XVIII

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48 días para dejar el trabajo.

Me levanté a las 6am. Ni un minuto más ni uno menos. El presidente Kim dijo que me quería ver a las 7, una hora más temprano y no sabía exactamente porque al principio, pero luego recordé que era porque a las 8:30 tenía una reunión.
Debo decir que con él empiezo a llevarme un poco mejor, creo que nos vamos entendiendo. Y al verle llorar ayer me di cuenta que también tiene sentimientos, hay muchas cosas que le afectan de forma negativa.

Él odia ser odiado.

—Llegas un minuto tarde.

—¿Porque siempre me molestas con eso? - pregunté entrando en su casa. —Ve a ducharte presidente.

—Ya me duché. - dijo acercándose. —¿Quieres olerme?

—Aparta. - dije poniendo mis manos sobre sus hombros y empujándole. —La corbata entonces.

Taehyung me dio la corbata que él había elegido. Me acerqué. Él no quitaba su sonrisa. Le miré y sonreí sin darme cuenta pero luego dejé de hacerlo. Reconozco que me dejé llevar esta vez.

—¿No te vas a afeitar? - pregunté, sin alejarme.

—¿Porque? - dijo. —Estoy bonito igual.

Ésta vez me alejé y no se lo negué. Lo era.

—Por cierto, secretario Jeon.

Le miré, sin contestarle, pero esperaba a que me hiciera la pregunta y él siguió.

—¿Pensabas que... - dijo. — ... no me iba a enterar que tus planes se trataban de ir con los de la empresa a la Isla Jeju?

Suspiré.

—Te lo iba a decir presidente Kim.

Y era cierto. Pensaba decírselo pero cuando me dijeron que no le diga nada al presidente no tenía otra opción que callar. Era lo mejor tanto para mi como para los demás.

—¿Sabes? - preguntó riéndose. —Tampoco quiero ir. - dijo.

—¿Ah?

—No quiero ir.

—Tampoco estás invitado, crack.

Me sentía culpable, porque Tae empezaba a caerme bien pero aún así a los de la empresa no. Quería invitarlo, porque él, lo demuestre o no, es sensible. Y que vayan muchos a la Isla y que a él no le hayan invitado, debe doler.

Taehyung sonrió. —Está bien. - rió. —Vosotros os lo perdéis. - dijo saliendo de casa, con las manos en el bolsillo como si fuera un chico malo.

Fui detrás de él, y nos paramos justo delante del coche, esperando al chofer.

—No quiero que te enfades presidente. -Él no me miraba, estaba indiferente. Bajé la mirada y luego volví a hablarle. —Yo te invitaría.

—No te preocupes secretario Jeon, ya nos veremos en la cena.

—¿Cuándo será?

—Supongo que el lunes, después del finde. - dijo. —Ya que estarás en la Isla.

Se notaba que lo hacía a propósito para sentirme culpable por no invitarlo, pero así no conseguía nada, no podía hacer nada.

—Está bien. - dije mirando el reloj. —Se está haciendo tarde, ¿el chofer no viene? - pregunté, sacando el móvil, dándome cuenta de que era viernes. —Taehyung. - dije.

Taehyung no dijo nada.

—¿No le diste el día libre hoy al chofer? - pregunté.

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Llegamos a las 8 a la empresa, me tocó conducir ya que Tae olvidó que hoy el chofer no venía. Estaba despistado.

Salí rápido del coche y fui a abrirle la puerta a Taehyung, él salió rápido, parecía Super Saiyan. Subió rápido a su oficina para llevarse todos los documentos necesarios. Y al irse, yo me fui a la mía y me tiré sobre el sofá.

—Secretario Jeon. – Dijo llamando a la puerta y entrando el secretario Min. – ¿Está preparado para mañana? - sonrió.

—Por supuesto. - dije. —Me hace mucha ilusión.

El secretario Min cerró la puerta, se acercó y se sentó, poniéndose cómodo.

—¿No lo sabe el presidente Kim, verdad? - preguntó susurrando.

Casi se me escapa el sí.

—No, no lo sabe. - dije. —¿Pero no cree que es un poco feo ir todos a la Isla sin invitar al presidente? - pregunté. —Después de todo tenéis trabajo gracias a él.

El secretario Min me miró mal, tardó en contestar, parecía molesto. —El presidente Kim es el diablo en persona.

—No lo conoces bien, secretario Min.

Y yo tampoco.

—Pero por cómo nos trata lo es. – Me estaba poniendo nervioso cada vez más, Min hablaba sin saber nada.

—Es un presidente malo. - dije.– Pero fuera del trabajo, es otra persona.

—¿Estás consciente de lo que dices?-rió. —Igualmente, no puede venir, nadie lo quiere ver, nos estropearía las vacaciones.

Suspiré, no importaba lo que le decía, el secretario Min seguía con su idea y no cambiaba de opinión.
Se levantó y se fue y yo me quedé pensando, no entendía cómo y cuándo las cosas tomaron éste rumbo.

— ¿En qué piensas secretario Jeon?

Levanté mi mirada. Era Taehyung, sonriéndome en la puerta. Una sonrisa que a veces me hacía dudar de si era verdadera o no. Taehyung no sonreía. Hacía ver que lo hacía.

—Taehyung. - me levanté y me acerqué a él. Tae no apartó su mirada, estaba sorprendido, no se esperaba que me acercara de repente a él.

—¿Qué ocurre secretario Jeon?

—Ven a la Isla Jeju conmigo.

Y Taehyung sonrió. Mostrando su sonrisa cuadrada y sus dientes pequeños. Esa sonrisa que me encantaba y no me había percatado de ello.

La sonrisa verdadera y sincera de Taehyung era la que más me gustaba.

Dear President Kim || TAEKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora