Capítulo 31

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—¿Mery? — le llamé— Soy Aurora ¿cómo estás?
—¡Aurora! — respondió con emoción. —¿En que andas eh?
—Tengo que verte para contarte algo, necesito tu ayuda— sonreí en el espejo. — claro, allí nos vemos.
Mery eligió que nos viéramos en Starbucks, parecía ser su cafetería favorita, o no sé bien que era ese lugar, la cuestión es que yo nunca había puesto un pie allí.
Esperé aproximadamente una hora, en lo que Mery aparecía recibí una llamada de mi prometido.
—¿Mi amor? ¿Dónde estás? — preguntó preocupado.
—Estoy en Starbucks, esperando a Mery.
—¿Mery? — sonó confundido.
—¡Ay, amor! La chica del cine.
—¡Ah! Mery García.
—La misma que viste y calza— reí un poco—¿Por qué?
—No, no ha sido nada. — colgó la llamada sin explicación.
Narración de Alejandro:
Yo quería caer de sorpresa en la casa de Aurora para llevarle unas rosas, pero en ese momento la ví salir de su casa y con ella un coche negro con vidrios polarizados que la seguía, así que yo también me fui detrás del coche, solo quería checar que pasaba.
Me detuve a media cuadra, cuando ví a Aurora entrar a Starbucks y de paso, a Germán bajar de ese coche del lado del copiloto, parecía que iba acompañado.
El tipo Se metió de prisa y el coche dio la vuelta a la derecha, pero perdí su rastro y preferí quedarme cerca del lugar para esperar a que mi prometida llegara a su casa bien.
Narración de Aurora:
—Ya estoy aquí — llegó Mery, por fin. — Cuentame ¿que es eso tan importante? — saqué mi mano izquierda y mostré mi brillante anillo de compromiso— ¡NO! — tomó mi mano—¡ES UNA LOCURA!
—¡LO SÉ!— grité con ella— pero bajemos la voz, nos están mirando.
—Lo siento— rió conmigo— ¿Entonces te casas?
—Sí, y junto con mi prima necesito que me ayudes a organizar todo lo de mi boda, me urge. — sonreí.
—Cuenta con ello, justo— sacó una tarjeta— traigo el número de un banquete.
—Me parece maravilloso, las decoraciones se las quiero dejar a criterio a mi madrina. — saqué el móvil del bolsillo y marqué—¿Stefy?— me respondió— Si, mira necesito verte ¿te parece mañana? ¿En el KFC de Guadalupe? Ok, perfecto.
—¿Stefy? — preguntó Mery.
—Es mi prima, mañana vamos a vernos en el KFC de Guadalupe, ¿puedes venir?
—Claro, pero ¿dónde queda eso?
—Te recojo aquí ¿sí?
—Dale.
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Besé a Alejandro y lo miré a sus ojos después de eso.
—¿Me puedes llevar? — sonreí.
—¿Cómo te voy a decir que no? Te espero y te recojo.
—Es plática sobre la boda, no puedes estar presente.
—Yo me voy a comer a otro sitio con Arturo— sonrió.
—Necesito que pasemos por Mery, a Starbucks. — mordí mi labio inferior y cerré mis ojos, como el gesto penoso.
—Dale, cariño, no pasa nada. vamos por Mery— me abrió la puerta.
Abrí la ventana y encendí la radio, luego abroché el cinturón y acomodé mi bolso de mano en el suelo.
—¿Y de que hablarán? — preguntó curioso con la mirada al frente.
—Pues del vestido— volteé a su rostro de perfil.
—Ahora entiendo ¿me dejarás participar en la elección de los lugares?
—Pues claro, tú elijes eso, pero ya dije que quiero la iglesia de Coronado.
—¡Nos vamos a quedar sin dinero!
—¿Importa? — reí— no sólo tú vas a pagar.
—¡Así pues sí! — tomó mi mano— muy pronto serás la señora de Vélez.— la besó.
—Me muero por llevar tu apellido.
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Habíamos llegado, me despedí de él con un beso mientras Mery bajaba por su lado  y me esperaba.
