JUST LIKE FIRE

87 10 23
                                    

Gabriel se levantó temprano ese miércoles, tenía turno con el médico. Ya su tobillo estaba mucho mejor, podía caminar y correr con normalidad. Solo sentía una ligera molestia a veces luego de sobre exigirse. El tiempo que tuvieron de descanso le sirvió para poder ponerse en buenas condiciones. Tenía un control de rutina con el medico. Antes de entrar al hospital recibió un mensaje de Pepo.

Gabi ¿como estas?. Che, no queres venir a la clase. Hoy hay tango. Te espero cerca del mediodía 💃🏻.—

El chico sonrío ante la insistencia de su amigo, como estaba llegando algo tarde a su cita con el medico decidió contestarle más tarde. El pelinegro se dirigió hacía el consultorio.
—Bien Gabriel. Creo que todo esta perfecto. Solo tendría que revisarte el tobillo y terminamos. Recostate en la camilla y flexiona las rodillas —dijo el medico. Gabriel asintió e hizo lo que el hombre le dijo.
El hombre comenzó a realizarle un examen y en uno de los movimientos Gabriel sintió un pequeño dolor, el cual no pudo ocultar.
—Mmm... ¿hace cuanto fue que te lastimaste? —preguntó el médico.
—Hace algunas semanas, pero ya no me dolía el tobillo... casi —dijo Gabriel.
Por insistencia de Franco Gabriel fue al medico a que le revisara el tobillo. Solo le había dicho que guardara reposo hasta que el dolor se pasara y si persistía que volviera.
—Voy a pedirte unos estudios para ver como esta ese tobillo. Trata de no usarlo mucho y no esforzarte. Si no podrías sufrir una lesión grave —advirtió el médico.
—Pero en menos de dos semanas tenemos un partido muy importante. ¿Voy a poder jugar ahí? —preguntó Gabriel.
—No lo se. Hacete esto y venía verme de nuevo —dijo el hombre entregandole una receta para que se pudiera hacer los estudios.
Gabriel salió algo desanimado del lugar, si ganaban el siguiente partido saldrían campeones del torneo. Quería jugar ese partido, como sea. Miró la hora, se le hizo un poco tarde para llegar a la hora que Pepo le dijo por lo que de apresuró a ir al encuentro de su amigo. Antes pasó por un local de sándwiches para comer algo ya que tenía el estómago vacío desde el desayuno.

Renato se levantó temprano otra vez. Eran las 6:30 de la mañana. No podía dormir pensando en la final que estaba a la vuelta de la esquina. Tenía muchas ideas en su cabeza para ese día, no podía decidirse por una. Tenía muchas letras que eran dignas de esa final, era cuestión de decidirlas entre todos los de la banda. La mañana se le paso lenta, ya que se encontraba solo. No entendía como los demás podían dormir tan tranquilamente. Ángela llegó para acompañarlo, si bien la chica estaba sonriente se le podía notar que era una sonrisa falsa. La chica estaba destruida por lo que Oriana le había hecho.

—Ey —dijo Renato sosteniendo la mano de la chica —Todo vuelve. Vos sos super talentosa Ángela, este es solo el comienzo de tu carrera. Vas a ver como vas a triunfar. Nunca dejes de cantar —trató de darle palabras de aliento. Aunque no mentía Ángela era tan o incluso más talentosa que el chico.
—Gracias Tato. Igual ¿como fui tan boluda de confiar en Oriana? Es una bicha —dijo la chica.
—Es manipuladora, jugó con todos nosotros y le salió. Pero no voy a dejar que nos gane. Vamos a dar todo en la final —dijo Renato.
—Hubiera sido lindo que la final sea entre los dos, me hubiera gustado estar ahí —dijo la chica Renato se quedó pensando un momento.

Continuaron hablando hasta que los demás fueron llegando y se sumaron a los otros dos chicos. Agustina estaba mirando sus redes sociales, se sorprendió al ver una nota en un portal. Buscó en google y había más portales que hablaban de lo mismo. Agustina se quedó mirando a Renato, debatiendo por dentro si debía decirle o no al castaño. Renato se dio cuenta que su amiga lo miraba mucho.
—¿Tengo algo en la cara o que? —dijo Renato. —¿Qué tanto estas mirando en tu celular? —intentó quitarle el celular a la colorada. Agustina se resistió.
—No nada. Solo unos memes —dijo Agustina para evitar que Renato vea. Pero Renato vio la nota, fue hacia atrás y vio las demás. Le molestaba, le molestaba que los medios se metieran en su vida privada; le molestaba que desconocidos en redes sociales crean saber más de su vida que él mismo.
—Perdon Tato, yo...—intentó decir Agus.
—No Agus vos no tenes nada que ver, son los medios que les encanta el chisme —dijo Renato.
—¿De que hablan? —preguntó Agustin. Agustina le pasó el teléfono, Gastón que estaba a su lado también se puso a leer.
Conforme los chicos iban leyendo su ceño se iba frunciendo más y más.
—Ellos no saben como fueron las cosas y están especulando. Se están inventando todo —dijo Agustín muy enojado.

I knew you were troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora