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❝Consequences❞
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Al parecer, los rumores se corrían demasiado rápido en Hogwarts, puesto que, al día siguiente, todo el mundo parecía saber que Gryffindor había perdido ciento cincuenta puntos; pero, como mi padre había dicho, nadie sabía que yo había sido partícipe de aquella travesura también. Los de Slytherin, que ahora habían quedado en la cabeza de la Copa de las Casas, felicitaban a Harry cuando lo veían en los pasillos, haciendo que, por primera vez en la historia de mi vida, me sintiera avergonzada de mi Casa soñada.
Obedecí a papá con respecto a no acercarme más a Harry, Hermione o Ronald, quienes me buscaron para obtener una aclaración cuando los ignoré por un día completo. Obviamente, ninguno estaba contento, especialmente porque seguían pensando que mi padre podría hacerme algo y que ésa era su táctica para lograrlo, pero los convencí que eso era mejor y que después hablaría con mi padre para persuadirlo de que me dejara volver a ser su amiga.
De igual manera, yo busqué a Neville durante varios días, pensando que él me odiaría en aquel mismo instante por haberlo metido en problemas por accidente, pero en todas las ocasiones lograba huir de mí..., hasta que le pedí ayuda a Fred y a George (dándoles una vaga explicación de por qué necesitaba su ayuda) y acorralé al chico Longbottom en un pasillo.
—Bien. Ya no puedes huir, Neville. Fred está de ese lado del pasillo y George del otro. ¿Puedes escucharme? —pregunté, acercándome a él.
—Adelaide, de verdad, está todo bien...
—¡Claro que no! ¡Llevas ignorándome desde esa noche! —exclamé, dando una patada en el suelo para demostrar lo cansada que estaba de la situación—. Te dije que yo no era como mi papá. Te juro que yo no quería meterte en problemas. Ni siquiera sabía que habías escuchado sobre el dragón..., el supuesto dragón —me corregí. Norberto era un secreto.
Neville se mordió un labio.
—Adelaide... —comenzó a decir y, por su tono apesadumbrado, me di cuenta que no iba a ser nada bueno—, de verdad quiero perdonarte y ser amigos de nuevo, pero mi abuela ya se enteró y sabe quiénes estuvieron en eso..., incluyéndote. No quiere que hable más con ninguno de ustedes.
—Pero ésa es tu abuela, Neville —le supliqué—. ¿Qué es lo que quieres tú? Piensa como un Gryffindor, Neville. ¿Qué quieres tú?
Neville hizo una mueca, negó con la cabeza y suspiré, sabiendo que no podría sacarle más información. Fui con uno de los gemelos y le dije que dejara ir a Neville, quien se apresuró a correr hacia su libertad.
Por lo menos, papá no se molestaba al verme junto a los gemelos Weasley..., al menos, no como solía hacerlo. Deduje, una semana antes de los exámenes, que quizá mi padre le agradaban más Fred y George que Harry, Hermione y Ronald, y eso era decir mucho, después de todos los años que pasó refunfuñando porque yo era amiga de los gemelos. Por lo tanto, había decidido que pasaría el resto del trimestre junto a Fred y George, volviendo a mi rutina habitual antes de conocer a Harry y Hermione.
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Adelaide Snape
FanficSer la hija del profesor de Pociones tenía sus ventajas y desventajas; pero, cuando el niño que vivió, aquel que venció a Quien-no-debe-ser-nombrado, llega al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, parece que solo existen desventajas en la vida de...