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—Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños Jungkookie, feliz cumpleaños a ti.

Jungkook abrió sus ojitos y lo primero que vio fue un pastel muy cerca de su cara y detrás de este salió Taehyung con su típica sonrisa cuadrada.

—Tae bebé, aleja un poco el pastel —rió Yong sun ya que su hijo se había emocionado mucho porque Jungkook vea cómo decoró su pastel.

—Oh —se apenó —si claro. Mira Kookie, lo hice yo mismo.

Jungkook recién vio el pastel y tenía un corazoncito que decía Jungkook y Taehyung adentro, y encima tenía una velita que marcaba sus 5 añitos. El menor sonrió un poco y sopló su velita.

—Muchas gracias Taetae y Yong sun noona —se sentó y se inclinó levemente hacia los dos.

—Oh no Kookie, nada de gracias, lo hacemos con todo el cariño del mundo y porque queremos verte feliz.

El azabache la quedó mirando para segundo después mostrar su lindos dientitos de conejito, sin embargo no pasaron muchos minutos cuando recordó a su mamá, logrando así que sus ojitos se llenarán de lágrimas.

—Oh no —habló Taehyung dejando a un lado la torta para saltar sobre el menor.

Yong sun lo miro muy triste y no dudo en acercarse, abrazando a los dos al mismo tiempo.

—Kookie, hoy es tu cumpleaños, no puedes llorar— Taehyung lo miró como suplicándole que pare. Era muy feo verlo llorar.

Jungkook se limpio sus lágrimas con el dorso de su mano una vez que se alejaron y sonrió susurrando pequeños agradecimientos por estar con él.

—Nam me contó que hoy no quieres hacer nada —Yong sun lo miro un poco triste, Jeon solo asintió. —¿Te gustaría ir al parque?

Jungkook lo miro atento, no se sentía nada bien, pero tampoco quería estar molestando en una casa la cual no era la suya, por lo que irse con Nam sonaba mucho mejor que convertirse un estorbo ahí.

—¿Puedo ir al parque solo con Nam hyung? —Yong sun lo miro sorprendida pues pensaba que Jungkook elegiría estar con Tae.

—Claro que si, si eso es lo que quieres, está bien. Hablaré con Nam ¿si? —el menor solo volvió a asentir y Yong sun se retiró para hablar con el moreno.

—Kookie, ¿me dejarás solo? —Taehyung lo miró triste pues había hecho una lista de como pasarían el cumpleaños del menor.

—No, Tae, solo será un rato, no puedo quedarme todo el día en el parque —Jungkook lo miró y lo invito a entrar entre las sabanas con él. —Podremos jugar cuando vuelva.

Taehyung saco del bolsillo de su pijama un papel doblado y lo colocó en las piernas de Jungkook. Este lo miro curioso y al ver que Taehyung solo lo miraba, abrió con cuidado el papel un poco arrugado.

"Feliz cumpleaños Jungkookie!!
Te quiero mucho y siempre te querré. Quédate conmigo para siempre.
Taetae"

Al final había un dibujo de palitos dónde estaban él y Taehyung agarrados de la mano.

Jungkook leyó la carta y sonrió, prometiéndose no botarla nunca.

-¡Muchas gracias hyung! -saltó de la emoción encima de Taehyung, abrazándolo con fuerza y llenándose los dos de fuertes carcajadas.

Luego de tan lindo momento bajaron a desayunar y Jungkook quedó sorprendido pues Yong sun había hecho lo que más le gustaba.

Panqueques.

Saltó emocionado y comió entre risas gracias a Taehyung quien no paraba de decir que quería regalarle un lindo perrito a Jungkook. No mucho tiempo después alguien tocó la puerta.

—¿Dónde está el cumpleañero? —fueron sus primeras palabras.

—¡Tío Nam! —Jungkook corrió saltando en sus brazos y siendo llenado de besitos y tiernos "Feliz cumpleaños"

—Adivina que te traje —Nam aún con el menor en brazos se agachó a recoger una gran bolsa de regalo.

Jungkook busco dentro de la bolsa encontrándose con su peluche favorito, emitiendo un grito de felicidad.

—¡Es Koya! —lo abrazó fuertemente.

—Hay algo más.

Jungkook volvió a husmear en la bolsa y se encontró una caja debajo, la saco con cuidado encontrándose ahora con el último juguete de Iron Man.

—Tío Nam —sus ojitos se aguaron de nuevo.

-No bebé, no llores.

Namjoon lo abrazo con los juguetes en medio y haciéndole cariñito para que no se sienta tan triste.

—Much..muchas gra...gracias —hablo entre sollozos.

—No hay de que Kookie. —Nam realmente se sentía como un padre para el menor y sentía que debía cuidarlo y consentirlo como tal. —¿Te parece si ahora sí vamos al parque? —Jungkook ya más calmado, asintió y se bajó para cambiarse algo lindo.

Había un parque cerca, no con muchos juegos pero al menor parecía encantarle ese lugar por lo que Nam se dirigió hacia aquel lugar con el azabache sentado en sus hombros y jalándole las orejas de vez en cuando.
Cuando llegaron Namjoon se sentó cerca dejando que Kook se divierta en su propio mundo. Siempre era así, llegaban y al menor le gustaba jugar solo hasta que salía de su gran fantasía y pedía que jueguen con él.

Jungkook se subió al ya conocido tobogán teniendo mucho cuidado pues no quería lastimarse, para luego bajar mientras reía, en su mente estaba peleando contra un gran dragón y tenía que llegar hasta lo más alto para deslizarse y poder volar, así logrando matarlo. Salto dando vueltas en su lugar y con los brazos arriba pero cuando abrió sus ojos vio a un chico, alto y castaño, cruzando la pista o eso parecía intentar pues estaba en medio de ella.

Su curiosidad pudo más y se acercó, tal vez era una estatua pues no se movía, cuando llegó noto que la luz estaba en rojo, él no debía pasar, pero entonces ¿que hacía ahí aquel chico? El menor de nuevo se dejó llevar y se acercó sin fijarse que algunos carros comenzaban a acercarse.

—¿Señor? —tocó su brazo con cuidado.

Recién aquel misterioso chico reaccionó y volteo a verlo pero de un segundo a otro sintió como el mayor lo agarraba de la cintura y lo cargaba hacía la vereda, escuchando luego un fuerte claxon del vehículo que había estado cerca de atropellarlos.

—¡Niño debes de tener más cuidado! —aquel extraño comenzó a tocarlo, revisando que no se haya echo daño.

—Lo...Lo siento —tartamudeo -Me portaré bien.

El castaño lo miro extrañado y vio que el menor ni siquiera le estaba mirando, tenía los ojos cerrados y parecía que ni siquiera sabía dónde estaba. Su instinto protector se activó cuando vio que comenzaba a derramar algunas lágrimas.

-Hey, hey, lo siento, no quise gritarte -agarró la manga de su propia polera y le pasó limpiando las lágrimas del azabache. Este recién abrió sus ojos y miró a aquel chico que tenía en frente, cayendo en la realidad.

Su mamá no lo había estado deshonrando, había sido aquel chico quien ahora le pedía disculpas. Bajó su mirada a aquella cálida mano que le hacía cariño y observo aquello de nuevo.

Ese chico tenía las muñecas marcadas.

OLD SCARS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora