Desconocido Sexual [Emiliaco]

18. Emilio

Me encontraba en mi departamento, seguía sin procesar todo lo que había pasado con Joaquín la noche anterior, me siento tan especial por que el me eligió para experimentar su vida sexual juntos, también me he esforzado por muy pronto poder pedirle oficialmente que salga conmigo pero claro, eso ya sería un secreto entre nosotros mientras buscamos la manera de decirlo a sus padres por que por mucho que me aprecien se que en gran parte se sentirán traicionados por haberme fijado en su pequeño niño.

Pero eso ya sería después. Por el momento sólo espero que las cosas con Joaquín marchen bien, tuve que despedirme esta mañana de él por que si, me quedé a dormir y salirme por el balcón no fue fácil, es mas fácil subirlo.

En estos momentos me encuentro en la oficina de Uberto como habíamos quedado, todavía estoy tratando de recordar si nos falto algo para el contrato de Ámsterdam, si no hicimos el trámite correcto para que no procesará pero ti recuerdo haber hecho todo bien.

De pronto me siento mareado por que yo era el encargado de dicho trato y no esta saliendo como esperaba.

—Buenos días Emilio —escucho a Uberto saludar detrás de mi, y con él viene la secretaria Mariela, la cual trae dos razas de café y lo agradezco, lo necesito tanto para estar despierto al cien por ciento.

—Buenos días —saludo de vuelta y trato de regalarme mi mejor sonrisa.

—Déjanos solos Mari —ella asiente y se marcha lo más rápido posible, Uberto me tienede una taza y la tomó gustoso.

—Supongo que te preguntaras que salió mal hijo —asiento —Verás, resulta que nos faltó un pequeño papel el cual yo recuerdo haber mandado en la carpeta, ¿los verficaste bien cuando Joaquín te los entrego? —vuelvo a sentir—. ¿Entonces en que fallamos?

—No se Uberto —suspiro frustrado y el se ríe —Te juro que lo arreglaré a como pueda, dame chance —se acomoda hacia atrás en su silla mientras me observa detalladamente—. ¿Si?

—Confío en ti, lo sabes pero cambiando de tema te notas un poco frustrado... Emi —no me gusta como suena su nombre en sus labios, pero trato de no hacerlo notar —Se arregla con un masaje —se pone de pie y camina hacia mi, se sitúa detrás de mi y comienza a pasar sus manos en mis hombros, me renuevo un poco incomodo—. ¿En qué piensas? Aveces quisiera saberlo. Eres un estuche de monerias Emilio, de verdad que quiero exprimirte hasta el último momento. —deposita un beso en mi cabeza—. Me alegro que estés conmigo.

Gira mi silla, me mira directamente a los ojos y suelta un suspiro.

—Arregla lo de Ámsterdam, no querrás que me enoje.

Sale de la oficina dejándome anonadado, Uberto jamás se enoja conmigo por un error.

No querrás que me enoje. No me gusta como suena eso.

De pronto mi celular vibra, lo que hace que lo tome de inmediato, es un mensaje de Joaquín.

Caracol. ❤️

¿Vendrás esta noche?

Claro que si, por si escalaria los balcones necesarios. ❤️

No me digas esas cosas Emi. 😳

Quiero que se repita lo de ayer. 🔥

¡Emilio!

Perdón. Pero ya quiero verte antes de irme de viaje.

¿Te vas?

No me voy, me llevan, tu papá quiere que vaya, después te explico. Te amo. ❤️

[...]

Camino por los pasillos de la empresa, me siento más feliz que nunca después de aquella conversación con Joaquín, ni siquiera puedo expresar todo lo que me provoca, todo lo que quisiera hacerle si no fuera virgen.

—¡Emilio! —me paro en seco al notar de quien se trata, Azul. —Que bueno que te alcance —sonríe vistoriosa —Quería invitarte un café ¿Podemos desayunar juntos no? —siempre ha intentado llamar mi atención pero siempre falla, no es ella quien me interesa y yo se lo he dejado en claro.

—Azul...

—Ya se, ya se, solo como amigos, por favor Emilio un desayuno no se le niega a cualquiera —hace un puchero mientras aumenta su agarre en mi brazo, carajo.

—Esta bien, pero solo hoy.

Suelta un grito de emoción y sale conmigo del brazo, apesar de todo Azul es una dama y no la apartó por cortesía, subimos al elevador y ella sigue con la estúpida sonrisa de antes.

Cuando el elevador se abre veo a quien jamás imagine. Joaquín, quien se queda perplejo ante la escena que estoy creando con Azul.

—Hola Joaquín —Azul lo saluda pues no está consciente de lo que tengo con él.

—Hola —forzá una sonrisa y me mira fugazmente. —¿A donde se dirigen?

—Invite a Emilio a desayunar.

—Disfrútenlo —de pronto quiero abrazarlo, no quiero que piense mal respecto a ella.

—¿Y tu con quien vas a desayunar o por qué ese picnic? —volteo de inmediato a las manos de Joaquín y efectivamente, trae demasiada comida y me lo puedo imaginar, lo miro y veo como sonríe sin ganas, mierda.

—Con mi padre.

Sin decir más se mete al elevador y ya no nos vuelve a mirar, Azul me arrastra hacia afuera y lo único que quiero en estos momentos es regresar con él.

—Yo no le creo que vaya con su padre, creo que esta saliendo con Diego.

La miro con mi cara de póquer, la imagen de Diego con Joaquín no me hacía demasiada gracia.

Caracol. ❤️

Puedo explicarlo, Joaquín.

Disfruta tu compañía, no tienes que decirme nada.

Joaquín, por favor. 😔

Buen provecho Emilio.

Llegamos al lugar que había elegido, ni siquiera se donde estamos. No quiero estar aquí.

—¿Qué vas a pedir? Te recomiendo mucho el pastel de chocolate.

—Azul, pide lo que quieras, voy al baño.

Me pongo de pie mientras tecleo su número en mi celular, suena una vez, dos veces, tres veces hasta que coneesta. Escucho su risa escándalosa y frunzo el ceño.

—¿Qué es gracioso? —pregunto sin rodeos.

—Nada, Diego me ha contado un chiste, es bastante bueno.

Puta madre.

—¿Qué haces con él?

—Mi padre salió de emergencia, así que me lo tope y tenía hambre, lo vi como una buena oportunidad.

—¿Estás tratando de ponerme celoso?

—¿Por qué lo haría? Si tu y yo no somos nadas, adiós.

No somos nada.

Pretendo que esas palabras no me dolieron, pretendo que todo esta bien y que luego le explicaré lo que realmente es.

Uberto

El viaje se adelantó, creo que posiblemente nos vayamos hoy, empaca lo necesario será una semana pesada.

¡Lo que me faltaba! Tengo que hablar cuanto antes con Joaquín, no quiero irme así, estando enojados.