Capítulo 3🌿

57 13 21
                                    

Debido a que es fin de semana hay muchas personas paseando con sus hijos, yendo al parque, y amigos reuniéndose para comer luego de una estresante semana. El cine seguramente estará lleno hoy.

Entramos al supermercado más cercano que tenía de casa y antes de que pudiera tomar una canasta para las compras Luke se me adelanta y escoge un carrito.

-No necesitamos tantas cosas Luke, llevaremos solo la canasta.

-Oh por favor, ¡extrañaba estas cosas! -pide aferrándose al carro cual niño pidiéndole a sus padres que lo dejen conducirlo por todos los pasillos.

-Está bien, está bien -rodeo los ojos y él se posiciona caminando junto a mi mientras voy buscando las cosas.

Después de ir metiendo los productos al carro me doy cuenta que no me hubiera cabido en la pequeña canasta. Luke solo lanzaba miradas que si pudieran hablar dirían "¿ves? Mi idea fue mejor" pero él no las decía.

-Ok veo fideos, lácteos, jugos y demás pero no veo por ninguna parte el chocolate. -comenta él.

-Fácil, porque no soy muy fan del chocolate.

-No lo decía por ti, lo decía por mi.

-¿Por ti?

-Vengo desde muy lejos y ¿no eres capaz de comprarme algo? Eres una muy mala cuidadora. -se cruza de brazos.

-¡JA! -exclamo. -Te recuerdo que la que puso esas galletas con relleno no fui yo. ¿Ahora también quieres chocolate? Eres peor que un niño Luke. -solo avanzo y el me sigue quejándose de que los chocolates son sus favoritos.

-¡Esta bien no me lo compres! Pero cuando te pique la curiosidad y quieras que responda a tus preguntas obviamente negándome, no te sorprendas. -sentencia y me detengo para voltear a verlo. -Oh.. ¿eso te tomó por sorpresa eh?

-¿De manera que estás insinuando un intercambio?

-¡Felicidades! Descubriste América, que orgulloso estoy. -suelta con sarcasmo.

-Idiota.

-Claro, claro. ¿Entonces aceptas o no?

-¡Ok! Tú ganas. -el sonríe. -Pero ¿no puedes hacerlo aparecer y ya como pasó con tu ropa?

-No puedo hacer aparecer cosas solo para mí gusto personal. Todo tiene que tener un motivo razonable, y desde luego la ropa lo era.

-Ya veo.. bueno ve a buscar tus chocolates y paguemos de una vez todo esto.

Al salir, ambos cargamos con dos bolsas cada uno y caminamos de vuelta a casa. Debido a que es otoño los árboles van soltando sus hojas y las calles son decoradas con tonos de amarillo y naranja. El cambio de temperatura se va sintiendo a medida que nos acercamos al invierno.

-¿No has pensado en tener un auto? -Luke me saca de mis pensamientos. -Podrías pedir algo como eso en mi próximo regreso.

-De hecho mi auto está en el garaje del edificio.

-¿De verdad?

-Así es, pero solo lo uso para ir al trabajo y a la universidad.

-¿Entonces hoy iremos al cine en tu auto? -lo miro confundida.

-Iremos me suena a manada. Tú te quedarás Luke.

-Debo ir Lyna. Mira, el quedarme aquí no solo significa que tenga que permanecer en tu casa. También tengo que estar al menos a 10 metros cerca. Y aunque te parezca agotador debo hacerlo, de lo contrario.. -hace una pausa y luego suspira. -Moriré.

El Chico de la Luna [Pausado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora