Harry se quedó en la enfermería con Draco Malfoy, el segundo mencionado todavía dormitaba, recostado a un lado suyo en la camilla y él todavía lo observaba realizando un pequeño escrutinio sobre su rostro, sus facciones afiladas, perfectas, esculpidas. La señora Pomfrey había ido a revisarlo unos minutos después de que sus amigos y los Slytherin se marcharan, cualquier contusión o lesión que pudo producirse por la caída fué prevenida por la intervención de Dumbledore.
Su debilidad se debía a su peligroso acercamiento—y contacto directo— con un dementor de Azkaban. Harry lo sabía, pero de todos modos dejó que la mujer se lo recalcara. Así que le habían dado permiso de retirarse luego de darle una poción para reanimar su sistema, con un justificativo para su ausencia en las clases que tuvo en las próximas horas y una advertencia de mantenerse alejado de aquellas criaturas.
El pelinegro había puesto sus ojos en blanco, era inaudito, ¡Él no los atrajo porque quiso!, ¡Ellos se acercaron a él abruptamente!.
—Estúpida suerte de pacotilla— refunfuñó frunciendo su entrecejo, cavilando en sus pensamientos repetitivamente.
—Vaya, es la primera vez que te escucho decirte estúpido— esa voz.
Su cabeza giró casi parecido a la niña poseída de El exorcista, una película que a su primo Dudley le causaba muchísimo miedo. Encontrándose con los ojos de Draco mirando las encandilantes luces del techo.
—Estás despierto— comentó en cambio, ignorando sus palabras. Notando como el rubio todavía tenía los ojos ligeramente enrojecidos y la nariz irritada.
Draco no pareció reparar en su aspecto, todavía.
—Obviamente— dijo con ese tono burlón, inconscientemente, eso estiró un poco las esquinas de los labios del ojiverde, en una pequeña sonrisa—. ¿Finalmente has notado tu estupidez?
—No me lo decía a mí, se lo decía a mi suerte— enfatizó la última palabra con un toque de sarcasmo que, intrigó al Slytherin.
—Menuda suerte, va contigo a todos lados por lo que te relaciona— se enderezó con aparente tranquilidad, Harry volvió a sentirse irritado al ver nuevamente esa máscara de indiferencia y hostilidad aparecer en sus expresiones, mirada neutra, voz socarrona y monótona—. Y, te hace estúpido como tu suerte para encontrarte con los problemas.
Tampoco lo miraba, y, hace exactamente unas cuatro horas atrás, cuando recién iba despertando. Esa angustiada y emocional mirada plateada había hecho contacto visual con sus ojos, sin cohibirse o rehuirle.
—Draco— el aludido gruñó, pero a Harry no le importó mucho—. Tú... ¿Estabas preocupado por mi?
Draco se detuvo en pleno proceso de llamarlo 'maldito' solo para que su máscara cayera nuevamente apenas tuvo la intención de solidificarla.
¿Preocupación? ¿Por eso me sentía tan mal? Pensó, sintiendo una mano hipotética repartiendo bofetadas en sus mejillas, su mente intentando aclararle la vista, quitarle la venda, despertarlo. ¿Por eso me sentía tan angustiado? ¿Mis-...
—Hey— la mano de Potter se situó en su hombro, sobresaltado ante la acción, volvió a encontrarse con esa mirada verde.
Su corazón volvió a brincar en su pecho a toda velocidad. Como si estuviera corriendo una larga carrera y se estuviera dirigiendo sin saberlo, directo a la recta final.
Estaba perdido.
—Yo...
¿Mis sentimientos tienen tal magnitud que sobrepasa la máscara de indiferencia que muestro ante tí? Harry le sonrió, Malfoy le devolvió la sonrisa; a medias.

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Mírame.
FanfictionDrarry/Harco. Draco Malfoy, nunca había tenido inconvenientes para molestar a Harry Potter cada vez que tenía la oportunidad. Sin embargo, algo ha cambiado. Él ha cambiado, no sabe exactamente qué fué; pero no quiere averiguarlo. Por eso ha decidido...