26. Revelación

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Después de unas largas horas durmiendo trato de ponerme de pie sin hacer mucho ruido y busco a tientas mi celular, verifico la hora y son las tres de la mañana, deposito un beso en la frente de Joaquín dispuesto a irme sin levantarlo pero fallo, noto como se talla sus ojos mientras trata de que su mirada se enfoque en mi, yo sonrió.

-¿Qué hora es? -suelta un bostezo y me mira, se ve tan jodidamente hermoso recién despierto.

-Las tres de la mañana, tengo que irme -hago un puchero y rie cariñoso.

-Con mucho cuidado -dice y deposito un beso en sus labios e intenta profundizarlo pero me obligó a alejarme.

-Nos vemos -le digo y sonrió.

Me visto lo mas rápido posible con la mirada de Joaquín siguiendome en cada movimiento que hago, por última vez le deposito un beso en los labios ya decidido a irme.

Voy directo al balcón tratando de bajar con cuidado y cierra la ventana una vez estoy completamente abajo, me coloco la capucha del suéter que he traído conmigo para que nadie me reconozca, siento un escalofrío que recorre mi cuerpo supongo que es por el frío y meto mis manos en los bolsillos que tiene.

De pronto siento una mirada pesada y me obligó a mirar, llevándome una gran sorpresa.

-¿Emilio? -la voz de Uberto resuena en toda mi cabeza, me tenso cuando repentinamente comienza a correr hacia mí, tomó todo mi valor y comienzo a caminar hacia la salida pero no deja de llamarme.

Estoy tan cerca del portón de la gran casa pero pierdo el conocimiento cuando siento que algo duro me golpea.

[...]

Un pequeño olor a alcohol invade mis fosas nasales, me despierto de repente algo desorientado, la cabeza me duele y de inmediato llevo mi mano a la zona de donde proviene el dolor.

Abro y cierro los ojos.

-Llevalo con calma, te has desmayado y te golpeaste demasiado fuerte la cabeza -escucho la voz de Uberto, entonces es donde recuerdo que me ha visto, trató de no ponerme tan nervioso.

-¿No es nada grave? -cuestionó presionando en donde siento el dolor.

-Al parecer no -su voz suena cortante, fría.

-Gracias al cielo -me siento en el sillón y de inmediato reconozco el lugar, estamos en la biblioteca.

-¿Qué hacías a estas horas en mi casa? Es más ¿Por qué no me avisaste? -me mira detenidamente como si quisiera ver que no haya ni una mentira en lo que tenga que decir, su mirada de pronto se siente acusadora.

-Vine a buscarte, creo que intentaron robarme en el departamento, tuve miedo de quedarme más ahí -parece pensar lo que he dicho, me pone sumamente nervioso incluso pensar que tal vez me vio bajar de la habitación de Joaquín.

-¿No pudiste llamar?

-Sabes que siempre me gusta manejar todo en persona.

-Me gustas.

Siento como la boca se me seca, mierda.

Se tensa lo puedo notar y aprieta la mandíbula, su boca se abre y se cierra pero no dice nada, hace una pausa: -. Osea, tu me entiendes, me gusta tu persona y-y sabes que jamas podrás molestarme, cualquier cosa yo la hago todo sea por ti.

Maldigo en mis adentros, lo conozco bastante bien, la mueca en su rostro lo delata, todo parece comenzar a tener forma, no era lo que quería decir y eso me pone sumamente nervioso.

Flashback

-Te creó, perdoname es que sabes que estamos hablando de Uberto, ambos sabemos que puede arruinar mi vida si se llegase a enterar de esto.

Desconocido Sexual [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora