Desconocido Sexual [Emiliaco]

28. No se ni que pensar

Todo marchaba de maravilla, mi primera vez con Emilio fue mucho mejor de lo que imagine, últimamente me la pasaba en su departamento, comíamos, veíamos películas, compartíamos uno que otro beso, tuvimos roces pero no llegamos a nada más pues durante una semana sentí cierto dolor en mi trasero, Emilio dijo que me acostumbraria que solo hacía falta práctica, idiota.

El hecho de que trate de que olvide todo lo malo se me hace imposible, no puedo dejar de pensar en lo que me había confesado, no se en que momento mi padre lo comenzó a mirar con otros ojos, lo que más me duele es saber que ha traicionado a mi madre y lo que aparenta ser es una jodida mentira.

Me encuentro camino a la ofiica de mi padre, me ha citado pues al parecer me tiene una propuesta aunque no puedo evitar que los nervios me invadan por que es sumamente raro que de pronto me requiera aquí cuando siempre ha querido tenerme lejos de sus negocios y que Emilio se encargará de ello. En el camino me encuentro con Azul que verifica unos papeles una y otra vez, después esta Diego que esta en las impresoras y a su lado mi chico, mi rizado.

Siento como un escalofrío me recorre el cuerpo, me mira y sonríe, no puedo evitar devolverle el gesto pero mi visión es interrumpida con una Azul que se le coloca enfrente, mis pies no responden más, me he quedado ahí, esperando que la castaña diga algo.

-Chicos, hoy tengo una reunión con unos amigos en un antro por si se nos quieren unir, no les haría mal salir siempre de la pasan trabajando -observó a Emilio, que de pronto tiene su cara de póquer, mientras Diego ve atentamente a Azul y por su cara puedo notar que jamás le había hablado a la chica.

-Yo no puedo -contesta secamente mi novio, se dirige a Diego-. ¿Y tu?

-Ni siquiera me hablas -enfrenta a Azul-. Guaita ¿me estas invitando o como soy amigo de Emilio te ves en la penosa necedad de hacerlo?

Se queda perpleja pero reaccióna rápido: -Lo hago por que quiero, no me importaría invitar sólo a Emilio pero mi invitación también es para ti -Azul se acerca a Emilio -. Me sorprende que no hayas aceptado cuando en el viaje a Ámsterdam no las pasamos tan bien en ese bar, quien sabe que clase de brujería te lanzó la persona con la que estás pero te apuesto que no es mucho mejor que yo.

Entonces siento mi sangre hervir, el enojo me invade ¿Estuvieron juntos? ¡¿Por qué no me dijo?!

No soy consciente cuando la jalo bruscamente del brazo y digo: -¿Y tu que sabes? ¿Qué libertad te tomas para hablar así de alguien que no conoces? ¿Brujería? ¿Crees en eso? La usas, supongo.

-¿Tú que te metes Joaquín? -masculla Azul-. No creo que nuestra conversación te importe, encargate de ir con tu padre a que te de más dinero.

-Me importa por qué yo... -me obligó a detenerme, no puedo decirlo, no puedo por más que yo lo desee, Emilio me mira preocupado, medio tenso.

-¿Tu que? -ríe descaradamente-. No me digas que tu eres la persona de Emilio, eso sería ridículo. ¡Eres tan malditamente un iluso!

-Cortalo Azul -la voz de Emilio sale amenazante-. Respeta a Joaquín, ¿o se te olvida que su padre te dio un trabajo digno para poderte mantener?

Azul se molesta, se voltea para darle la cara a Emilio.

-No sabes cuanto me ha costado mi trabajo, muy digno pero también jodido, por lo menos yo no soy quien se acuesta con Uberto por unos cuantos lujos a cambio -escupe tan segura.

Mi mirada busca a Emilio, me siento abrumado.

-Ups, perdón Joaquín de que te enteraras así -la ojiverde se ríe aún más. Desaparece por los pasillos y un nudo se incrustar en mi garganta, los ojos se me llenan de lágrimas, y no dudo en seguir mi camino, comienzo a sollozar más fuerte, las lágrimas nublandome el camino, Emilio me llama una y otra vez pero no hago caso, el corazón me duele por que creí en él.