevamente a la mansión que los Andrew tenían en New York.

Mas tarde ese mismo día, Albert se encontraba sentado en una silla al lado de la cama de Candy. El Dr. Robinson lo miraba y se preguntaba como un hombre con tanto dinero y estatus social, podía andar vestido tan informal, con jeans, botas altas y cazadora.... si no hubiese sido por la identificación que le mostró, no lo hubiese dejado entrar.

Albert tenia su cabeza apoyada en su brazos sobre la cama y repentinamente sintió que una mano le acariciaba el cabello.

- Albert eres tu?

-Candy pequeña, al fin despertaste.

Pasó el dorso de su mano en la cara de Albert.... y le regaló la mas bella de sus sonrisas.

Candy, mi historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora