Desconocido Sexual [Emiliaco]

20. Una Semana

-Me tengo que ir bonito -le digo mientras salgo debajo de la cama para abrazarlo muy fuerte y deposito un beso en sus hermosos labios-. No me extrañes.

-Ni tu a mi -me da otro beso rápido, estoy por salir pero me toma de la muñeca-. ¿Hablaremos aun por teléfono verdad?

-Claro que si, buscaré el momento para comunicarme contigo.

Tomó mi maleta y salgo de su habitación para ahora si dirigirme a la biblioteca, no entiendo el humor de Uberto, últimamente está insoportable lo cual me está calando hasta los huesos.

La puerta está entre abierta así que la abro completamente, está descansando en su gran sillón el cual está detrás de su escritorio.

-¿De dónde vienes? -cuestiona mientras muerde un bolígrafo.

-Vengo de casa.

-¿Y por qué tu maleta estaba en la recámara de Joaquín?

-¿En su recámara? -me hago el desentendido y se ríe secamente.

-¿Acaso te estabas escondiendo? ¿No querías venir conmigo?

-Claro que si -camino hacia él, me mira directamente a los ojos y trato de sonreírle lo más seguro que puedo.

-¿No serias capaz de traicionarme, cierto?

-Jamás.

Se pone de pie y doy un brinco del susto, pero trato de relajarme cuando me rodea en sus brazos.

-Me importas mucho Emilio, eres como mi segundo hijo -su voz es amortiguada por mi cabeza, donde descansan sus labios-. Tenemos que irnos -se separa de mi abruptamente.

[...]

Tengo que agradecerle muchas cosas a Uberto, confío en mi cuando mi propia familia no lo hacía, me dio un estudio, después un trabajo.

Pero no siento que lo esté traicionando respecto a Joaquín, si, ha confiado en mi, me ha ayudado pero para nada tiene que ver con traición cuando se tratan de mis sentimientos. Amo a su hijo de la manera más pura y más oscura, son sentimientos balanceados.

Jamás un viaje en carro hacía el aeropuerto había sido tan silencioso como el de ahora y me sorprende mucho por que Uberto suele ser muy hablador, definitivamente algo le está pasando.

No ha despegado su vista del celular, escribe y escribe continuamente, suelto un suspiro cansado.

-¿Aburrido? -por fin rompe con el silencio, baja un poco sus lentes y me mira con una sonrisa socarrona.

-No has hablado, sueles hacer esto menos difícil.

-Oh, cierto -se rasca el puente de la nariz -Pero estoy arreglando todo en el hotel, es pesado -coloca una mano en mi rodilla y la acaricia-. Cuando acabe podremos hablar, como siempre.

Retira su mano y vuelve al celular, tengo un presentimiento de que me esta evitando y definitivamente seguiremos el camino en silencio, trato de no darle importancia.

Después de unos minutos más, por fin nos encontramos en avión. Raramente Uberto tomó otro asiento lejos de mí, yo voy junto a Azul por que si, minutos antes me enteré que ella igual vendría con nosotros, no me gusto para nada la idea por que pudo haber traído a Diego, incluso a Sebastián pero no, tomo la decision equivocada.

-¿Qué piensas hacer una vez que lleguemos a Ámsterdam? -se que Azul trataba de hacerme platica, se que realmente quería gustarme pero no iba a funcionar.

-Descansar, y te recomiendo que hagas lo mismo, será una semana dura.

-Uberto nos dio este día para hacer lo que queramos Emilio ¿Enserio vas a dormir?