Capitulo 15

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dos semanas antes.

Terry se encontraba en el jardín del que había sido su hogar con Susana y la madre de esta. Susana acababa de morir. En el fondo extrañaba su sonrisa sincera y la cara de adoración que ponía cuando lo veía. Su vida se extinguió tan pronto. Buscó los mejores médicos especialistas para tratar la infeccion del muñon, no obstante la primera operación donde procedieron a la mutilación de su pierna, tuvo muchísimas complicaciones, nunca llegó a recuperarse del todo.

Nunca la amó solo le tuvo cariño, quiso casarse con ella, pero nunca pudo, siempre había una excusa –perfecta- que impedía que se llevara a cabo la boda. A pesar de todo su corazón y su alma estaban comprometidos, había sacrificado y resignado su vida a no luchar, a no buscarla, a que las cosas fuesen diferentes, solo por el estúpido honor de tener que hacer las cosas bien, como se deben con Susana.

Agradecía infinitamente que Susana arriesgara su vida por él, al final comprometió su carrera actoral, todo su mundo. No obstante, ella si lo amaba, lo amaba más allá de su pérdida, ninguno se recriminaba nada. Ella no se arrepentía de haberlo salvado, él no le reprochó tener que estar a su lado, aun sin amarla.

Y así vivieron todos estos años, ella era feliz teniéndolo a su lado. Susana sabía que jamás la amaría como amaba a Candy, pero a fin de cuentas, ella era la que le sonreía, ella era la que lo veía todas las noches, a ella le contaba sus éxitos en el teatro, ella lo escuchaba y apoyaba, y siempre le sonreía.

Terry cerró sus ojos, recordando aquella noche, reproducía en su mente lo sucedido como una película en cámara lenta. Susana sabía que sus días estaban contados. La infección que tenía su miembro amputado era irreversible. Esa noche ella comenzó a hablarle de Candy, de lo mucho que se arrepentía de haberlo alejado de ella, pero es que ella no concebía pasar sus días sin estar a su lado. Le conto la vez que ella la salvo del aquel inminente suicidio en el hospital, de lo que conversaron, del pedido que le hizo a Candy. Ahora los papeles se invertian y Susana le hizo prometer que la buscaría e intentarían ser felices, ya nada ni nadie podía separarlos.

Que era todo esto? Primero Candy lo arrojó directamente a los brazos de Susana, y ahora Susana le decía que debía ir a buscar a Candy? Acaso era un fatal juego del destino?.

Era cierto, hace años su verdadero amor lo había impulsado a estar al lado de Susana;  también era consiente que debía también cumplirle. Y lo hizo, lo mejor que pudo, siempre sintió el peso de su culpabilidad, por ella y por Candy.  Todos los dias le enviaba flores con notas de cariño, la llevaba a pasear por el Central Park, la cuidaba en exceso e invirtió una gran cantidad de dinero en acondicionar la casa para sus necesidades, no descuidaba ningún detalle, y ella lo sabía.

Nunca tuvo relaciones con ella, ni siquiera le dio un simple beso en los labios, tampoco eso fue motivo de reproche o discusión. Susana se había prometido en no discutir por eso, solo con tenerlo a su lado le bastaba. Eso se lo confesó la noche en que falleció. Sabía que no podía forzarlo y tampoco reclamarle nada sobre ese particular. Le declaró que por tiempo había pensado que su actitud hacia él había sido muy egoísta, al separarlo de Candy, y por eso, no se atrevió a pedir más de lo que él le daba.

Al final falleció tranquila. Todo lo que le contó a Terry la hizo partir en paz. El también sintió que había obrado conforme a las circunstancias. Supo que todo lo que le contó lo decía desde el fondo de su corazón. Susana nunca fue mala persona, solo fue una chica que tuvo la desgracia de enamorarse de él, un cabrón que jamás le correspondería como debía, a una mujer enamorada, él ni siquiera merecía su amor, merecía odio y desprecio, pero no, al contrario, aunque el en el fondo si era un completo infeliz, la sonrisa y la forma de ser de Susana, le aportaba paz a su atolondrada vida, y serenidad ante su desquiciado enamoramiento por Candy. Sí que ironía! Susana había contribuido con su paz y serenidad, con su comprensión y su carisma, desde su cama o desde su silla de ruedas, jamás perdió la sonrisa, aunque en el fondo él también sabía que ella era infeliz.

Ahora todo era diferente. Podía cambiar algo la muerte de Susana?

Candy, mi historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora