Capítulo 3.

7K 718 303
                                        

"¿No son hermosos?".

Harry, sinceramente debía darle la razón a Hagrid, a su manera; estás criaturas tenían su impresión imperiosa, magnífica y poderosa, con el encanto adecuado que no atraía más que la atención. Agitando ligeramente sus enormes alas, creando una onda de viento brusco, sus picos de acero y garras peligrosamente afiladas, que no tendrían piedad ante nada que se cruzara en su camino. Algunos eran de color bronce, otros ruano rosáceo, castaño brillante, negro tinta y gris fuerte.

Pero no eran los Hipogrifos lo único que tenía a Harry intrigado, era la increíble capacidad de Draco de fragmentar y ocultar muy bien emociones, dejando así, un rostro templado y sereno. Sin mostrar rastros de fascinación, pero tampoco de desinterés. Algo a lo que él llamaría: indescifrable.

No había otro término, Draco Malfoy era un chico indescifrable. ¿Qué si no lo había notado? Por supuesto, pero hasta ahora... No había considerado con tanto detalle ciertos aspectos del rubio.

—Bien, ¿Quién quiere acercarse?.

Harry parpadeó un par de veces saliendo de sus cavilaciones, obligándose a prestar atención.

Hubo un silencio tenso, denso, frío. Nadie se había movido luego de la pregunta de Hagrid, tanteando. Sin querer jugar su suerte ante un animal que puede matar ante el mínimo amago de movimiento.

Nadie parecía querer acercarse. Sin embargo, Harry, Ron y Hermione se acercaron con cautela a la cerca.

—Lo primero que tenéis que saber de los Hipogrifos es que son orgullosos— explicó con calma—. Se molestan con mucha facilidad, nunca ofendan a ninguno, porque sería lo último que harían.

Harry no pudo evitar pensar en Draco cuando el guardabosques dió esa precisa información, observó sobre su hombro a la serpiente, sus labios estaban apretados en una fina línea, su cuerpo tenso de pies a cabeza con su postura incluso más firme de lo normal, reacio a moverse.

—Siempre deben esperar a que él Hipogrifo haga el primer movimiento, es educado ¿Se dan cuenta? Van hacia el, se inclinan y esperan. Si responde con una inclinación querrá decir que les permite tocarlo. Pero, si no hace la inclinación, será mejor que te alejes rápido, puede hacer mucho daño con sus garras... Bien, ¿Quién quiere ser él primero?.

Los labios de Harry se alzaron en una pequeña y casi imperceptible sonrisa. Sin duda, Draco Malfoy podría ser como un Hipogrifo, y si lo que decía Hagrid era verdad... ¿Eso significaba que podría utilizar los mismos métodos con él?.

—¿Alguien?— repitió Hagrid con voz suplicante.

Draco por su parte, entrecerró sus ojos, cruzando sus brazos a la altura de su pecho. Por él, Hagrid podía seguir esperando que algún crédulo sin cerebro se acercara. Por muy maravillosa que suene la idea, Malfoy conocía lo suficiente sobre criaturas peligrosas, como para saber que ellos entraban en la categoría más alta de animales asesinos.

No, no y no. Nigún estudiante es lo suficientemente insensato—ni siquiera un Gryffindor—, como para acercarse a esos.

—Yo— se ofreció una voz, detrás de él se escucharon unos jadeos y un "¡No Harry, acuérdate de las hojas de té!".

—Maldito seas— gruñó, frunciendo el ceño, siguiendo con ojos calculadores a la silueta que se apoyaba de la valla y saltaba al otro lado.

Pero claro, estaba el detalle de Harry Potter, como siempre al rescate, el nunca dejaría pasar una nueva oportunidad para presumir su ridículo complejo de héroe, y ayudar a los más necesitados. San Potter, siempre Potter.

Mírame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora