Harry Potter sabía que este no sería un año tranquilo, lo supo desde que los dementores interceptaron el tren rumbo a Hogwarts y uno intentó extraer su alma, pero, aún así mantenía una pequeña esperanza de que así fuera, aunque sea nula.
Justo ahora, estaba en el gran comedor con Ron y Hermione, los dos mencionados hablablan sobre sus vacaciones. El moreno no participaba por obvias razones, porque como siempre sucedía, volvía a casa de sus tíos y todo lo que la frase conllevaba. Así que su verano no era tan emocionante.
Suspiró, recargando su mejilla en su mano, apoyando el codo en la mesa. Miró distraídamente a esos dos chicos que tenía por amigos. Ron comía como si no hubiera un mañana, osea, como habitualmente lo hacía; Hermione, como siempre, se encargaba de reprenderlo por ello, incluso le hablaba sobre modales y educación, pero. Por supuesto, a Ron no parecía importarle. Y si le importaba, no lo demostraba.
Sonrió levemente, nunca hubiera pedido mejores personas para tenerlas a su lado.
Un ambiente agradable rodeaba, prevalecía y dominaba en el lugar, las velas flotantes giraban alrededor de las mesas, la comida aparecida en abundancia, desaparecía de los platos, tazas, platones y charolas poco a poco. Y los sutiles murmullos de los alrededores de otros estudiantes le daba un toque más hogareño, sí. Para Harry, Hogwarts se había vuelto un hogar.
Se acomodó las gafas, donde sus ojos teñidos de un verde brillante, observaban minuciosamente cada mesa, desde la mesa de los Hufflepuff; hasta la mesa de los Slytherin. Por alguna razón, se detuvo en ésta última. Desde su perspectiva, era el grupo más tranquilo y recatado que se podía observar, no tenían un coro de risas como en Hufflepuff, no estaban haciendo comentarios y leyendo libros como en Ravenclaw, y mucho menos, estaban con un gran alboroto como en Gryffindor.
Frunció el ceño, los Slytherin siempre serían un misterio para él. Aunque, podría decirse, que Harry consideraba que los Slytherin's no eran más que unos tramposos, mentirosos, manipuladores, malvados, antipáticos, egocéntricos.
Nada bueno que puedan ofrecer, y la reputación de su casa no ayudaba a mejorar su imagen.
Un destello rubio llamó su atención, y miró en esa dirección, el príncipe de las serpientes hacia aparición en su propia mesa. Recibiendo escuetos y cortos saludos de los estudiantes de cuarto, quinto, sexto y séptimo año, se sentó con una elegancia inhumana.
Draco no se veía muy diferente a sus ojos, pero sin duda que había evolucionado. Parece que durante sus vacaciones había pegado un buen estirón, su piel pálida se veía incluso más suave al tacto, sus ojos grises adoptaron profundidad, su cabello rubio que resplandecía y brillaba ante el fino rayo de sol, como todos los años, era sedoso, suave y pulcro, y sus labios—esos que ni en sus años anteriores se habría detenido a mirar—, portaban un bonito color rosado, saludable y llamativo.
La mente de Harry se agitó, eso fué suficiente para hacerlo reaccionar.
«¿Pero en que estoy pensado?». Se cuestionó cuando volvió su mirada al plato, «¿Qué fué todo eso?» estrechó los ojos, como si estuviera ante un rompecabezas. Sin embargo, un tenedor golpeteando contra la mesa, lo sacó de sus divagaciones.
—¿Compañero, todo en orden?—. Era Ron, y parecía ligeramente preocupado.
Asintió.
—Claro, solo... No tengo mucho apetito.
Mentiras, pero era suficiente para mantenerlo despistado.
—Harry, es por eso que te estás quedando bajito—. Comentó la chica del grupo con diversión.
Harry resopló, mientras rodaba los ojos. Haciéndose el ofendido...
—Oye mione, eso dolió—. Refunfuñó.
Los tres soltaron una carcajada y el pelirrojo y la castaña volvieron a retomar una conversación que, prontamente se volvería una ridícula discusión.
Aprovechó eso para mirar al Slytherin otra vez, y grande fué su sorpresa al encontrarse con esos ojos. Le sostuvo la mirada, plata y esmeralda se contemplaban retadoras, imponentes y poderosas... Hasta que algo, cambió en la mirada de Draco. Una chispa distinta a la rivalidad se percibía. Harry no sabía cómo interpretarlo, no sabía cómo responder a eso.
Pero fué demasiado tarde cuando Malfoy rompió la conexión y se volvió a su grupo de seguidores.
Harry no tenía idea de las cosas que venían ese año, desde dementores y padrinos criminales, hasta un amorío con su enemigo jurado.
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Hola, aquí les dejo el prólogo, primero para probar, ahora como dije. Depende de cuántas personas estén interesadas en el trabajo, actualizaré... Y si todo sale bien, estaré subiendo prontamente otra.
Espero que les guste y le puedan dar una oportunidad... Porfavor voten, comenten y denle amor a ésta y otras historias. Saben que son muy importantes para mí.
Nos leemos luego, un fuerte abrazo.❤️

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Mírame.
FanfictionDrarry/Harco. Draco Malfoy, nunca había tenido inconvenientes para molestar a Harry Potter cada vez que tenía la oportunidad. Sin embargo, algo ha cambiado. Él ha cambiado, no sabe exactamente qué fué; pero no quiere averiguarlo. Por eso ha decidido...