Alejandro no quería soltarme, me pedía que me cuidara y que le llamase por cualquier situación.
—Te amo, enana— besó mi frente.
—Regresas  por mi a las seis, nada de chicas ¡eh! — me burlé— también te amo— le grité mientras subía al coche..
Mery sonrió, entramos juntas a KFC y vimos a Stefy quien estaba tomando selfies con su celular, con ella llevaba a su sobrina Saray.
—Amiga!! — la abracé.
—Amiga!! — me abrazó.
—Te presento a Mery, es una amiga, viene de Perú.
—Mucho gusto, Mery.
—Igualmente, Stefy. Aurora me ha platicado mucho sobre ti.
—¡Ah, sí! Así es con todos — rió.
—Agradeceme pues. — Torcí mis ojos. Nos sentamos— Bueno chicas, es hora del vestido...
Narración de Alejandro.
Me encontré con Arturo en un restaurante no muy lejano de donde estaba Aurora, quería platicarle sobre lo que había visto y como me daba miedo que algo le pasara a el amor de mi vida.
—¡Alejandro! — Llegó al fin—¿Qué pasa?
—¿Cómo estás? — dije con las manos sobre la mesa, entrelazadas. —¿Quieres un café?
—Pórtate serio— me miró— yo quiero una imperial.
—¡Que raro tú!
—Bueno, ya. Dime que pasa.
—Germán anda siguiendo a Aurora, amigo.
—Este imbécil no aprende.
—Te juro que si algo le pasa, soy capaz de matarlo con mis propias manos. — comenté entre dientes.
—Dejamelo a mi, yo me encargo de que alguien lo haga recapacitar, nadie les va a estropear la felicidad.
—Te lo agradezco de verdad, Arturo.
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Dos días habían pasado, Alejandro tenía que trabajar y yo iba camino a la Universidad, pero antes quería pasar a ver unas flores que me apetecían para el arco de entrada.
—¿Cuánto es el precio? — pregunté en la recepción — dos mil quinientos cada una.
—¿Se pueden apartar? — pregunté sacando la cartera.
—Sí, puede retirarlas en dos meses.
—Vale que son artificiales, paso la próxima semana por ellas, muchas gracias— retiré el recibo
—¡Buen día!
Salí de la tienda y justo en ese momento me topé con lo que no esperaba.
Me apuntó con un arma en la cabeza y me obligó a seguirlo en su coche.
—SUELTAME! —Grité.
—Si no te callas, aquí mismo te mueres ¿Y que crees? No te casas, mamacita. ¡COLABORAS!
—Si algo me pasa, Alejandro te va a refundir en la cárcel y allá si te van a dejar como mereces, cobarde, maldito. — le golpeé.
—¡MALPARIDA! — me golpeó en la nuca dejándome  inconsciente.
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Abrí mis ojos y estaba en una habitación de hotel, volteé la cabeza a la derecha y ahí estaba él, con un cigarro en su mano, de espaldas.
—¿Que hago aquí?
—Te dije que te ibas arrepentir.
—¿Pero que es lo que quieres de mi, Germán?
—A ti, eso quiero. ¿te olvidas quien eres?
—No, no lo olvido, pero renuncio a ello.
—No, chiquita— apagó el cigarro en el cenicero y se acercó a mi— yo siempre seré tu amo— se subió encima mio— y tú mi sumisa.
—Pues de malas, por que para ti se acabó ese jueguito. Me dejas ir o te vas a la cárcel ¿sabes por que? Alejandro tiene mi ubicación en GPS.
—Claro que te vas, pero no olvides que te voy a encontrar donde quiera que estés, Aurora. — su mirada se posó en la mía— Y cuando eso suceda, entonces ya veremos de quien eres, preciosa.
Se levantó y con orgullo me abrió la puerta, dándome una palmada en el trasero me dejó ir.
Tomé mi teléfono y le marqué a Alejandro.
—¡Ven por mi!










ESTAMOS A NADA DEL FINAL DE ESTA HISTORIA... MERY GARCÍA Y AURORA PETERS HAN SIDO FUSIONADAS, VAYAN A CONOCER LA HISTORIA DE MERY EN "&LEGAL" DE Flavia_0202

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