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INICIO DEL PRIMER ARCO

—Bien, Kookie —la mujer sonrió con cariño a su hijo— ¿estás emocionado por tu primer día en tu nueva escuela?

El niño la miró y asintió sin embargo su carita no demostraba nada de  emoción.

—Seguro y te vas a divertir mucho, espero hagas amigos y puedas aprender más cosas—dijo la chica.

Era demás decir que no se encontraba feliz, su hijo por fin podía conocer a más personas, ya que antes solo estudia con una amiga suya que había sido profesora, en su trabajo estaba ganando bien y sentía que todo estaba yendo de viento en popa, aunque seguía teniendo esa sensación de soledad en su pecho.

—Mejor vamos saliendo de una vez porque debo de ir a trabajar a penas te deje —bajó al menor de la cama donde estaba parado mientras lo arreglaba.

Tomó sus objetos personales, y la credencial de Jungkook que le permitía entrar a su escuela, se encaminaron a la puerta del departamento y salió agarrando la mano de su hijo.

Caminaron unas cuadras y por fin llegaron al pequeño edificio, era una gran ventaja que se encontrara cerca de donde vivían, sentía que era más práctico y no había tantas complicaciones.

Una vez llegaron a la entrada del pequeño edificio, la mano pequeña de su hijo apretó con fuerza la suya, aferrándose a ella.

No quería que su mamá lo dejara ahí.

—Kookie... —le sonrió enternecida.

Ella también tenía miedo, era la primera vez que lo dejaba con otras personas que no sean Namjoon o Na eun y, eso de alguna manera, le ponía los pelos de punta.

—Tranquilo, ¿si? —Le acarició los cabellos con una gran sonrisa. —Vas a conocer a muchos niños y te vas a divertir, ya lo verás —le aseguró.

Porque así sería, ¿verdad?

Se mordió el labio nerviosa una vez que una mujer joven y con un mandil puesto se le acercó con parsimonia.

—Usted debe de ser la señora Jeon, ¿cierto? —preguntó la joven.

Ella asintió. —S-si, vengo a dejar a mi hijo. —contestó firme.

—Lo sé, la primera vez dejando a tu hijo es difícil, ¿no? —le miró con empatía— Tranquila, aquí lo cuidaremos como se debe, le aseguro que su hijo estará bien.

Miró a su hijo con pesar, ¿dejarlo? Le era difícil, pero era necesario. Ella no estaría siempre para él.

—E-está bien, regreso en unas horas entonces —titubeó.

La mujer sonrió y dirigió su mirada al pequeño, le habló con cariño y le extendió su mano incitándole a agarrarla y que la siga.

Jungkook miró la mano de la desconocida tratando de analizarla, pero se veía buena persona, por lo cual acató el deseo de la chica y le tomó la mano.

Ji-hyo vio cómo su hijo y la mujer se adentraban al nido a pasos lentos.

Suspiró y dio media vuelta, estaba bien, estaría bien.

(...)

—Jungkookie, ¿por qué no te sientas en esa mesa y te poner a pintar con tus compañeros? —habló la maestra señalando una mesita con varios niños pintando con crayolas.

Jungkook caminó hacia ellos, se quedó parado viendo cómo pintaban, quería llorar, extrañaba a su mamá.

—¡Hola! ¿Eres nuevo? —preguntó una niña con dos colitas en la cabeza— Toma, te doy unos colores para que pintes, esta hoja también —le hizo entrega de una hoja con un dibujo en blanco y negro, luego unas crayolas.

Las tomó temblando.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó un niño de cabellos color miel.

—J-jungkook —susurró.

El niño le agarró de la mano y lo guió a dos asientos vacíos en la mesa.

—Siéntate, pintemos juntos —le mostró su dibujo a medio terminar.

—¿Iron Man? —preguntó el azabache con la cabeza ladeada.

El contrario asintió enérgico.

—¿Te gusta? —interrogó emocionado.

Jungkook asintió.

—Mi nombre es Taehyung —dijo de la nada mientras ambos seguían pintando—. ¡Seamos amigos! —exclamó con alegría.

El de orbes oscuras lo miró interrogante, era muy alegre y a penas se conocían, ¿a caso eso era normal? Él también quería estar así siempre.

Atinó a asentir con la cabeza nuevamente.

—Eres muy callado, Kookie —se quejó Taehyung haciendo un pequeño puchero.

Jungkook solo lo miro sin saber cómo seguir hablando con aquel niño peculiar.

—¡Cierto! Él es Chimchim — señaló al pequeño niño de mejillas regordetas.

Kookie lo miro con cierta curiosidad y en su pequeña cabecita solo podía pensar "tiene cara de pato" se rió para sus adentros imaginando que su madre se molestaría si le cuenta que pensó eso. El pequeño niño lo miraba con una sonrisa haciendo que sus ojos desaparezcan ¿Cómo esos niños podían tener tanta felicidad?

Siguieron pintando por un largo tiempo más, se sentía cómodo ahí, en especial con Taehyung, comenzaron a hablar más, hablaban más que todo de sus superheroes favoritos.

Tiempo después, la campana de la salida sonó en las pequeñas aulas.

Los niños fueron liberados y estos corrían a brazos de su madre con emoción de verlas de nuevo.

—¡Mami! —gritó el pequeño Kim cuando vio a su progenitora.

—Hola, amor, ¿te fue bien hoy día? —le preguntó con una sonrisa.

—Sí, sí, vino un niño nuevo —contó entusiasmado.

—¿Así?

El niño asintió fervientemente y se volteó a señalar al pequeño azabache que se encontraba solo en la banca esperando a su madre. La señora Kim frunció el ceño, no era normal que un niño esperase hasta ahora a su madre, estaba llegando tarde.

Se acercaron al niño madre e hijo, el pequeño los miró con curiosidad, para luego sonreír al ver a Taehyung.

—¿Tu mamá no viene, Kookie? —preguntó Taehyung.

El menor negó. —No.

—Soy la madre de Taetae, un gusto — le extendió la mano, y el pequeño Jeon estrechó la mano contraria con la suya.

Una mujer joven vino corriendo, se paró frente a ellos agitada y sosteniéndose de sus rodillas tratando de regular su respiración.

—¿Mami? —Jungkook se paró de la banca y caminó hasta quedar en frente de la mujer.

Ella lo atrajo en un abrazo y comenzó a pedirle perdón por su retraso.

—Tú eres la madre de Jungkook, ¿no? —La señora Kim la saludó con una pequeña reverencia.

—S-sí, solo que no me dejaron salir de mi trabajo más temprano y tuve que venir corriendo —rió cansada.

—Es un placer conocerte entonces —le sonrió la contraria.

OLD SCARS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora