Capitulo 1: Bienvenida Nueva Orleans

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Me miro en el espejo y me asombro al ver mi reflejo tan pálido y apagado. Mis ojos perdieron su brillo natural y vivo hace algunos años, mis labios no conservan el rosa que solían tener antes del accidente y mi cabello se ve descuidado y opaco, pero aun así soy igual a mi madre y tengo los mismo ojos color miel de mi padre.

«-Si, necesito una buena siesta- me digo a mi misma antes de escuchar el teléfono al otro lado de mi habitación en ese asqueroso motel- las 6:00 a.m.- miro el reloj y luego me acerco al teléfono- ¿quien demonios llama a las 6:00 a.m.?»

-McQueen al teléfono -tomo mi celular y utilizo mi voz más fría y cortante buscando que quien sea sepa que me ha molestado la hora en la que a llamado- ¿Diga?
-¿Donde coño has estado?-se me eriza la piel al escuchar la voz al otro lado de la línea, claro, tenía que ser la única persona que duerme menos que yo, mi hermano.
-Hola hermanito, estoy perfectamente. Gracias por preguntar- utilizo mi mayor sarcasmo, tenía planeado echarme a dormir, llevo días sin hacerlo, pero ahora todo va a interrumpirse.
-El sarcasmo no te favorece. Dime donde infiernos estas o te juro que cuando te encuentre voy a darte tantos azotes que no podrás pararte de la cama en una semana- su voz sonaba seria y repleta de ira, se perfectamente que no esta jugando con lo de los azotes y es mejor no tentar al destino existe la posibilidad de que Nate sepa ya donde estoy.
-El que te escuche pensara que eres mi novio y que estas hablando enserio- intento hacer un tono burlón para tranquilizarlo pero escucho un bufido al final de la línea que me dice que el ya sabe donde estoy y esta perdiendo la paciencia- Estoy en "New Orleans' face" es un motel, el nombre ya te dirá donde.
-Voy para allá, y te juro que donde te muevas...
-No lo haré, te espero.
-Okay, Ale una ultima cosa...
-¿Qué?
-Te amo, hermanita.
-Yo a ti mas que a mi vida- cuelgo el teléfono.

Mi hermano y yo hemos pasado por muchas cosas, y lo que mas hemos aprendido es que no sabemos cuándo será la última vez que crucemos palabra, así que cada una de nuestras conversaciones terminan siempre con un "Te amo", mi tradición favorita.
Nate estará aquí en minutos pero tal vez pueda convencerlo de dejarme dormir, en cuanto vea mi aspecto se va a espantar, pero primero una ducha.
*****
Treinta minutos después salgo de la ducha y casi suelto la toalla cuando veo la molesta figura de mi hermano al otro lado de la habitación.
El es muy dramático, esta mirando por la ventana cuando yo se que lo único que se puede apreciar es ese pequeño estacionamientos.
-Como consigues tardar media hora en el baño de este asqueroso motel- obviamente no es una pregunta que deba responder.
El se da la vuelta lentamente dejándome ver sus hermosos ojos color caramelo igual que los míos, cabello castaño claro y silueta totalmente formada y masculina. Si, mi hermano es muy guapo.
-Mmm... como consigues vivir contigo mismo cuando no tienes una pizca de sencillez?- dejo caer mi toalla dejando a la vista mi ropa interior, coloco ambas manos en mis caderas y miro a Nate retándolo a que responda.
El me recordé el cuerpo con una rápida mirada e inmediatamente su voz suena preocupada
-Estas muy delgada Alexandra, deberías comer mas- se acerca al armario y toma un vestido color caoba que me llega hasta la rodilla y me lo entrega, ahora su expresión es repleta de ira- que seas... lo que eres, no te protege de enfermarte y verte anorexica.
-Me protege de todo -me pongo el vestido y tomo unas sandalias que combinan- y mi hambre es de venganza, no de física comida.
-Pero si quieres estar viva para ese entonces debes comer, ven te llevare a un restaurante. Tenemos tiempo para comer mientras tu sed de venganza es saciada.
-Estas loco. No puedo salir de aquí. Ellos están ahí afuera.
-¿Y?
-¡¿Y?!, Si me encuentran estoy muerta, esperas que simplemente salga mientras mis enemigos están ahí afuera esperando ansiosos a por mi.

Veo que mi hermano no hace ningún esfuerzo por ocultar su risa, estalla a carcajadas y me resulta imposible no reír con el.
- En primer lugar: ellos, los ansiosos enemigos que tanto mencionas, piensan que estas muerta. Ellos no esta esperándote. En segundo lugar: ¿ese es tu plan?, ocultarte aquí todos los días y salir en las noches a analizar tus objetivos...
-Eh, ¡Si, ese es mi plan!
-Te creía más inteligente. Y por ultimo: no sólo necesitas comer, necesitas dormir, necesitas hacer ejercicio y tomar el sol -Nate hace una mueca y vuelve a mirar el caro reloj en su muñeca- por suerte podemos hacer todas esas hoy.
-No te entiendo, de que estas hablando.
-Son las 6:38 a.m. puedes dormir 5 horas mas si quieres -me da una sonrisa tan dulce que me dan ganas de correr a abrazarlo- ahora, fuera vestido, fuera sandalias. Debes dormir.

Hago lo que me pide, cualquiera diría que es asqueroso quitarme la ropa frente a mi hermano, no solo porque sea familia sino porque el no queja de que lo haga. Pero yo conozco los sentimientos de las personas, puedo sentirlos yo también si alguien esta muy cerca y por eso se que mi hermano me quiere, pero solo como su hermana.

