Capítulo 1: Prólogo

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Louis se sorprendió cuando las primeras palabras que salieron de la boca de la entrevistadora no fueron: "Entonces, ¿eres gay?"

Esto fue probablemente lo mejor, porque después de ese atrevido comienzo, Louis no habría tenido otra opción más que ondear su flequillo teatralmente con un movimiento de manos de jazz y decir: "¿Qué te ha dado una pista?" y con estas palabras, una línea de coro cubierta de brillantes leotardos de arcoiris irrumpiría en la sala con una resonante interpretación de It's Raining Men. Claro, toda la exhibición estaría jugando con los estereotipos, pero al menos sería un buen espectáculo para todos los involucrados.

Pero, por desgracia, no hubo ninguna línea de coro. En vez de eso, Louis se quedó de frente a esta entrevistadora de pelo castaño que lo miró por encima de sus gruesas gafas siguiendo con su cuestión.

"Desde que el año pasado se anunció que habías sido seleccionado para la próxima adaptación cinematográfica de la serie Metal Heart, se ha especulado mucho sobre tu vida privada. Lo más notable es que ha habido rumores considerables acerca de tu sexualidad, un tema sobre el cual has permanecido en total silencio. ¿Hay algo que quieras decir ahora con respecto a los rumores?" preguntó. 

Qué pregunta tan racional. Qué aburrido.

Louis inhaló una respiración poco profunda que chocó contra la parte posterior de su garganta. Sabía exactamente lo que se suponía que tenía que decir a continuación; sus managers le habían enseñado todos los temas de conversación imaginables durante la última semana. Había pasado por lo menos treinta horas en esa estrecha oficina, siendo interrogado por hombres de mediana edad sobre qué palabras debía usar.

"Aléjate de todo lo que pueda ser interpretado como un juego de palabras gay. Por ejemplo, "Poniendo las cosas rectas" o "Simplemente voy a salir y decirlo".

"¿Así que probablemente no debería incluir el término 'Capitán Mamada' en la conversación?"

Louis estaba bastante seguro de que era graciosísimo. Sus managers no estaban convencidos.

Todavía era un sueño usar las palabras "managers". Había todo un equipo de personas que manejaban su carrera. Pobres almas.

Hacía ya seis años que Louis había llegado a Los Ángeles a la idílica edad de dieciocho años. Louis, de 18 años, había sobrevivido con sándwiches de mantequilla de maní y papas fritas. Louis, de 24 años, tenía managers. En ese entonces, compartía un pequeño apartamento con Zayn en un barrio peligroso invadido por gatos salvajes. Zayn cruzaba la ciudad en el autobús urbano de ida y vuelta, mientras Louis intentaba hacer audiciones entre sus turnos en Red Robin's.

Al final del día, los dos se acurrucaban en el sofá, compartiendo una olla de macarrones con queso, para ver el papel de dos líneas que Louis había interpretado en una telenovela diurna esa semana. Los fines de semana se lo pasaban colándose en cada club gay en un radio de veinte millas con sus identificaciones falsas y estafando a cada hombre en el edificio para que les comprara un trago. Louis traería a cualquiera con un pene a su apartamento hasta que uno de sus encuentros al azar huyó en la noche con el equipo de música bajo el brazo. El miedo a ser robado le había estropeado la libido.

Como un reloj, todos los domingos por la mañana se despertaba con la llamada de su madre, llamando en pánico porque soñó que le habían disparado o había muerto en una explosión de un laboratorio de metanfetamina. Él le aseguraba que tendría que entrar en un laboratorio de metanfetamina antes de morir en una explosión, y que era demasiado guapo para que le dispararan. Ella le recordaba que siempre había lugar para él en su casa de Doncaster, pero sabía que era en vano. Louis estaba donde tenía que estar.

Time Bomb || l.s. traducción ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora