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—Así que Taehyung es tu nuevo amigo — preguntó Hye.

—Pues si —respondió tímido—, es un chico muuuuy hablador —movió sus manitos formando figuras grandes—, y es lindo —susurró.

—¿Lindo? —preguntó curiosa mientras lo miraba de reojo.

—Si —respondió en otro susurró—. Tiene un amigo cara de pa... —se calló al instante cubriendo su pequeña carita con sus manos.

—¿Cara de que? —preguntó de nuevo con una pequeña sonrisa pues sabía lo que su hijo iba a decir.

—Nada —respondió lo más rápido que pudo—. Tae me dijo que soy callado.

—¿Porque lo dijo? ¿No le hablaste?

—Yo si habló —respondió como si fuera muy obvio —solo él habla mucho más.

—Lo sé —rió un poco —,intenta hablarle más.

Jungkook siguió contándole de su primer día y de que no había sido tan malo como esperaba, momentos luego ella lo dejo viendo sus caricaturas mientras se encerraba en la pequeña habitación.

De nuevo vio aquella cuchilla escondida en lo alto de la repisa del baño, aquellos recuerdos de paz luego de haber usado aquella navaja fueron reconfortantes por lo que se sentó con ella entre sus dedos, levanto la larga manga de su suéter y miro su delgado brazo. Tenía ese gran corte recién recuperándose, quería hacerlo de nuevo. 

Con cuidado acerco la navaja a su piel y con un poco de fuerza la apretó un poco más arriba que la anterior, de inmediato comenzaron a salir gotas de sangre. No se sentía suficiente. Presionó más arriba e incluso con más fuerza haciendo que todo se tinte de un color rojo, ahogó un gemido de dolor y miro con una sonrisa el daño provocado, ni siquiera le dolía.
Se lavo el brazo, guardo la navaja y salió con una sonrisa, minutos más tarde su mejor amigo estaba en la puerta

—Pequeña, ya te extrañaba —la abrazo con cariño.

—Nos hemos visto ayer, Nam —rió la castaña.

—Da lo mismo, te sigo extrañando —agarró su pequeño rostro y depósito un beso en la frente de la chica, sabía que algo andaba mal con su amiga, sabía que desde la muerte de su esposo no tenía fuerzas para seguir y estaba preocupado.

Se adentro en el pequeño departamento y cargo a Kook mientras le hacía cosquillas, sacándole muy tiernas carcajadas y pequeños "Tío Nam, basta".

—Me contó tu mami que tienes un nuevo amigo —se rió por la carita sorprendida del menor al mencionarle aquello pues no le había contado nada.

—Dos amigos —dijo como si fuera obvio.

Pasaron la tarde juntos como ya era de costumbre.

—Déjame acompañarte a la puerta —mencionó cuando vio la hora.

—¿Pretendes botarme a estás horas?, No, no, yo me quedó —sonrió mostrando sus lindos hoyuelos.

—Kook duerme conmigo, ya no puedes quedarte. — Nam se rió, se agachó y cargo a su amiga en un brazo y al bebé en el otro.

—Podemos entrar los tres entonces —dijo ocasionando risas en los dos. Para Nam no había nada más importante que el bienestar de su mejor amiga y del pequeño bebé que quería como su hijo, sabía que la situación era difícil y quería protegerlos de todo.

Cuando llegó al cuarto tiro el cuerpo de su amiga en la cama solo para molestarla y dejo cuidadosamente al bebé que saltaba para que lo volvieran a cargar, miro el rostro de su amiga y como en este ya no había rastro de felicidad, miraba preocupada su brazo que era cubierto por su suéter, miro un poco más abajo y vio hilos de sangre cayendo por su pequeña mano, al parecer a la hora de caer se había apoyado en su brazo.

—Bien Kookie tienes que dormir porque mañana tienes que ir a tu pequeño colegio —Lo arropó mientras su amiga caminaba hacia el baño tratando de disimular lo que había pasado, una vez que él menor cayó en un profundo sueño, camino con cautela hacia el baño.

—Qué demonios crees que haces —mencionó el moreno visiblemente enojado.

—Nada —mencionó algo sorprendida porque pensó que él no había visto nada. Nam se acercó sin rasgos de ser aquel amigo cariñoso y jaló de su brazo descubriendo los recientes cortes y como se habían abierto.

—Esto no es nada, hablamos de esto antes, prometiste que no lo harías.

—Las promesas nunca se cumplen, te dije que te vayas y no me hiciste caso, entonces quédate callado y vete a dormir — él se acerco lo más que pudo, podía sentir la respiración pesada de su amiga. Nada estaba bien. Agarró la pequeña muñeca y movió delicadamente su pulgar por las heridas al mismo tiempo que apoyaba la frente en la de su amiga.

—No te atrevas a volver a hacerlo, te mudarás conmigo, conseguiremos una cama para Kook, no te voy a dejar sola. —susurró.

—No voy a ser una carga para ti —mencionó con lágrimas en sus ojos—, ya me ayudaste con todas las cosas de... De la muerte de Jinyoung —susurró con un nudo en la garganta.

—No lo eres y no lo serás jamás, déjame ayudarte, estuviste para mí cuando ya no tenía nada, déjame estar para ti.

—No será así —susurró mientras se alejaba delicadamente, cortando el cálido contacto, ella estaba cansada de causar problemas y molestias, ella estaba cansada de si misma. Caminó hacia la puerta pero se detuvo antes de salir—. Te quiero mucho, Nam.

El moreno se quedó en aquel baño procesando como podría ayudar a su amiga y es que él estaba asustado. Aquella idea rondaba su mente y sabía que estaba en la de su amiga también. Se sentía tan frustrado y tan inútil. 

Volvió a la pequeña habitación encontrándose con su amiga ya dormida y sabía que ella estaba destruida. Esa noche se prometió cuidarla siempre, pero esta vez lo haría de verdad.

OLD SCARS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora