Desconocido Sexual [Emiliaco]

24. Traición

Me encuentro en camino a la habitación de Uberto, las manos me tiemblan y de pronto siento que no soy capaz de seguir caminando.

Últimamente Uberto esta sufriendo de una terrible ansiedad y según él, ha descubierto que yo le ayudo mucho, por eso mismo me envió aquel mensaje.

La empresa va bien, las cosas en su casa están bien, no entiendo por que de repente le están pasando este tipo de cosas. Aun así no me atrevo a preguntarle, pensara que no hay confianza y lo que menos quiero es tener una discusión que se como acabará, siempre gana.

Tocó levemente la puerta y de inmediato se abre, me recibe con unas ojeras notables, ojos cansados y noto el cigarrillo que tiene en la mano derecha, según yo, no fumaba desde ya hace un buen tiempo, la última vez fue hace 5 años ¿que lo habrá obligado a buscar consuelo de nuevo en ello? De pronto siento que no lo conozco, ha cambiado muchísimo pero no logro entender quién o qué lo está provocando.

Hace un gesto que le indica que debo entrar, miro alrededor y todo está oscuro, lo único encendido es la lamparita de noche que está en una de las mesitas que se encuentran en una esquina de la habitación, en la cual descansan más cigarillos.

Giro sobre mi eje y se lanza sobre mi, se lanza a mis brazos y comienza a llorar, me da miedo cuando comienzo a escuchar sus gritos desgarradores, no se donde poner mis manos pero me obligó a no tomar este acto de una mala manera, sin ninguna otra intención, me aferro a él, lo rodeo con mis brazos y siento como se acomoda aún más, sigue llorando, lo hace constantemente y de pronto me siento mal por él ¿Qué te esta pasando? En realidad me preocupa, aunque no es mi padre biólogico es como si lo fuera y me aterra por que al parecer esta sufriendo mucho.

Tomó todo el valor que hay dentro de mí, lo separó lentamente de mis brazos para mirarlo a los ojos los cuales están rojos e hinchados.

—¿Qué sucede? —mi tono es preocupante, se le escapan unas lágrimas más, pero luego me vuelve a mirar.

—Yo no se que me pasa Emilio y tengo miedo —dice en un hilo de voz, me apretá los hombros y solloza aún más fuerte, de pronto quiero llorar con él.

—¿Por qué lo dices? Puedes confiar en mi.

—Me gusta alguien más, me siento enfermo por que Elizabeth es una persona maravillosa pero lamento que no haya podido controlar esto, tengo mucho miedo Emilio.

Las lágrimas nunca cesan, su dolor es visible, aprieta los labios en líneas y comienza a hipar. Me congeló por lo que acaba de decir, no puede ser posible, me rehusó.

—Le falle a mi esposa, le falle a Joaquín, pero no puedo controlar esto que siento, se que no es correcto, que no tiene ningún sentido, que ni siquiera tengo una oportunidad pero no puedo controlarlo ¡Me quiero morir!

Lleva sus manos a su cabeza, comienza a jalarse el cabello con desesperación pero a como puedo, trato de detenerlo.

—¡¿Por qué Emilio?! ¡¿Por qué me ocurre esto a mi?!

—No-no se —realmente no tengo nada que decir, no se como sentirme.

—¡Me odio!

Presiento que es mejor que se desahogue, así que solo le sobo la espalda mientras el sigue llorando, mientras murmura pequeños "perdón" que no se para quien exactamente van dirigidos.

Después de un largo rato Uberto quedó dormido, no puedo evitar mirarlo, se ve tan destrozado, hace minutos atrás parecía la persona más infeliz del mundo y ahora que está durmiendo se ve más en paz.

¿En qué momento busco refugio en otra persona?

Elizabeth Gress le da todo, soy testigo. Siempre al pie del cañón, siempre atenta, detallista y a Uberto siempre lo vi tan feliz con eso.