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“No se puede vivir del amor”

Al otro día - 8:00 am

Ya estaba casi lista para salir al estudio de grabación, aunque sentía un poco de nervios por ir allá, puesto que primero que todo las cosas entre nosotros iban bastante mal y segundo yo pensaba irme a España por algunos meses.

Salí de la casa, me subí a mi auto, acto seguido lo arranqué y conduje hasta el estudio que por suerte no quedaba muy lejos. Cuando llegué subí a paso lento las escaleras, al llegar al segundo piso, me senté en un pequeño sofá que había en el estudio de grabación, al mismo tiempo también se sentó Andrés.

—Hola Valentina — Sonrió — ¿Como está Carlos?

—Está bien, mando saludos — Le miré — Andrés, me voy a ir del país

Andrés se quedó en silencio algunos segundos, después pasó su brazo sobre mis hombros.

—¿Por qué?

—Tenemos que tomarnos un descanso, es lo mejor para los cuatro, digo, no es que yo este cansada de ustedes o algo así, sino que creo que esto esta afectactandome mucho y creo que también ustedes deberían pasarla con sus familias y dejar todo esto a un lado

—¿Será algo definitivo? — Me miró de una manera nostálgica — ¿Terminaremos con la banda, acaso?

—Claro que no, solo me iré dos meses, serán como unas vacaciones para los cuatro — Le abracé

—¿A dónde piensas irte?

—A España, sería bueno conocer un nuevo país

—Bueno, espero que me traigas algo — Se rió — algo muy típico de allá

—Lo haré, te traeré algo — Le sonreí — ¿Qué tal un disco de Sabina?

—Suena bien, me gusta mucho Sabina — Se pusó de pie — También sería bueno que le comentaras a Alexander

—Prefiero que se lo digas tú, en estos momentos no me gustaría hablar con él — También me puse de pie — Adiós Andrés

—Adiós Valentina, que tengas un buen viaje — Nos abrazamos

—Muchas gracias Andrés, tú también procura irte de viaje con tu familia o al menos pasar más tiempo con ellos — Nos separamos

—Lo haré, también me hacen falta, no he visto a mis hijos hace unas semanas

—Se van a alegrar mucho de verte, te estaré llamando

Me fui del lugar y bajé hasta el estacionamiento, acto seguido busque mi auto y me dirigí hacia el lugar en el que estaba viviendo temporalmente Carlos.

Durante mi trayecto estaba pensando en como seria vivir con el amigo de Carlos, Julián, pues me preocupa que tenga un temperamento igual al mio o algo así, mientras seguía pensando en él, puse una radio latina, ya extrañaba la música en español.

—Bueno hoy en Radio Emoción 99.8, les traeremos una canción que es muy famosa en Argentina y sus alrededores, su nombre es Mil Horas de Los Abuelos De La Nada, escuchenla, fieles oyentes.

Mi teléfono timbro.

—Hola ¿Hablo con Paula Cuervo? — Habló una persona con un acento español muy marcado

—Si, con ella, ¿Quién habla?

—Soy Julián Infante, el amigo de Carlos Moreno, me dijo que tú querías venir a España pero no tenias donde quedarte y yo me ofrecí a darte posada

—Si, perdón, no recordaba que ibas a llamarme

—No hay problema, bueno, supongo que hoy vas a venirte a España

—Si, pero primero tengo que organizar unas cosas

—Bueno, según yo, no lo sé, puesto que nunca he viajado a Estados Unidos el viaje demora unas 13 o 14 horas, es una suposición

—Creo, que tal vez es así

—Eso estará bien, lo digo porque acá será de día y podremos dar un pequeño paseo por Madrid

—Eso es muy amable, pero no creo que sea necesario

—Claro que si, yo sé que tenemos muchos días para dar paseos y demás pero no estaría mal dar un pequeño paseo, de paso te presento a unos amigos mios

—Gracias Julián, espero no molestar

—Claro que no, será un placer tenerte acá en España

—Bueno, hasta luego Julián, iré a hablar con Carlos

—De acuerdo, por cierto dile que llame más seguido, no solo cuando necesita favores, que no se le olvide que tiene más amigos — Se río — Adiós Paula

—Adiós Julián — Colgué el teléfono y salí del auto

Subí hasta el piso donde siempre está Carlos y lo salude.

—Bueno ¿y ya hablaste con Julito?

—¿Julito? — Me reí — ¿Quién es?

—Julián, Julián Infante, mi amigo, el gallego

—Ah si, si, no sabia que le decian Julito

—Si, es de cariño

—Eso esta bien, ya hable con él y quedamos de vernos y que va a darme un paseo por Madrid

—Es un hombre grandioso, pero ten cuidado con sus amigos, son algo coquetos

—De acuerdo.

—Bueno, creo que se te hace tarde, podría quedarme hablando contigo más tiempo, pero sé que tu vuelo es dentro de unas horas y no querrás perderlo

—Tienes razón, Carlos, adiós — Saqué unas llaves — Toma, son las llaves de mi casa, sé que saldrás en unos días y tu casa fue vendida por Alexander, así que quedate en la mía, hasta que yo vuelva

—Gracias, adiós Paulita

Nos dimos un corto abrazo y salí apurada del lugar, no quería irme de viaje y olvidar algo.

(...)

1:00 pm

Cuando llegué a mi casa, empaque dos equipajes con mucha ropa y un equipaje pequeño para cosas de aseo y accesorios, y por supuesto empaqué mis documentos.

Ya cuando iba de salida, me encontre a Alexander.

—Adiós — Dijo irónicamente

—Adiós Alexander

—Pensé que al menos tú me lo dirías

—No, por eso le dije a Andrés que te dijera, no quiero que hablemos, ya estoy cansada de tener problemas contigo

—Como digas, buen viaje y buena suerte

—Lo mismo

Subí a mi auto y me dirigí al aeropuerto.






Enamoramiento Repentino: Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora