Habían pasado unas semanas desde que Renato aceptó la propuesta de su primo, desde entonces se pusieron a trabajar juntos en sus músicas, Renato tenía varias letras armadas a las que solo le hacían falta agregarles la música o pequeños arreglos que creían convenientes, las canciones iban sobre todo en baladas pop, pero algunas eran más bien countries o de otros géneros. Muchas veces ensayaban juntos y se les unía Agustina o sus hermanas e incluso también habían estado reunidos los cinco durante los ensayos por lo que decidieron incluir a las chicas en su banda, aunque el cantante principal sería Renato.
Ya era miercoles, ultimo dia de esa semana debido a que comenzaba el feriado de Semana Santa. Renato y Gastón se encontraban en la terraza del colegio, un lugar que nadie conocía ni utilizaba del colegio, había varias plantas en sus respectivas macetas, que Renato se había ocupado de cuidar y regar, ya que la mayoría se encontraban casi marchitas cuando descubrió ese lugar ya hace bastante tiempo en sus primeros años en el colegio; era su lugar especial, solo se lo había mostrado a sus más cercanos, y ahora se lo estaba mostrando a Gasti. Gaston en estas semanas se había convertido en una persona importante para Renato, lo cuidaba en el colegio, lo defendía cuando alguna persona hacía un comentario hiriente hacia el, lo abrazaba, lo había visto cantar más de una vez junto a su primo y los alentaba, era su fan número uno, lo hacía sentir querido, y muchas cosas más. Pero aún las heridas del corazón de Renato no habían sanado del todo, y se estaba resistiendo a enamorarse nuevamente; Gaston hace unos días se le había declarado y dicho que le gustaba, pero que no lo iba a presionar en nada y que se tome todo el tiempo que crea necesario para darle una respuesta. Desde ese momento, el chico de ojos avellanas paso a ser mucho más dulce y cariñoso con el castaño, y Renato solo podía sonrojarse ante todos los buenos tratos que tenía Gastón para con el. Renato quería explicarle a Gastón el porqué se le hacía tan difícil darle una respuesta al chico y aprovecharía que ahora están solos para contarle algo de su historia.
-Gasti...- dijo Renato evitando mirarlo.
-¿Si Tatin?- dijo el chico sonriendo. Renato sonrió ante el apodo cariñoso que le había puesto al haberlo visto comer un alfajor de esa famosa marca.
Renato se puso serio, respiro hondo y exhaló. - Mira... quiero contarte una parte de lo que pasó. Parte de cómo me sentí y siento.- Gaston extendió su mano para rodear la de Tato, lo miró fijamente.
-Mírame- dijo. Renato no movió su vista del piso. -Renato. Mírame- dijo mientras con su otra mano movía la cabeza de Tato para que sus miradas se crucen. -No tenes que decirme nada que vos no quieras. ¿Sabes?- dijo el chico con una voz suave transmitiendo calma a Renato, este asintió mientras una pequeña sonrisa aparecía en su rostro.
-Yo no sabia, de echo, nunca me lo hubiese esperado. O, tal vez, si sabia, pero no quería verlo. Porque yo estaba bien. O eso creía. Al menos era lo más parecido a estar bien y feliz que creía saber. Muy en el fondo podía ver venir lo que iba a sucederme, pero hacia ojos ciegos. Miraba para otro lado como quien no quiere ver venir lo inevitable. Fui feliz con el; de verdad lo fui. Lo amaba con lo más profundo de mi ser. Veía toda mi vida juntos, caminando a la par. Éramos compañeros, jugábamos, nos reíamos, a veces nos enojamos pero siempre habia un abrazo que nos curaba a tiempo. Estaba bien. Era feliz. Por eso fue que me dolió tanto. El me dejo. Sin previo aviso. O, tal vez, si. Solo que no quise verlo. Estaba tan ciegamente enamorado de nosotros que no quise abrir los ojos, no pude abrir los ojos. Me dejo, me humillo.Después de tanto, se fue, me lastimo. Agarro sus cosas, abrió la puerta y no miro para atrás. ¿Por que no miro para atrás una última vez?. En el fondo siento que fue porque si lo hacía podía arrepentirse. Cuando tenes que ser fuerte muchas veces no podes mirar para atrás. Me dejo y con él se fueron todos mis planes, mis ilusiones, mis proyectos. Vi desaparecer lentamente mi vida. Me vi solo, de nuevo. Me dejó partido al medio, en mil pedazos que yo solo no podía recoger. Espere a que vuelva y me ayude, pero nunca regresó. Esa tarde, no miro para atrás. Se fue. Para siempre, quizás...Así fue que me encontré solo, llorando dia y noche, añorando los buenos momentos. Triste, muy triste. Cuando estas asi, sentis que ya no vale la pena nada. Se te van las ganas y, sin que te des cuenta, te sumergis en un fondo que parece no tener fin. Me dejo. Me partio en mil pedazos que no podía recoger. Me lastimo en mil lugares que no sabía que podían doler. Sentí que me iba a morir. Me iba a morir de amor. Sentí que me arrancaron algo del pecho, algo que era muy mío, que era muy nuestro. Pasé incontables noches sin dormir, sin comer; cada lugar que veía me recordaba a él. Cada canción , cada anécdota. Todo era el. ¿Acaso no se iba a terminar nunca este martirio? Mi infelicidad parecía no tener fin.
Hasta que un día hace no mucho tiempo, sin darme cuenta, me empecé a sentir un poquito mejor. Y, al otro dia, un poco mejor todavía. Y así sucesivamente. Todavia estoy medio roto por dentro y tengo pedazos que recoger pero gracias a que me refugie en brazos de mi familia, de mis primos, de mi hermana, mi amiga y tambien vos que hace poco llegaste pero me haces tan bien Gasti; cada dia estoy un poquito mejor que ayer. Ya no lloro pero hay un tipo de tristeza que no te hace llorar. Es como una pena vacía por dentro y te deja pensando en todo y en nada a la vez, como si ya no fueras tu, como si te hubieran robado una parte del alma. Y...- Renato no se había dado cuenta que estaba llorando hasta que sintió las manos de Gastón en su rostro tratando de quitarle las lágrimas.
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I knew you were trouble
Fiksi PenggemarEn el último tiempo Renato ha vivido una montaña rusa de emociones, desde el descubrimiento del primer amor, pasando por infidelidades, ruptura e incluso la humillación pública. Todas esas experiencias han llevado a que el chico, que de por sí ya er...