Renacer

Capítulo 13

Un mes después

La normalidad se iba apoderando de mi vida y para mi era muchísimo mejor que llorar diez mil amargas noches por el mismo motivo.
Estaba lista para llegar al colegio y saludar a todos mis amigos, especialmente para ver a Germán, iba decidida a que sería un gran día.
Las clases se habían iniciado veinte días atrás y aún no había logrado adaptarme a mi nuevo grupo.
Mis amigos seguían siendo los mismos y con ellos caminaba de un sitio a otro.
Seguía la clase de Física matemática  pero con la gloria de que el profesor Erick no había llegado ese día.
—¡Chicos, los veo después!
—¿A dónde irás? — preguntó Ismael.
—Debo ir a buscar a Germán, está en educación física.
—Te vemos para estudios, Mimí, por favor no tardes.
—Ahí estaré Sweetheart.
Caminé por dos pasillos hasta dar con la cancha deportiva del Colegio, ahí esperé por la parte de afuera a que Germán notara.
Una chica de cabello rizo le hizo señas de mi estadía a las afueras de la cancha.
—¡MI AMOR! — corrió a mi.— Te presentaré a todos mis amigos.
—¡Suena genial! — caminé tomada de su mano.
—Danny, ella es mi novia, Aurora Peters García.
—Mucho gusto, Aurora— me saludó con un beso en la mejilla.
—Todo mio— sonreí.
—Julián, ella es Aurora, mi novia.
—Bienvenida al club, Capi nos habla demasiado de ti.
—¿Capi?
— Ya sabes, amor... El macho alfa del Grupo. — mostró sus músculos.
—¡Sí, claro! — me burlé.
—Así que.. Tú eres la muy bien mencionada Aurora. — Una chica de cabello castaño se apareció detrás de mi, con una pose legendaria de cualquier modelo de Victoria Secret.
—¡Oh, Amanda Zeledón!. — sonreí levemente— la gran amiga de Kisha Duarte.
—¡Soy yo! Mira que Germán no deja de hablar de ti.
—Calla, me siento como un trofeo.
—Eso eres— Germán me llevó a dar una vuelta en sus brazos.
—¡Bajame maníaco! — Le sonreí.
—Si me das un beso— levantó las cejas marcadas.
Le di su dichoso beso y finalmente me bajó.
Me fui al lado de sus buenos amigos y junto a ellos me senté en el pavimento del planche, justo Danny y yo habíamos establecido una amistad inmediata.
—¿Julián es tu novio? — le miré.
—Sí— suspiró— es un tremendo amor.
—Se le ve a los lejos.
—¿Cuánto tiempo llevas de ser novia de este hombre sin cabello?
—¡Ni lo digas! Dos años y ocho meses. — respondí.
—Es increíble el soporte que tienes para con él, es insoportable.
—Lo he tenido que soportar desde que tenía 7 años, ahora dímelo.
—¡Me daría un infarto, lo juro!

La campanilla sonó una vez más y era momento de pasar a la clase de estudios sociales.
Dejé mi mochila dentro del salón y salí para mirar por el balcón mientras que escucha a Angelina llegar con nada más y nada menos que Alejandro Vélez Acuña.
—¡Aurora! ¿Llegará el profesor?
—Yo supongo que sí— lo miré a él.
—Espero que se tarde, no quisiera entrar — rió él.
—Mira tú ¿acaso no te han enseñado la importancia de ser responsable? — Levanté una ceja.
—¿Tendría que ser asunto tuyo?
—Podría, pero todavía no te quiero para ello, ¡con permiso!
Me senté al fondo, mientras veía llegar a dos chicos exactamente iguales, Fernando y Federico.
—¿Son gemelos? — le susurré a Emiliano.
—Sí— los miramos.
—Se sienten creídos— murmuré.
Vimos juntos llegar a Arturo Benson, uno de mis ex compañeros de la escuela que cursaba en ese salón con nosotros, también junto a él se encontraba otra vez, Alejandro Vélez, tipo irritante.

La clase continuó normal,  no hubo interrupción alguna por parte de nadie y nosotros estábamos anotando cada cosa que el profesor anotada.
Luna volvió a dirigirme la palabra y seguíamos tan bien como antes, como mencionaba, todo volvía a ser igual, o al menos así lo estaba creyendo yo.

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