Me meto en la cama y me cubro con las sábanas.
-No soy la única que necesita dormir- digo yo mas como una orden que una queja.
En efecto el se acuesta a mi lado, mis ojos permanecen abiertos y veo a que Nate se duerme primero que yo abrazando una almohada. luego mis ojos pesan y pierdo noción del tiempo.
*****
Despierto al rato, mas atente y sonriente. Nate duerme tranquilamente a mi lado abrazando una almohada, es adorable.
Me levanto de la cama y corro a vestirme antes de que mi hermano despierte, luego me miro al espejo y definitivamente, dormir me sentó de maravilla.
-Despierta amor, tenemos un largo día- le lanzó una almohada a Nate y el se despierta hecho una furia.
-Déjame dormir, Ale- se re-acomoda a su posición anterior y sigue durmiendo.
Luego de una hora entera rogando porque Nathaniel despierte, nos movemos directo a un pequeño café en todo el centro de Nueva Orleans, nos vamos caminando ya que el insiste en disfrutar el clima de afuera.
Llegamos a St.Bourbon y nos adentramos en el café, es un lugar tranquilo, y muy acogedor. Huele a licor y a café, una perfecta combinación.
-Mmm... Quieres café, linda?- me dice una chica muy guapa, cabello rubio y ojos verdes, no sería mayor que yo cuando la convirtieron. Si, definitivamente la chica rubia es vampiro.
-Claro- le acerco mi taza- gracias...- miro una pequeña etiqueta con su nombre, bonito nombre rubia- Camille.
-Un placer- responde ella muy tranquila y distraída mirando a mi hermano.
Camille es muy bonita, pero seguro que si sigue mirando a Nate como lo esta haciendo, no vivirá hasta mañana. No por mi, no me incomoda que mi hermano coquetee, sino que la rubia lo esta mirando como si fuera un aperitivo. Donde esta zorra de pueblo le ponga una mano encima con intención de alimentarse de el, voy a...
-Quieres comer algo, mi vida?- la voz de Nate me trae de nuevo a la realidad. Asiento como una tonta sin saber muy bien que es lo que me pregunta.
Mi hermano habla con la rubia un rato mas, mientras tanto mi mente genera imágenes de como matarla en cuanto se atreva a hacerle algo. Camille limpia nuestra mesa muy lentamente. La muy rubia me esta poniendo ansiosa.
-Entonces... Buscan diversión en Nueva Orleans? O, que hacen aquí?
-Diversión- dice mi hermano rápidamente.
-Familia- respondo yo a la misma velocidad que el.
-Negocios, diversión y familia- me corrige dulcemente mi hermano haciendo un gesto para que asienta. Luego sonríe de una forma que a mi me resulta adorable, pero hace que la rubia se muerda el labio.
-Bueno, hay una fiesta, o bueno una discoteca de solo turistas. Si os gusta puedo conseguiros un afiche- le sonríe a mi hermano.
-Estarás tu, princesa?- dice mi hermano sonriente.

Ignoro todo lo que pasa a mi alrededor en ese momento, y me limito a escuchar a las personas alrededor. Volteo cuando escucho a un hombre que llama a la rubia con mucha autoridad. El hombre es alto, cabello rubio oscuro, va acompañado por otro hombre de traje tan atractivo como el. Mi corazón se acelera desesperadamente y mis ojos se llenan de lagrimas. Es el, es mi padre.

Camille murmura una disculpa y se aleja, el hombre la saluda con un suave abrazo, también lo hace el de traje. Los reconozco a ambos, Klaus y Elijah Mikaelson.
-Tenemos que irnos- digo agitada y con lagrimas cayendo por mis mejillas.
-No has terminado tu tarta de manzana, ni yo mi pastel de chocolate- el mira a los hombres en la puerta, y comprende de que hablo pero no hace el menor esfuerzo en ponerse de pie.
-¿Y si me encontraron?- digo yo desesperada cuando se que nada va a mover a Nate hasta que yo coma.
-Los enfrentaremos- responde el sonriente.
-¿Y si quieren utilizarme para su beneficio?
-Los utilizaremos nosotros- responde mientras prueba su pastel.
-¿Y si me quieren muerta? ¿Y si te dañan a ti?
-Déjame poner esto claro- se limpia un poco de chocolate que le quedo en la comisura del labio- si alguno de esos infelices te pone una sola mano encima, lo pagará con su vida. Te amo hermana. No permitiré que nada te pase.
-Pero, ¿ Y si quieren guerra ?
-Entonces prepárate para la batalla, soldado- dicho esto Nate llama a la rubia y le pide la cuanta.
Me quedo pensando en lo que dijo mi hermano, se que el me protegerá con su vida, es lo mismo que yo haré por el, pero espero no tener que llegar a tanto. Camille nos entrega un afiche pequeño, dice los horarios de una fiesta, efectivamente solo para turistas. Mi hermano coquetea un rato mas con ella y quedan de verse en la noche en esta fiesta.
Después de un rato mas caminando con mi hermano, huyendo diría yo por que el camina muy rápido y no quiere parar mucho tiempo en un solo lugar, vuelvo a mirar el afiche. Blanco y tiene un decoración peculiar, me percato de que es el símbolo. Es el símbolo Mikaelson. Una gran M dibujada en la parte de arriba. Nos están invitando a una fiesta para beber nuestra sangre.

Linaje MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora