Mírame.

Capítulo 19.

—Hermione.

—¿Qué hiciste?— cuestionó sin siquiera levantar su mirada de sus pergaminos, manteniendo un libro de pociones abierto y hojeando entre paginas por su varita.

Harry se sintió ofendido, apenas había dicho nada y ya sospechaba de él, sin embargo, despejó el ceño fruncido que sabía que se avecinaba, guardando sus manos detrás de su espalda y dijo:

—Mhm.. ¿Por qué piensas que yo haría algo?— respondió en cambio mientras cambiaba un peso de un pie a otro.

—¿Tal vez porque se trata de ti y Malfoy?— graznó con ironía mientras mojaba su pluma en tinta, agitó su varita murmurando un hechizo que le trajo un pergamino nuevo de la mochila.

—¿¡E-eh!?— escandalizó el contrario, como Granger supuso que su buen amigo haría, era predecible, aún siendo más obvio con el hecho de que Malfoy era el único que podía hacerle perder los estribos a Potter de esa manera.

—Idiotas— pensó  mientras se lamentaba con un suspiro dramático, mientras intentaba prestarle atención a las precarias protestas del mestizo.

—Se que eres super inteligente y todo lo que quieras, pero ¿Puedes considerar no expresar tus pensamientos en voz alta? O al menos, deja de lado por un momento el sarcasmo— Hermione detuvo el trazo sobre el pedazo de papel para, ahora sí, prestarle atención a su acongojado compañero.

—¿Dije algo en voz alta?— preguntó con curiosidad.

—Si, dijiste que se trataba de Malfoy y de mí— Potter señaló mientras comenzaba a sonrojarse nuevamente.

—Lo sé, eso no fue un pensamiento en voz alta, fue un comentario— respondió.

—Y me llamaste idiota.

"Ah... Bueno-.." soltó una pequeña risita, Harry volvió a reclamar sobre porqué se reía de sus problemas cuando era claro que había venido a buscar su consejo con Malfoy siendo la bruja más brillante de la generación en Hogwarts.

—¿Y dije algo que no fuera cierto?— preguntó dejando la burla a un lado, casi.

—HERMIONE.

—¡Está bien, está bien!— levantó su manos en son de paz—. ¿En qué necesitas ayuda?

—Necesito hablar seriamente con Draco sobre cosas que han sucedido últimamente, especialmente ésta última vez que estuvimos solos en una habitación— explicó jugando con el borde de la manga de la túnica—. Quiero decir, originalmente solo quería saber porque ya no me miraba, porque no me molestaba y porqué huía de mí.

—¿Pero..?

—Pero en mis planes nunca estuvo besarlo— admitió finalmente—. No quiero pensar que está confundido por ese beso, ese beso fue un accidente, llámalo como una alternativa para que no nos atraparan.

Hermione frunció ligeramente el entrecejo— ¿Fue un beso impulsivo?

Harry asintió—. Claro, él hablaba demasiado y si seguía haciéndolo iban a atraparnos y seguramente nos castigarían colgandonos de los tobillos.

—Ya veo, Harry, ¿Quieres que te diga lo que pienso— preguntó ahora, el pelinegro volvió a asentir, la castaña de cabello rizado suspiró—. Sabes, esto parece ser un gran malentendido, y me sorprende que dejaras que ésto escalara a este punto.

—Lo sé pero realmente yo-...

—Sabías esto y no habías dicho nada, la bola de estambre siguió rodando y rodando, y los sentimientos de Draco Malfoy siguieron creciendo— dijo mirándolo molesta—. Y la cereza del pastel fue cuando Parkinson y Zabini explicaron la maldición de la familia Black y el único verdadero amor.