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Insolente.

Así describiría a Joaquín, llevo media hora esperando a que abra la puerta de su balcón pero al parecer el hacerme sufrir se le da mucho mejor.

Hace frío aquí afuera y juro por dios que si no abre soy capaz de tocar la puerta principal, importandome muy poco si eso implica que sus padres me atenderán.

Mis dientes castañean inconscientemente, mierda.

—¿Entonces que? ¿Abrirás la maldita puerta Joaquín o que? —reclamo una vez más y escucho una pequeña risa traviesa del otro lado, carajo.

—Esta bien, has sufrido lo suficiente —chasquea su lengua, mientras escucho como se acerca.

Abre la puerta y como estaba recargado ahí casi me caigo pero lo tomo de la cintura y suelta un grito ahogado, sonrió victorioso.

—Si seguía allá más tiempo... —noto como el aliento me sale algo blanco—. Me iba a congelar, junto con mi pene Joaquín, y tu tendrías que conseguirte a otro.

—¿Quien dice que quiero tu pene?

—¿Y los mensajes que me mandaste antes que?

Se sonroja pero no me aparta la mirada, vuelvo a reír y me paso la lengua por los labios, alza la barbilla.

—Era un momento de calentura, nada especial.

Me mira con descaro.

—¿Entonces por qué accediste a vernos?

—No me gusta que me rueguen cosa que tu hiciste, era justo tan siquiera para que me explicaras toda la mierda que te montaste para acercarte a mi. ¿No podías simplemente saludarme e invitarme a una cita normal?

—Cariño, yo no soy normal.

—Que te follen Emilio.

—Yo quiero follarte a ti —susurró contra su cuello y siento como se estremece, siento mi cuerpo en llamas, quiero tocarlo por todas partes a este niño malcriado y que grite mi nombre hasta que se quede sin voz, y tal vez empotrarlo en la pared fingiendo que debe ser un cuadro para que quede en decoración. —Yo te quiero de diferentes maneras Joaquín —hago una pausa, tratando de no cagarla—. De todas las maneras posibles si es necesario.

Apretá mis rizos y siento como si ereccion despierta poco a poco.

—Quiero hacerte un oral esta noche ¿Puedo?

Joaquín abre los ojos como platos, abre y cierra la boca pero no dice nada así que lo llevo a la cama mientras lo recuesto lentamente sin quitarle los ojos de encima, me espero unos segundos para que proteste pero no lo hace.

—¿Que se supone que significa eso? —pregunto Joaquín aún más nervioso.

—Eres muy, muy... Sex...

La boca de Joaquín estaba encima de la de Emilio antes de que pudiera terminar la frase. Lo que Joaquín no podía decir en palabras, lo dijo con su cuerpo, presionándose contra Emilio mientras la lengua de Emilio exploraba su boca. Había mucha ropa entre ellos. Emilio busco a tientas su propio botón y su cremallera y luego hizo lo mismo con Joaquín. Se sentía tan bien presionarse contra el, bulto contra bulto. Y entonces, sin pensarlo, Emilio tiró del boxer de Joaquín. Emilio quedó mirando la enorme erección. Su pene era absolutamente precioso, lleno y bien venoso con una bonita cabeza lisa. Y estaba brillando con indicios de pre-semen. Tragó saliva. Era un territorio peligroso, pero sentía una abrumadora necesidad de estar más cerca de Joaquín. Joaquín retrocedió, sus ojos se ensancharon cuando Emilio asomó su propia polla a través de sus pantalones cortos.

Desconocido Sexual [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora