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❝Through the trapdoor❞
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Christina von Wigglebottom había sido confinada en su pequeña jaula, dentro del dormitorio de Hermione, mirándome con sus enormes y brillantes ojos azules, como si me leyera el pensamiento y supiera mis planes para aquella noche; pero no podía llevarla conmigo, sabiendo que nos enfrentábamos a algo muy peligroso y, sinceramente, no sabía qué podría ocurrir.
Me puse las botas verdes musgo que mi padre me había regalado –las cuales envolvieron mis pies como si fueran otra capa de piel– y el suéter verde limón con la enorme A blanca en medio. En mi muñeca colgaba la solitaria cadena escarlata, con la misma inicial del suéter, que me había regalado Ginny en Navidad.
Tras la cena, nos habíamos quedado en una esquina solitaria de la Sala Común de Gryffindor, donde nadie parecía querer hablarnos, a excepción de los gemelos, quienes quisieron unírsenos en dos ocasiones; pero todos nos negamos, dándoles una vaga excusa. Poco a poco, la Sala Común se fue vaciando y, cuando Lee Jordan –el último en irse– se encaminó hacia el dormitorio de los chicos, Harry subió por su capa de invisibilidad.
—Es mejor que nos pongamos la capa aquí y nos aseguremos de que nos cubra a los tres —sugirió Harry, cuando volvió—. Si Filch descubre a uno de nuestros pies andando solo por ahí...
—¿Qué van a hacer? —saltó una voz entre la oscuridad, haciendo que los cuatro nos volviéramos hacia el rincón de la Sala Común de donde había provenido. Era Neville, quien llevaba a un sapo en las manos.
—Nada, Neville, nada —respondió Harry con rapidez, escondiendo la capa detrás de la espalda.
Neville nos observó, pronto dándose cuenta de que ocultábamos algo. Y, después de todo lo que había sucedido en los últimos días, no le fue difícil deducir la situación:
—Van a salir de nuevo.
—No, no, no —dijo Hermione, pero, tal como a Harry, se le notaba la mentira en la voz—. No, no haremos nada. ¿Por qué no te vas a la cama, Neville?
—No pueden irse. Los volverán a atrapar. Gryffindor tendrá más problemas.
—Tú no lo entiendes —le dijo Harry, dando un paso hacia él—. Esto es importante.
—No dejaré que lo hagan —insistió Neville, corriendo a ponerse delante del agujero del retrato de la Dama Gorda—. Voy... ¡Voy a pelear con ustedes!
—¡Neville, apártate de ese agujero y no seas idiota! —le gritó Ronald.
—¡Ronald! —le reprendí, fulminándolo con la mirada. Sí, teníamos que irnos pronto, pero no era para que llamara así al chico—. Neville, por favor, déjanos...
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Adelaide Snape
FanfictionSer la hija del profesor de Pociones tenía sus ventajas y desventajas; pero, cuando el niño que vivió, aquel que venció a Quien-no-debe-ser-nombrado, llega al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, parece que solo existen desventajas en la vida de...